Buenos Dias
MUY CIERTO, RESULTAN SER LUEGO SITIOS SINIESTROS
Leyendo el editorial de El Dictamen el día de ayer me percaté que efectivamente es altamente necesario que las autoridades, tanto de Salud, como las Judiciales realicen la permanente supervisión de todos los centros que con carácter humanitario prestan supuestos servicios de apoyo a la comunidad de escasos recursos. Como sería el caso, por ejemplo, de las llamadas granjas en donde dan alojamiento a personas en búsqueda de tratamiento y ayuda para dejar algún tipo de dependencia, tengo entendido de acuerdo a las historias contadas por quienes incluso han tenido la desdicha de haber sido llevados a tales "centros" por sus familiares, del terrible infierno experimentado, desde ser bañados con agua helada en plena madrugada, golpeados y además obligados a realizar trabajos en condiciones de esclavos, pues amén de no recibir remuneración alguna, deben llevar a cabo las tareas encomendadas, so pena de ser sometidos a castigos corporales que incuestionablemente conllevan una tremenda carga de afectación psicológica.
Dentro del mismo rubro están los "asilos de ancianos" o centros a donde se reciben a las personas de edad avanzada cuyos familiares se han negado rotundamente a hacerse cargo de ellos y ahí también son sometidos estos pobres ciudadanos a incluso golpes.
QUE CUMPLAN CON EL COMPROMISO SOLICITADO
En el caso de los albergues para niños, también se han dado casos en que estos son objetos de maltrato. Por lo tanto, es imperativa la supervisión de las autoridades correspondientes a estos centros, supuestamente humanitarios, que en los hechos luego se tornan en lucrativos negocios por la venta de los géneros que los mismos familiares de los internos llevan a fin de que reciban una alimentación adecuada sus familiares, esto en el caso de las "granjas" o en el caso de los voluntarios para "ayudar" a los ancianos, la ayuda recibida tampoco llega como debieran ser estos seres necesitados.
Nada tiene de malo prestar ayuda y auxilio a nuestros semejantes, pero, siempre existe lo que Rubén Darío en su poema "Los Motivos del Lobo", califica como: "En el hombre hay mala levadura".
Bueno, pues para eso están los representantes de la autoridad a fin de hacer cumplir fehacientemente la ayuda que se comprometieron a prestar quienes así decidieron actuar y no hacer de esta supuesta ayuda un escudo para consolidar dividendos a la sombra de la explotación de seres indefensos.
NO SE VALE LUCRAR CON LA NECESIDAD
Es menester proceder cuanto antes a revisiones periódicas de estos centros, pero sobre todo buscar los mecanismos debidos a fin de que los internos puedan decir exactamente lo que ahí está sucediendo y cómo están siendo tratados, toda vez que podría suceder aquí como en aquella parte del Quijote, cuando éste al ir por el camino encuentra cómo en el campo un joven está siendo azotado por un labriego, Don Quijote interviene a favor del doncel, lo libra de la azotaína y se marcha contento de haber cumplido con su caballeresco deber, pero, tiempo después se vuelve a encontrar con el muchacho maltratado y éste le reclama airado que una vez que él se marchó el labriego lo golpeó todavía con más saña.
SE VAN DE LA SARTEN A LAS BRASAS
Por lo tanto, se deben tomar las medidas del caso a fin de evitar que por miedo a represalias los internos obligadamente hablen bonito de sus captores, pues así ningún caso tendrían las revisiones si no se buscan los mecanismos adecuados que permitan a los cautivos a ser liberados del infierno al que están sujetos.
Obvio, un tratamiento de rehabilitación es duro, muy difícil de sobrellevar, pero, tampoco es como para que se usen como esclavos a quienes han tenido el infortunio de caer, tanto en las garras del vicio como en esos "centros de rehabilitación".
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