LA GENERACION PERDIDA
LA GENERACION PERDIDA
No obstante el título de la presente "calumnia" es referente a una serie de escritores norteamericanos avecindados en París y otras capitales europeas en la década de los 20 (esto ya se los expliqué en una ocasión) hoy la utilizo para señalar a la que yo pertenezco en la facultad de Derecho de la UV, pero en el sentido más peyorativo que se puedan ustedes imaginar. Resulta que una vez más amenazan con reunirse todos sus integrantes en el mes de octubre en la ciudad de Xalapa y han comenzado a hacer llegar las invitaciones del caso. Y resulta que en este año, según me anuncian los organizadores, cumplimos ¡30 años de haber salido de nuestra querida Facultad de Derecho! ¡Qué bárbaros! ¡Nombre! Yo ni me aparezco por ahí, si nadamás de ver las fotos de aquellos años y ver el cruel paso del tiempo hasta ganas dan de gritar; incluso, en ocasiones cuando me encuentro a algún compañero ¡Pa'su Mecha!, falta poco para una vez salido del asombro preguntar cuándo fue el accidente. Y creo ellos han de pensar lo mismo de mi. El General Tiempo hace estragos espantosos.
Pero en fin, cumplo con la misión encomendada de dar difusión a tan casi fúnebres celebraciones (no va a faltar quién llegue con tanque de oxígeno y toda la cosa).
TRATARÉ SE NOTE EL "ACCIDENTE" LO MENOS POSIBLE
Yo por lo pronto estaré durmiendo en formol para llegado el caso no lucir tan devastado si es que logro ir. Pero, realmente disfruto más las reuniones en lo individual o con dos o tres compañeros o compañeras de generación en función a que puede uno destrozar a los ausentes, por lo tanto en las reuniones colectivas resulta un tanto obligado "no venenear", siendo esto hartamente aburrido ¿O no?
Incuestionablemente que recordar aquellos años felices es todo un acontecer, pero, intentar "repetirlos" es toda una quimera, la vida pasa y con ella nosotros. Claro, caben las memorias y los recuerdos, pero, amén de patético es imposible intentar hacer lo que se hizo: "Nunca la misma agua pasa por el mismo puente".
¡CUAN PADRE RECORDAR LOS TIEMPOS ESTUDIANTILES!
Claro de que me carcajeo hasta más no poder al acordarme de aquellos 6 meses de "preparatoriano" en el antiguo edificio de Esteban Morales y Landero y Coss (pues de ahí partí a estudiar a los EUA y me desfacé de mi generación de primaria y secundaria), cuando en ocasiones se descuidaba algún compañero y ya bien sus libros o cuadernos salían volando con rumbo a los ventiladores y de ahí ver caer todo deshojado el material lanzado ¡Jamás se podría repetir la escena!, amén de que se vería harto ridículo un viejo de 55 años lanzando cuadernos o libros a los ventiladores. Y en virtud de ser bancas largas en donde tomaba uno clases y de pronto el catedrático porque así lo consideraba adecuado como medida disciplinaria ordenaba: "¡Se sale le última banca!". Acto seguido los sentados en dicha banca la sacaban al pasillo para retornar en el acto al salón y escuchar ahora ya en calidad de estentórea la voz del maestro echar a toda la partida de golfos ocurrentes una semana de su clase.
¡LOS GLOBOS LLENOS DE AGUA!
¿Se acuerdan de la guerra de globos llenos de agua? ¡Fenomenales! La escuela era nuestra y los profesores sólo acataban a refugiarse en las oficinas de la Dirección, aunque, hay que admitir que jamás se le faltó el respeto a ninguno de los mentores. Pero, de que el desorden cundía no lo duden un instante.
RECORDAR EL VIVIR, REVIVIR ¡IMPOSIBLE!
Estos momentos sencillamente fueron vividos y jamás podrán ser repetidos, recordados si, pero, irreversibles.
Por lo tanto, evoquemos tales hechos en la narrativa, pero ni de chiste intentar rehacerlos ante la imposibilidad del hecho. De intentarlo sería tal vez un asunto digno para un psiquiatra, pues el pretendido protagonista sería simplemente: un atrapado en el tiempo o alguien quien mentalmente no quiso crecer, pero al que físicamente se le notan todos y cada uno de los pasos del dios Cronos.
http: //losbuenosdias.blogspot.com
correo:losbuenosdias@gmail.com
No reenvíes ni hagas caso de mails donde pidan tu contraseña
No obstante el título de la presente "calumnia" es referente a una serie de escritores norteamericanos avecindados en París y otras capitales europeas en la década de los 20 (esto ya se los expliqué en una ocasión) hoy la utilizo para señalar a la que yo pertenezco en la facultad de Derecho de la UV, pero en el sentido más peyorativo que se puedan ustedes imaginar. Resulta que una vez más amenazan con reunirse todos sus integrantes en el mes de octubre en la ciudad de Xalapa y han comenzado a hacer llegar las invitaciones del caso. Y resulta que en este año, según me anuncian los organizadores, cumplimos ¡30 años de haber salido de nuestra querida Facultad de Derecho! ¡Qué bárbaros! ¡Nombre! Yo ni me aparezco por ahí, si nadamás de ver las fotos de aquellos años y ver el cruel paso del tiempo hasta ganas dan de gritar; incluso, en ocasiones cuando me encuentro a algún compañero ¡Pa'su Mecha!, falta poco para una vez salido del asombro preguntar cuándo fue el accidente. Y creo ellos han de pensar lo mismo de mi. El General Tiempo hace estragos espantosos.
Pero en fin, cumplo con la misión encomendada de dar difusión a tan casi fúnebres celebraciones (no va a faltar quién llegue con tanque de oxígeno y toda la cosa).
TRATARÉ SE NOTE EL "ACCIDENTE" LO MENOS POSIBLE
Yo por lo pronto estaré durmiendo en formol para llegado el caso no lucir tan devastado si es que logro ir. Pero, realmente disfruto más las reuniones en lo individual o con dos o tres compañeros o compañeras de generación en función a que puede uno destrozar a los ausentes, por lo tanto en las reuniones colectivas resulta un tanto obligado "no venenear", siendo esto hartamente aburrido ¿O no?
Incuestionablemente que recordar aquellos años felices es todo un acontecer, pero, intentar "repetirlos" es toda una quimera, la vida pasa y con ella nosotros. Claro, caben las memorias y los recuerdos, pero, amén de patético es imposible intentar hacer lo que se hizo: "Nunca la misma agua pasa por el mismo puente".
¡CUAN PADRE RECORDAR LOS TIEMPOS ESTUDIANTILES!
Claro de que me carcajeo hasta más no poder al acordarme de aquellos 6 meses de "preparatoriano" en el antiguo edificio de Esteban Morales y Landero y Coss (pues de ahí partí a estudiar a los EUA y me desfacé de mi generación de primaria y secundaria), cuando en ocasiones se descuidaba algún compañero y ya bien sus libros o cuadernos salían volando con rumbo a los ventiladores y de ahí ver caer todo deshojado el material lanzado ¡Jamás se podría repetir la escena!, amén de que se vería harto ridículo un viejo de 55 años lanzando cuadernos o libros a los ventiladores. Y en virtud de ser bancas largas en donde tomaba uno clases y de pronto el catedrático porque así lo consideraba adecuado como medida disciplinaria ordenaba: "¡Se sale le última banca!". Acto seguido los sentados en dicha banca la sacaban al pasillo para retornar en el acto al salón y escuchar ahora ya en calidad de estentórea la voz del maestro echar a toda la partida de golfos ocurrentes una semana de su clase.
¡LOS GLOBOS LLENOS DE AGUA!
¿Se acuerdan de la guerra de globos llenos de agua? ¡Fenomenales! La escuela era nuestra y los profesores sólo acataban a refugiarse en las oficinas de la Dirección, aunque, hay que admitir que jamás se le faltó el respeto a ninguno de los mentores. Pero, de que el desorden cundía no lo duden un instante.
RECORDAR EL VIVIR, REVIVIR ¡IMPOSIBLE!
Estos momentos sencillamente fueron vividos y jamás podrán ser repetidos, recordados si, pero, irreversibles.
Por lo tanto, evoquemos tales hechos en la narrativa, pero ni de chiste intentar rehacerlos ante la imposibilidad del hecho. De intentarlo sería tal vez un asunto digno para un psiquiatra, pues el pretendido protagonista sería simplemente: un atrapado en el tiempo o alguien quien mentalmente no quiso crecer, pero al que físicamente se le notan todos y cada uno de los pasos del dios Cronos.
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correo:losbuenosdias@gmail.com
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