PASEMOS UNAS FELICES FIESTAS

PASEMOS UNAS FELICES FIESTAS
El otro día recibí un correo electrónico en donde el autor me explica
sobre el caso de su hijo respecto a una terrible experiencia sufrida en
relación a las "balas perdidas" de la noche de fin de año.
Fue algo verdaderamente espantoso para toda esa familia en función a la
herida padecida por el menor con motivo de haber estado en el patio de
su casa en donde acababan de romper una piñata una bala calibre 45 lo
hirió en la cabeza.
La peripecia, comenzando por la mamá que tenían en brazos al infante a
la hora del accidente, fue, prácticamente inenarrable.
UNA EXPERIENCIA TERRIBLE
Dentro de la desgracia el niño resultó con una lesión unicamente del
cuero cabelludo, pues milagrosamente el proyectil solo los rosó, lo
cual, fue incuestionablemente "de los males el menor". El remitente me
pide tomar nota del tremendo suceso a fin de comentar el hecho a fin de
exhortar a través de este espacio el de tener "festividades decembrinas
sin balas".
Por lo tanto, agradezco a ese lector la narrativa de tan espantosa
experiencia y a la vez cumplo con la misión de platicar parcialmente el
suceso, a fin de que en la medida en que este espacio pueda en función a
la explicación de algo tan espantoso y quienes me hacen el favor de
leerlo puedan transmitir a su vez a las personas allegadas a ellos, que
gusten de tirar balazos el día último, se abstengan de hacerlo, toda vez
que tal práctica es altamente peligrosa para toda la ciudadanía.
AÑO CON AÑO SE REGISTRAN MUCHAS VICTIMAS INOCENTES
Yo ya hebía leído en la nota roja los sucesos posteriores a la media
noche del año nuevo, en donde es costumbre que los celebrantes echén
balazos al aire, lo cual, en apariencia es inocuo, pero, reviste un
resultado luego fatal para personas inocentes ajenas a tal acción.
En la narrativa el progenitor me explica que una bala calibre 45 puede
"viajar" 6 kilómetros en su trayectoria, motivo por el cual puede causar
extragos tremendos sin que, lógico, por cuestiones de tal situación sea
posible, llegado el caso de ser ocasión la "inocente" situación de
causar lesiones, incluso la muerte, de que el agresor sea localizado y
mucho menos de que éste sepa el gran daño ocasionado.
ES UNA COSTUBRE SALVAJE Y ALTAMENTE PELIGOROSA
Por lo tanto, quienes tienen la firme decisión de no dejar "morir" esta
tradición, se abstengan de llevarla a cabo y además en lo absoluto
accionen arma alguna, ya bien sea de un calibre pequeño como grande, en
función a que el resultado puede ser la de un tremendo accidente como el
narrado por el padre autor del correo electrónico de referencia.
QUE LAS FIESTAS SEAN FAMILIARES, NO ECHEN TIROS
Pasemos unas fiestas decembrinas felices y si no felices cuando menos lo
adecuadamente "normales", sin causar perjuicio o lesión alguna, sobre
todo, con motivo de accionar irresponsablemente armas de fuego, cuyo
resultado, en principio pueda parecer "inocente", pero, por la
trayectoria de las balas perdidas sean ocasión de funestas consecuencias
para gente inocente.
SI, EN MI FAMILIA NOS RESGUARDAMOS
En mi familia, se me había pasado comentar el hecho de citar la
"costumbre" de proceder a un encerramiento estratégico dentro de los
muros de casa una vez llegada las doce de noche, precisamente como
medida precautoria para las "balas peridas", que desafortunadamente ya
han sido ocasión de tragedias entre las gentes que despreocupadamente
festinan la llegada de tan memorable fecha.
SE ACABARON LOS COHETES, QUE SE ACABEN LOS TIROS
Se me hizo importante mejor comentar este suceso y recomendar el no usar
armas de fuego en la euforia de la llegada del año nuevo, amén de ser
una práctica muy riesgoza, los resultados, sin que los disparadores se
enteren, pueden ser tremendamente trágicos. En la ciudad de Veracruz ya
se logró, en función a una terrible experiencia colectiva, el no uso de
cohetes, pues ahora, hagamos el esfuerzo de también no usar las armas de
fuego.

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