LA CULTURA DE LA DERROTA
LA CULTURA DE LA DERROTA
El otro día un amigo intentó entrar en plática conmigo con el trillado tema del futbol, le expliqué que ni me gusta tal deporte y mirarlo menos, peor aún en esta circunstancia de mediatización total en que se encuentra convertido el "mundial". Pero, insistió en saber mi opinión sobre la eliminación de la selección nacional, a lo que gustoso le dije todos eran una bola de bestias que merecían ser emplumados y mandados a pasear para que la afición viera a tan rutilantes estrellas en muy merecido vestuario. Todos ellos encabezados por el carísimo entrenador argentino, el señor Lavolpe, quien según las malas lenguas, se ha llevado una millonada en ¡Dólares!, por "entrenar" a la "des-selección".
De inmediato mi amigo reaccionó expresando su sorpresa por mi opinión diciéndome: "me gustaría verte jugando fut, a ver si es cierto". Mi respuesta inmediata fue: "Por eso es que no me ves jugando fut".
O sea, mi interlocutor, al igual que muchos aficionados ¡Se dan por conformes con la derrota de México en futbol! ¡Dios mío!, esto indiscutiblemente es alarmante toda vez que se ve de inmediato uno de los motivos más importantes por qué perdemos en toda justa deportiva y demás competencias en las que participamos los mexicanos: tenemos la cultura de la derrota.
¡TERRIBLE ASUNTO QUE LA JUVENTUD ACEPTE UNA DERROTA COMO VICTORIA!
¿Cómo va a ser posible se haya ya prácticamente institucionalizado tal forma de ser como algo aceptable ¡Dios mío!, cuando uno va a competir, es porque lleva uno la muy firme idea de triunfar. Pues si de entrada vamos con las piernas temblando y pensando que el contendiente es mejor ¡Sonamos! No, definitivamente no. No es aceptable bajo ninguna circunstancias tal sentir. Esto incuestionablemente se debe a la más absoluta mediocridad con la que hemos venido jugando siempre.
INCUESTIONABLEMENTE UNA FRASE PARA FRUSTRADOS
Recuerdo desde las olimpiadas en 1968, alguien salió con la jalada de "lo importante no es ganar sino competir" ¡Por favor! Con tal espíritu antes no nos han borrado del mapa como nación. Por fortuna para efectos cívicos las pasadas generaciones nos han dejado suficiente alma para salir adelante, pero, si seguimos por esta vertiente, no me cabe la menor duda terminaremos como una estrella más de la bandera gringa y todos felices porque ya no vamos a tener que hacer grandes colas en la embajada americana al no haber más necesidad para solicitar visas.
Ejemplos podemos dar muchos, como aquel que les di cuando las olimpiadas de Montreal, cuando el equipo japonés le sacó del bolsillo la medalla de oro a los soviéticos.
POR CIERTO, NADIE PROMETIO METER MANO AL DEPORTE Y CREAR VERDADEROS COMPETIDORES
Ojalá y los candidatos que todo lo han prometido, hubiesen ofrecido poner orden en el deporte mexicano para acabar con el amiguismo y el vedetismo que ahí impera, motivo por el cual nunca ganamos nada y cuando hemos ganado, en función a que dichos ganadores no se "disciplinan" y se salen del huacal, son fundidos y enviados al más terrible de los abandonos. No importando el papel destacado que hayan tenido ¿Ejemplos? ¿Cuántas medallas de oro hemos ganado en los juegos olímpicos? También aquí siempre acabamos en un móndrigo bronce si bien nos va. En aquellas olimpiadas de Australia 2000, cuando Soraya Jiménez, por sus propios méritos ganó oro en el levantamiento de pesas, prácticamente fue proscrita desde el principio al haber comentado que jamás había recibido apoyo de la Comisión Nacional del Deporte, sencillamente porque no había sido de las "consentidas". Fue tan espantosa la "polaca" a la que estuvo sujeta Soraya, que ni fue ayudada con las lesiones que tenía y como tal virtud no pudo hacer más calificaciones y marcas, fue dada de baja, o sea, abandonada a su suerte.
MATERIAL HAY DE SOBRA EN EL PAIS PARA GANAR, PERO, TODO ES CUESTION DE LA "POLACA"
Claro, me dirán ustedes que el futbol profesional nada tiene que ver con la Comisión Nacional del Deporte, pero, para muestra un botón y no me puedo imaginar a una estructura deportiva mexicana distinta a la otra.
Lo peor de todo esto, es que tal y como el caso de Soraya, en el país tenemos toda una gama de posibilidades, pues entre la población hay genios para todo, pero, lamentablemente no son los recomendados o los que les caen bien a los de la toma de decisiones.
IGUAL CON LAS BECAS, LOS PUROS RECOMENDADOS SE LAS LLEVAN, LOS ESTUDIOSOS ¡QUE SE FASTIDIEN!
Ahí tenemos por ejemplo el problema de la llamada "fuga de cerebros", los meros trinchones pensadores y del coeficiente intelectual alto en este país deben irse al extranjero como puedan a fin de desarrollar sus ideas. Aquí solamente tienen cabida a las becas decentes los hijos, ahijados, parientes y cuates de los encumbrados, de ahí en fuera, no importa la calificación, si no se cuenta con un padrino, el más genio puede terminar de chofer de un taxi porque se le negaron las oportunidades que en teoría ofrece el sistema, pero en la práctica sólo las reciben los favoritos.
Por ahí va más o menos el tenor del asunto este del futbol, en donde, como lo dice la frase trillada esa: "Se jugó como nunca y se perdió como siempre".
El otro día un amigo intentó entrar en plática conmigo con el trillado tema del futbol, le expliqué que ni me gusta tal deporte y mirarlo menos, peor aún en esta circunstancia de mediatización total en que se encuentra convertido el "mundial". Pero, insistió en saber mi opinión sobre la eliminación de la selección nacional, a lo que gustoso le dije todos eran una bola de bestias que merecían ser emplumados y mandados a pasear para que la afición viera a tan rutilantes estrellas en muy merecido vestuario. Todos ellos encabezados por el carísimo entrenador argentino, el señor Lavolpe, quien según las malas lenguas, se ha llevado una millonada en ¡Dólares!, por "entrenar" a la "des-selección".
De inmediato mi amigo reaccionó expresando su sorpresa por mi opinión diciéndome: "me gustaría verte jugando fut, a ver si es cierto". Mi respuesta inmediata fue: "Por eso es que no me ves jugando fut".
O sea, mi interlocutor, al igual que muchos aficionados ¡Se dan por conformes con la derrota de México en futbol! ¡Dios mío!, esto indiscutiblemente es alarmante toda vez que se ve de inmediato uno de los motivos más importantes por qué perdemos en toda justa deportiva y demás competencias en las que participamos los mexicanos: tenemos la cultura de la derrota.
¡TERRIBLE ASUNTO QUE LA JUVENTUD ACEPTE UNA DERROTA COMO VICTORIA!
¿Cómo va a ser posible se haya ya prácticamente institucionalizado tal forma de ser como algo aceptable ¡Dios mío!, cuando uno va a competir, es porque lleva uno la muy firme idea de triunfar. Pues si de entrada vamos con las piernas temblando y pensando que el contendiente es mejor ¡Sonamos! No, definitivamente no. No es aceptable bajo ninguna circunstancias tal sentir. Esto incuestionablemente se debe a la más absoluta mediocridad con la que hemos venido jugando siempre.
INCUESTIONABLEMENTE UNA FRASE PARA FRUSTRADOS
Recuerdo desde las olimpiadas en 1968, alguien salió con la jalada de "lo importante no es ganar sino competir" ¡Por favor! Con tal espíritu antes no nos han borrado del mapa como nación. Por fortuna para efectos cívicos las pasadas generaciones nos han dejado suficiente alma para salir adelante, pero, si seguimos por esta vertiente, no me cabe la menor duda terminaremos como una estrella más de la bandera gringa y todos felices porque ya no vamos a tener que hacer grandes colas en la embajada americana al no haber más necesidad para solicitar visas.
Ejemplos podemos dar muchos, como aquel que les di cuando las olimpiadas de Montreal, cuando el equipo japonés le sacó del bolsillo la medalla de oro a los soviéticos.
POR CIERTO, NADIE PROMETIO METER MANO AL DEPORTE Y CREAR VERDADEROS COMPETIDORES
Ojalá y los candidatos que todo lo han prometido, hubiesen ofrecido poner orden en el deporte mexicano para acabar con el amiguismo y el vedetismo que ahí impera, motivo por el cual nunca ganamos nada y cuando hemos ganado, en función a que dichos ganadores no se "disciplinan" y se salen del huacal, son fundidos y enviados al más terrible de los abandonos. No importando el papel destacado que hayan tenido ¿Ejemplos? ¿Cuántas medallas de oro hemos ganado en los juegos olímpicos? También aquí siempre acabamos en un móndrigo bronce si bien nos va. En aquellas olimpiadas de Australia 2000, cuando Soraya Jiménez, por sus propios méritos ganó oro en el levantamiento de pesas, prácticamente fue proscrita desde el principio al haber comentado que jamás había recibido apoyo de la Comisión Nacional del Deporte, sencillamente porque no había sido de las "consentidas". Fue tan espantosa la "polaca" a la que estuvo sujeta Soraya, que ni fue ayudada con las lesiones que tenía y como tal virtud no pudo hacer más calificaciones y marcas, fue dada de baja, o sea, abandonada a su suerte.
MATERIAL HAY DE SOBRA EN EL PAIS PARA GANAR, PERO, TODO ES CUESTION DE LA "POLACA"
Claro, me dirán ustedes que el futbol profesional nada tiene que ver con la Comisión Nacional del Deporte, pero, para muestra un botón y no me puedo imaginar a una estructura deportiva mexicana distinta a la otra.
Lo peor de todo esto, es que tal y como el caso de Soraya, en el país tenemos toda una gama de posibilidades, pues entre la población hay genios para todo, pero, lamentablemente no son los recomendados o los que les caen bien a los de la toma de decisiones.
IGUAL CON LAS BECAS, LOS PUROS RECOMENDADOS SE LAS LLEVAN, LOS ESTUDIOSOS ¡QUE SE FASTIDIEN!
Ahí tenemos por ejemplo el problema de la llamada "fuga de cerebros", los meros trinchones pensadores y del coeficiente intelectual alto en este país deben irse al extranjero como puedan a fin de desarrollar sus ideas. Aquí solamente tienen cabida a las becas decentes los hijos, ahijados, parientes y cuates de los encumbrados, de ahí en fuera, no importa la calificación, si no se cuenta con un padrino, el más genio puede terminar de chofer de un taxi porque se le negaron las oportunidades que en teoría ofrece el sistema, pero en la práctica sólo las reciben los favoritos.
Por ahí va más o menos el tenor del asunto este del futbol, en donde, como lo dice la frase trillada esa: "Se jugó como nunca y se perdió como siempre".
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