"¡TIZNEN A SU MADRE!"
"¡TIZNEN A SU MADRE!"
Tal es la frase (aunque en su muy vernácula cuanto sonora escritura y
pronunciación -que por decoro no reproducí tal cual-), con la que
Roberto Blanco Moheno (quien tengo entendido era de Alvarado, Veracruz.
Pero, alguien me decía que no, aunque yo recuerdo el periodista siempre
dijo ser de la muy Generosa) comienza su libro "Un son que canta en el
río", que además de ameno, pues trata de las vicisitudes de las
proverbiales, pero amistosas cuanto pintorescas y anecdóticas relaciones
entre los alvaradeños y los tlacotalpeños, hago alusión a esta obra,
precisamente por la mentada de madre con la que se inicia. Y, de acuerdo
con lo que he ido leyendo por ahí y lo que he logrado vivir en otros
lados de nuestra bella nación, Veracruz y muy especialmente la ciudad y
Cuenca del Papaloapan, la mentada de madre es algo tan cotidiano, ameno
y agraciado como el "arroz con pescado". Pues miren, en otros lado del
país, una mentada de madre es el equivalente a un insulto de tal
magnitud que en tal acto y hecho se puede incluso exponer la vida misma.
En cambio, aquí, en la solariega zona conurbada Veracruz-Boca del Río,
como en la Cuenca misma, pero, sobre todo en Alvarado y Tlacotalpan, una
mentada es hasta algo refrescante, algo motivante a la apertura del
diálogo y el encuentro de las soluciones por la vía pacífica a problemas
intrincados que se presentan.
Que yo recuerde, desde mi vida de escolar, jamás de los jamases una
mentada de madre ha provocado pleito alguno y mucho menos derramamiento
de sangre, sino al contrario, una auténtica distensión a situaciones que
se habían estado tornando precisamente difíciles y de muy complicado manejo.
LA MEJOR MENTADA QUE HE ESCUCHADO
Y, es precisamente de Alvarado, de una ciudadana de ese sitio, cuya
procedencia real es de Paso Nacional (o sea, del otro lado del puente, a
donde llegaba y de donde partía la panga hasta principios de los sesenta
cuando se inaugura el actual puente de Alvarado), de quien he escuchado
la más original mentada de madre, pues, cabe hacer la aclaración que en
esta muy vernácula expresión hay toda una variedad con sus agredados y
anexos que la tornan todavía más sonora y divertida. Charito, que es el
nombre de esta gran amiga de mi familia y que fuera destacada
colaboradora de mi mamá, durante su estadía en casa, recuerdo su hija se
quejó acremente de una persona que algo le había hecho y le había
provocado gran disgusto a la joven Olivia, a lo que Charito,
imperturbable, haciendo un paréntesis en la plática que tenía con Mein
Führer, le dijo al retoño de sus entrañas, con toda la resonancia e
inflexión que la voz de la expresión conlleva y merece: "Dile que vaya y
¡Chin... su madre! ¡Y en ceviche!, para que le dure mucho!". Obvio, al
escuchar tanta creatividad para la proyección de una mentada, solo acaté
a soltar una soberana carcajada y al término de la misma agregué: "¡La
palabra cantó!".
¡HOMBRE! ¡QUE HUBO CREATIVIDAD!
Y Charito siguió la charla con la autora de mis días y nada perturbó la
calma de la casa y mucho menos el suceso narrado por Oli se tornó en
algo traumático; todo, gracias a una muy bien dirigida salida de
adrenalina vía la jarochísima mentada. Pero además con el agregado del
"ceviche", pues ya ven ustedes que tal guiso es, amén de típico de
Veracruz, altamente rendidor, dura mucho y alcanza para mucha gente, por
lo tanto, la creatividad de Charito quedó manifiesta al haber "creado"
una mentada en ceviche "para que durara mucho".
ESTA APOLOGIA DE LA MENTADA, CON DEDICATORIA Y CEVICHE PARA LA SEMARNAT
E INAH
Hago prácticamente esa apología de la mentada en función a lo sucedido
en estos últimos días con el asunto de la Semarnat habiendo declarado en
pleno inicio de periodo vacacional como "altamente contaminadas" a las
playas veracruzanas, así como al INAH haciendo una bola de comentarios
sobre la caída de la cornisa que ya costó una vida, pero, que en los
hechos la única culpable de que nada se pueda hacer en el Centro
Histórico de Veracruz es el INAH, en función al alto burocratismo que
ahí impera (cuando quieran hasta lo debatimos públicamente, con testigos
-agraviados- y toda la cosa), pues lógico, la pérdida de una vida es
espantoso y si tenemos en el umbral, por la negativa del INAH a dar los
permisos para la recuperación de las construcciones bajo su férula -que
son las realmente peligrosas- la amenaza de más desgracias, más aún; y,
la SEMARNAT en su pésima mala leche por querer frenar el flujo de
turistas a Veracruz, ambas dependencias merecen entonces una suculenta,
estruendosa, vernácula, nutritiva y altamente motivante ¡Mentada de madre!
¡A VERACRUZ YA NO LO PARA NI AFECTA CAMPAÑA NEGRA ALGUNA!
Amén, de que el aviso de la SEMARNAT ha hecho a Veracruz lo que el
viento a Juárez, pues ¡Cómo está llegando turismo a Veracruz!, solo hay
que darse una vuelta por las caseta de cobro del puente de La Antigua y
la de Rinconada ¡Largas colas de vehículos con destino a todo Veracruz!
Por lo tanto, a Veracruz ya nadie lo para, vamos en pleno despegue y
consolidación en todos los sentidos, hasta en las mentadas.
Tal es la frase (aunque en su muy vernácula cuanto sonora escritura y
pronunciación -que por decoro no reproducí tal cual-), con la que
Roberto Blanco Moheno (quien tengo entendido era de Alvarado, Veracruz.
Pero, alguien me decía que no, aunque yo recuerdo el periodista siempre
dijo ser de la muy Generosa) comienza su libro "Un son que canta en el
río", que además de ameno, pues trata de las vicisitudes de las
proverbiales, pero amistosas cuanto pintorescas y anecdóticas relaciones
entre los alvaradeños y los tlacotalpeños, hago alusión a esta obra,
precisamente por la mentada de madre con la que se inicia. Y, de acuerdo
con lo que he ido leyendo por ahí y lo que he logrado vivir en otros
lados de nuestra bella nación, Veracruz y muy especialmente la ciudad y
Cuenca del Papaloapan, la mentada de madre es algo tan cotidiano, ameno
y agraciado como el "arroz con pescado". Pues miren, en otros lado del
país, una mentada de madre es el equivalente a un insulto de tal
magnitud que en tal acto y hecho se puede incluso exponer la vida misma.
En cambio, aquí, en la solariega zona conurbada Veracruz-Boca del Río,
como en la Cuenca misma, pero, sobre todo en Alvarado y Tlacotalpan, una
mentada es hasta algo refrescante, algo motivante a la apertura del
diálogo y el encuentro de las soluciones por la vía pacífica a problemas
intrincados que se presentan.
Que yo recuerde, desde mi vida de escolar, jamás de los jamases una
mentada de madre ha provocado pleito alguno y mucho menos derramamiento
de sangre, sino al contrario, una auténtica distensión a situaciones que
se habían estado tornando precisamente difíciles y de muy complicado manejo.
LA MEJOR MENTADA QUE HE ESCUCHADO
Y, es precisamente de Alvarado, de una ciudadana de ese sitio, cuya
procedencia real es de Paso Nacional (o sea, del otro lado del puente, a
donde llegaba y de donde partía la panga hasta principios de los sesenta
cuando se inaugura el actual puente de Alvarado), de quien he escuchado
la más original mentada de madre, pues, cabe hacer la aclaración que en
esta muy vernácula expresión hay toda una variedad con sus agredados y
anexos que la tornan todavía más sonora y divertida. Charito, que es el
nombre de esta gran amiga de mi familia y que fuera destacada
colaboradora de mi mamá, durante su estadía en casa, recuerdo su hija se
quejó acremente de una persona que algo le había hecho y le había
provocado gran disgusto a la joven Olivia, a lo que Charito,
imperturbable, haciendo un paréntesis en la plática que tenía con Mein
Führer, le dijo al retoño de sus entrañas, con toda la resonancia e
inflexión que la voz de la expresión conlleva y merece: "Dile que vaya y
¡Chin... su madre! ¡Y en ceviche!, para que le dure mucho!". Obvio, al
escuchar tanta creatividad para la proyección de una mentada, solo acaté
a soltar una soberana carcajada y al término de la misma agregué: "¡La
palabra cantó!".
¡HOMBRE! ¡QUE HUBO CREATIVIDAD!
Y Charito siguió la charla con la autora de mis días y nada perturbó la
calma de la casa y mucho menos el suceso narrado por Oli se tornó en
algo traumático; todo, gracias a una muy bien dirigida salida de
adrenalina vía la jarochísima mentada. Pero además con el agregado del
"ceviche", pues ya ven ustedes que tal guiso es, amén de típico de
Veracruz, altamente rendidor, dura mucho y alcanza para mucha gente, por
lo tanto, la creatividad de Charito quedó manifiesta al haber "creado"
una mentada en ceviche "para que durara mucho".
ESTA APOLOGIA DE LA MENTADA, CON DEDICATORIA Y CEVICHE PARA LA SEMARNAT
E INAH
Hago prácticamente esa apología de la mentada en función a lo sucedido
en estos últimos días con el asunto de la Semarnat habiendo declarado en
pleno inicio de periodo vacacional como "altamente contaminadas" a las
playas veracruzanas, así como al INAH haciendo una bola de comentarios
sobre la caída de la cornisa que ya costó una vida, pero, que en los
hechos la única culpable de que nada se pueda hacer en el Centro
Histórico de Veracruz es el INAH, en función al alto burocratismo que
ahí impera (cuando quieran hasta lo debatimos públicamente, con testigos
-agraviados- y toda la cosa), pues lógico, la pérdida de una vida es
espantoso y si tenemos en el umbral, por la negativa del INAH a dar los
permisos para la recuperación de las construcciones bajo su férula -que
son las realmente peligrosas- la amenaza de más desgracias, más aún; y,
la SEMARNAT en su pésima mala leche por querer frenar el flujo de
turistas a Veracruz, ambas dependencias merecen entonces una suculenta,
estruendosa, vernácula, nutritiva y altamente motivante ¡Mentada de madre!
¡A VERACRUZ YA NO LO PARA NI AFECTA CAMPAÑA NEGRA ALGUNA!
Amén, de que el aviso de la SEMARNAT ha hecho a Veracruz lo que el
viento a Juárez, pues ¡Cómo está llegando turismo a Veracruz!, solo hay
que darse una vuelta por las caseta de cobro del puente de La Antigua y
la de Rinconada ¡Largas colas de vehículos con destino a todo Veracruz!
Por lo tanto, a Veracruz ya nadie lo para, vamos en pleno despegue y
consolidación en todos los sentidos, hasta en las mentadas.
correo: losbuenosdias@gmail.com
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