EL VIEJITO MION

EL VIEJITO MION
Luis, con sus 80 años de edad va a hacerse su chequeo anual. Todos los análisis tienen resultados normales, por lo que el Dr. García le dice: "Bueno Jorge, todo indica que está usted muy bien de salud desde el punto de vista físico. Pero ¿Mentalmente como se siente y emocionalmente?". Luis responde: "Dios y yo estamos muy ligados. Fíjese doctor cómo El sabe que soy muy corto de vista, cuando voy al baño de noche, El me enciende la luz y cuando termino me la apaga". "¡Qué bárbaro! ¡Parece increíble!", exclama el médico.
Un par de horas más tarde, el Doctor García decide llamar por teléfono a la hija de Don Luis, amiga suya: "¡Hola Susana!, tu padre está muy bien, Físicamente un diez, pero, te llamo porque tengo ciertos temores en cuanto a su salud mental y su relación con Dios ¿Es cierto que cuando se levanta por la noche tu papá al baño, se enciende sola la luz del cuarto del baño y cuando termina, la luz se apaga de igual manera?". "¡Madre mía!", exclama Susana: "¡Ya está otra vez meando en el refrigerador!".
UNO SILENCIOSO
Una viejita, en la mitad de un servicio religioso, se inclina y le dice al oído al esposo: "Me acabo de tirar un pedito silencioso. ¿Qué hago?..." Y el marido le responde: "Ahora nada, pero después, cámbiale las pilas al audífono".
DÍA DE URGENCIAS EN EL IMSS
Dicen que un día en el hospital del IMSS habían faltado varios médicos porque estaban enfermos y el servicio de Urgencias quedaba prácticamente sin atención médica. El jefe de guardia no sabía qué hacer, cómo solucionar el problema, pero como era un hombre muy religioso, se le aparece Jesús y le dice:
"Yo me quedaré en la guardia en reemplazo de los médicos enfermos".
El jefe de la guardia no lo podía creer ¡Tener a Jesucristo como médico! Inmediatamente un brutal accidente ocurre en la puerta del hospital, un hombre fue atropellado violentamente por un autobús, y luego el pesado vehículo le pasó por encima. Destruido y herido de muerte lo ingresan al hospital.
Jesús ve que el hombre no tiene posibilidad de sobrevivir, entonces piensa:
"Tendré que recurrir a un milagro". Posa sobre el hombre moribundo sus dos manos y, como había hecho con Lázaro, le dice:
"¡Levántate y anda!". El hombre, absolutamente sano, sale del hospital. La gente y sus familiares afuera no lo podían creer, no daban crédito de ver la milagrosa recuperación, pues todos habían visto el accidente. Entonces le preguntan: "¿Qué te hicieron?". Y el hombre técnicamente resucitado responde: "¡Nada!, como siempre ¡Pinche Seguro, ni una radiografía". (Éste fue cosecha de Juanito el Terrible).
¡MUY BUEN DOMINGO!
Esperando sean de su agrado las reproducciones anteriores, me permito recordarles, que, no es por nada, pero mañana comienza el mes de febrero y el diez no olviden que cumplo mis ¡56 abriles! Y tengo como 15 de estar insistiendo en mi Mercedes Benz, que ahora tendrá que ser una vagoneta en virtud a la edad y al peso. Por lo tanto, el señor doctor, especialista en la angina derecha, Juanito Romero está ya de coordinador de la cooperacha, así que hay que entrarle a Belén bailando.
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