EL BICENTENARIO DE SALIVA Y PAPEL
EL BICENTENARIO DE SALIVA Y PAPEL
Cuando el bicentenario de la independencia de los EUA, allá por 1976, tuve la fortuna de andar de vago por aquellas tierras en ese tiempo en que los mexicanos no éramos tan mal vistos y mucho menos había los sistemas de controles y revisiones de hoy, o sea, se podía vivir bien. Si mal no me acuerdo la algarabía de toda la gringada por el acontecimiento era algo realmente contagiante; así mismo recuerdo los billetes de dos dólares que se mandaron a imprimir y circularon con profusión. Yo aún guardo uno incluso autografiado y dedicado a mí por mi hermana Lupita (QEPD). Ahí lo guardo en el arcano de mis recuerdos. Pero, toda esta reflexión viene precisamente no al bicentenario gringo, sino ¡Al nuestro!, que en comparación con la exuberancia de obras, festividades y fastos llevados a cabo con motivo del centenario de nuestra independencia, lógicamente hace cien años, los festejos de nuestro bicentenario están por demás desangelados, inciertos, hueros y además, lo poco que se está organizando se lo dieron para su cometido a unos australianos.
AQUELLOS SI FUERON VERDADEROS FESTEJOS
Hoy, a cien años de distancia de aquel fastuoso e inolvidable festejo del centenario de nuestra Independencia, muy bien podemos ver y hacer con exactitud la comparación correspondiente de lo que fue México durante el mal llamado "porfiriato", que debería ser "porfirismo", en donde como emblema de emblemas tenemos el monumento a la Independencia en el Paseo de la Reforma, que es no sólo emblemático de la Ciudad de México, sino del país mismo. Pues tal monumento fue realizado por órdenes del entonces Presidente Porfirio Díaz Mori. Incluso, fue tal la "desorganización" del gobierno de la República de hace cien años, que además de los puertos de Veracruz y Salina Cruz, con instalaciones absolutamente de lo que hoy se llama tecnología de punta, Don Porfi dejó un país comunicado por todos lados, vía ferrocarriles, los más modernos de la época, así como vía telegráfica. Y todos los mexicanos de ese entonces tenían acceso a estos medios de comunicación, que en su momento, el telégrafos fue lo que el Internet en nuestra época, pero, con la diferencia de que a este último tiene acceso un número muy restringido de ciudadanos, si se compara contra el grueso de la población. En lo que respecta a nuestra ciudad, además de los tranvías y la electrificación de toda la zona urbana, se introdujo el drenaje y el agua potable, que para otra muestra de la calidad de las obras de Do Porfi, la planta potabilizadora de agua de El Tejar, construida como parte de la infraestructura para dar el abastecimiento del vital líquido, viene de esa época ¡Y sigue en funcionamiento!
LA VERDAD NO PECA, PERO INCOMODA
En fin, no estoy de aguafiestas y mucho menos de negativo, pero, si ustedes se toman la molestia de entrar en Internet y hacer el comparativo de lo que fueron los festejos del Centenario, contra lo que a casi un mes del Bicentenario hay, ni punto de comparación.
HABÍA INDEPENDENCIA HASTA CON LOS EUA
Obvio, dicen que todas las comparaciones son odiosas, pero, ya que estamos hablando de festejos de nuestra Independencia y además, por las críticas que ha recibido a través de la historia el régimen del General Díaz, ahí se los dejo de tarea para que vean cómo está el asunto. Además, de que la independencia también tuvo mucho que ver con los EUA, el Gran General no permitió la injerencia de los gringos en nuestro país, como sucede hoy día.
LUEGO ENTONCES ¿QUIÉN SE ORGANIZÓ MEJOR?
Por lo pronto, ahí les dejo de tema de reflexión este asunto. Por cierto y no obstante el actual Paseo de la Reforma, se comienza en proyecto cuando la intervención de Maximiliano de Habsburgo, nada se hizo en concreto por tan bello paseo del D.F., sino que tuvo que llegar al poder Don Porfi para darle a la ciudad capital del país, un paseo totalmente a la altura de las grandes capitales del mundo y es así como se hace realidad el paseo y prácticamente todos los monumentos que en él existen, incluido el de Cuauhtémoc, inaugurado allá por 1887, según me reportan mis libros de historia ¡Ah! Y con la muy resaltada característica de que los festejos del centenario fueron organizados por mexicanos, no por extranjeros, como ahora el desangelado Bicentenario.
http://losbuenosdias.blogspot.com
correo:losbuenosdias@gmail.com
Cuando el bicentenario de la independencia de los EUA, allá por 1976, tuve la fortuna de andar de vago por aquellas tierras en ese tiempo en que los mexicanos no éramos tan mal vistos y mucho menos había los sistemas de controles y revisiones de hoy, o sea, se podía vivir bien. Si mal no me acuerdo la algarabía de toda la gringada por el acontecimiento era algo realmente contagiante; así mismo recuerdo los billetes de dos dólares que se mandaron a imprimir y circularon con profusión. Yo aún guardo uno incluso autografiado y dedicado a mí por mi hermana Lupita (QEPD). Ahí lo guardo en el arcano de mis recuerdos. Pero, toda esta reflexión viene precisamente no al bicentenario gringo, sino ¡Al nuestro!, que en comparación con la exuberancia de obras, festividades y fastos llevados a cabo con motivo del centenario de nuestra independencia, lógicamente hace cien años, los festejos de nuestro bicentenario están por demás desangelados, inciertos, hueros y además, lo poco que se está organizando se lo dieron para su cometido a unos australianos.
AQUELLOS SI FUERON VERDADEROS FESTEJOS
Hoy, a cien años de distancia de aquel fastuoso e inolvidable festejo del centenario de nuestra Independencia, muy bien podemos ver y hacer con exactitud la comparación correspondiente de lo que fue México durante el mal llamado "porfiriato", que debería ser "porfirismo", en donde como emblema de emblemas tenemos el monumento a la Independencia en el Paseo de la Reforma, que es no sólo emblemático de la Ciudad de México, sino del país mismo. Pues tal monumento fue realizado por órdenes del entonces Presidente Porfirio Díaz Mori. Incluso, fue tal la "desorganización" del gobierno de la República de hace cien años, que además de los puertos de Veracruz y Salina Cruz, con instalaciones absolutamente de lo que hoy se llama tecnología de punta, Don Porfi dejó un país comunicado por todos lados, vía ferrocarriles, los más modernos de la época, así como vía telegráfica. Y todos los mexicanos de ese entonces tenían acceso a estos medios de comunicación, que en su momento, el telégrafos fue lo que el Internet en nuestra época, pero, con la diferencia de que a este último tiene acceso un número muy restringido de ciudadanos, si se compara contra el grueso de la población. En lo que respecta a nuestra ciudad, además de los tranvías y la electrificación de toda la zona urbana, se introdujo el drenaje y el agua potable, que para otra muestra de la calidad de las obras de Do Porfi, la planta potabilizadora de agua de El Tejar, construida como parte de la infraestructura para dar el abastecimiento del vital líquido, viene de esa época ¡Y sigue en funcionamiento!
LA VERDAD NO PECA, PERO INCOMODA
En fin, no estoy de aguafiestas y mucho menos de negativo, pero, si ustedes se toman la molestia de entrar en Internet y hacer el comparativo de lo que fueron los festejos del Centenario, contra lo que a casi un mes del Bicentenario hay, ni punto de comparación.
HABÍA INDEPENDENCIA HASTA CON LOS EUA
Obvio, dicen que todas las comparaciones son odiosas, pero, ya que estamos hablando de festejos de nuestra Independencia y además, por las críticas que ha recibido a través de la historia el régimen del General Díaz, ahí se los dejo de tarea para que vean cómo está el asunto. Además, de que la independencia también tuvo mucho que ver con los EUA, el Gran General no permitió la injerencia de los gringos en nuestro país, como sucede hoy día.
LUEGO ENTONCES ¿QUIÉN SE ORGANIZÓ MEJOR?
Por lo pronto, ahí les dejo de tema de reflexión este asunto. Por cierto y no obstante el actual Paseo de la Reforma, se comienza en proyecto cuando la intervención de Maximiliano de Habsburgo, nada se hizo en concreto por tan bello paseo del D.F., sino que tuvo que llegar al poder Don Porfi para darle a la ciudad capital del país, un paseo totalmente a la altura de las grandes capitales del mundo y es así como se hace realidad el paseo y prácticamente todos los monumentos que en él existen, incluido el de Cuauhtémoc, inaugurado allá por 1887, según me reportan mis libros de historia ¡Ah! Y con la muy resaltada característica de que los festejos del centenario fueron organizados por mexicanos, no por extranjeros, como ahora el desangelado Bicentenario.
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correo:losbuenosdias@gmail.com
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