"¡DOÑA GEMMA PRECIOSA!"
"¡DOÑA GEMMA PRECIOSA!"
Tal era la forma en como siempre me dirigía a mi gran amiga, notable veracruzana, dama ilustre y toda una institución en el periodismo, Doña Gemma Odila Garzón Arcos, a quien siempre admiré y respeté como lo hicieron millones de veracruzanos, pero, en mi caso, con la gran ventaja de que pude convivir con ella tanto en el plano familiar, profesional (escuchándola, leyéndola y tratando de aprenderle algo a tan conocedor personaje), amén de haber compartido varias anécdotas, que tanto a ella como a su inseparable hijo, mi gran amigo Maní, nos hicieron a la postre desternillarnos de risa, aunque, en algunas de ellas al principio ella había montado en preocupación; todo esto, causa y responsabilidad de "los duendes de la redacción".
RETORNE EN CUANTO SUPE LO DE MI GRAN AMIGA
Ayer no pude escribir sobre mi gran, cuanto grata amiga en virtud de que como los viernes es mi día de asueto, debo dejar preparada mi "calumnia" del día sábado, salgo de la ciudad desde que prácticamente salgo de la oficina en madrugada, pero, a las 5:30 fui notificado del deceso de mi amiga y salí pies en polvorosa para acá, llegué a ver a mis buenos amigos Maní y Sergio, hijos de mi querida Doña Gemma, se me fue el tiempo y no pude actualizar este espacio, por lo que hoy intento hacer un panegírico de tan bella, inteligente, talentosa, culta, femenina, altruista, solidaria y humanista señora.
FUI AFORTUNADO Y SALI GANANDO EN TRATAR A DOÑA GEMMA
No obstante a Doña Gemma Odila la conocí, como todos los veracruzanos ¡De toda la vida!, entré en contacto directo con ella al entrar a trabajar a El Dictamen hace 25 años. Confirmé lo que ya sabía de ella: un ser ¡Amabilísimo!, positiva siempre, sonriente, pero sobre todo con el don de poder transmitir su calidez humana de manera inmediata y efectiva. De ahí p'al real todo fue miel sobre hojuelas con Doña Gemma, quien siempre que llegaba conmigo yo le decía lleno de ánimo mi clásico: "¡Doña Gemma preciosa!". Ella invariablemente me regalaba con su siempre grata sonrisa en lo que me saludaba con un: "¿Cómo estás hijo?". Tal salutación me caía al alma como a la hierba el rocío (esto último me lo he fusilado de Neruda).
La presencia y amistad de Doña Gemma la cultivé, disfruté y gocé siempre. Jamás la vi triste y mucho menos en actitud negativa ¡Siempre alegre y positiva!, buscando lo mejor siempre de la vida.
"¡MANI, QUE YA PARE DE BAILAR TU MAMÁ, SE VA A ENFERMAR!"
Cómo recuerdo aquella fiesta que le organizaron sus amigas cuando cumplió ochenta años de edad en la "Cueva" ¡Que pachangón! Y creo ya se los narré en alguna otra ocasión, Doña Gemma bailó tanto, que llegó el momento en que le dije a Maní: "¡Oye, ya para a tu mamá!, no la vayamos a llevar de aquí al hospital". Maní, no obstante lo vi preocupado, sonrió y me dijo no podía hacer nada, pues su mamá era "imparable". Doña Gemma siguió con su bailongo y excuso decirles la pachanga estuvo, amén de pipa y guante ¡Divertidísima!, al otro día, sobre el medio día, Doña Gemma estaba en El Dictamen, acompañada por su inseparable hijo Maní, fresca y rozagante haciendo entrega de las "Joyitas" del día siguiente; al que se le veía la crisis del cansancio era a Maní, pero a Doña Gemma ¡Para nada!
TODOS CONOCIMOS A DOÑA GEMMA Y TODO VERACRUZ FUE Y ES "JOYITAS"
Y ¿Qué veracruzano no salió o no estuvo en "Joyitas"? ¡Todos!, Doña Gemma siempre dinámica, narró los bautizos, primeras comuniones, quince años, matrimonios y festividades, así como enfermedades y recuperaciones, como también los decesos de casi ¡7 generaciones de veracruzanos! (cada generación se mide en lustros y Doña Gemma escribió durante 57 años ininterrumpidos), por lo tanto, llegó a conocer desde los tatarabuelos, pasando por abuelos, padres e hijos ¡A todas esas generaciones! Y no dudo un ápice hasta a los choznos de algunas familias llegó a mencionar en su gustada cuanto magnífica columna "Joyitas". ¡Fue la madrina de graduación de mi primo Roy! (se puso guapa y bella Doña Gemma con la sortija de náutico de mi pariente -o sea, la pagó- ¡Bien rayado Roy!).
En mi paso por este gran periódico, solo he conocido puras personas interesantes, que también importantes, pero, siempre me ha gustado verlas por el lado del interés humano que siempre han detentado, pues eso es lo que siempre les ha dado enorme valía y la importancia detentada y una de ellas incuestionablemente lo es y fue mi gran amiga Doña ¡Gemma preciosa!".
TODOS EN EL PERIODICO QUERIAN A DOÑA GEMMA
Aún tengo fresca en la memoria aquel suplemento que mi gran amigo y benefactor Don Juan Malpica Mimendi le obsequiara a Gemma (así siempre le hablaba Don Juan a Doña Gemma, de tú y con gran cariño, pues se conocían de toda la vida) y que mi Directora, Doña Bertha Malpica de Ahued, no obstante me había encargado la coordinación del suplemento, lo supervisó personalmente paso a paso, para que "todo saliera bien para Gemma". Todos, absolutamente todos querían mucho a Doña Gemma y le procuraban siempre mucha atención. Pues mi gran amiga quedó tan contenta con el producto final del obsequio de Don Juan, que el ganón fui yo, pues me obsequió, además de una suculenta comida ¡Un pomo de champaña!
CAMINANTE NO HAY CAMINO, SE HACE CAMINO AL ANDAR...
Lamentablemente el tiempo pasa y, hoy, una vez más toman vigencia las palabras de Antonio Machado: "...todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar...".
Más en el caso de Doña Gemma, su obra queda, esa obra de humanismo llevado al extremo a través de su enorme tarea periodística, sobre todo en un género tan difícil como lo es el de sociales, al que ella, incuestionablemente contribuyó, no solo en consolidarlo, sino engrandecerlo y darle la dimensión e importancia de la que hoy goza ¡El periodismo y el género de sociales!
CICLO DE VIDA PLENO, CUANTO FELIZ, COMO CORRESPONDIA A UNA GEMA
¡Hasta luego mi querida y respetada Doña Gemma preciosa!, solo se nos ha adelantado, pero, nos deja por lo pronto una remembranza grata, alegre, amena, fresca, joven, pero sobre todo, la lección de que siempre debe tratar de ser uno feliz a través del servicio hacia y por el prójimo.
correo: losbuenosdias@gmail.com
Tal era la forma en como siempre me dirigía a mi gran amiga, notable veracruzana, dama ilustre y toda una institución en el periodismo, Doña Gemma Odila Garzón Arcos, a quien siempre admiré y respeté como lo hicieron millones de veracruzanos, pero, en mi caso, con la gran ventaja de que pude convivir con ella tanto en el plano familiar, profesional (escuchándola, leyéndola y tratando de aprenderle algo a tan conocedor personaje), amén de haber compartido varias anécdotas, que tanto a ella como a su inseparable hijo, mi gran amigo Maní, nos hicieron a la postre desternillarnos de risa, aunque, en algunas de ellas al principio ella había montado en preocupación; todo esto, causa y responsabilidad de "los duendes de la redacción".
RETORNE EN CUANTO SUPE LO DE MI GRAN AMIGA
Ayer no pude escribir sobre mi gran, cuanto grata amiga en virtud de que como los viernes es mi día de asueto, debo dejar preparada mi "calumnia" del día sábado, salgo de la ciudad desde que prácticamente salgo de la oficina en madrugada, pero, a las 5:30 fui notificado del deceso de mi amiga y salí pies en polvorosa para acá, llegué a ver a mis buenos amigos Maní y Sergio, hijos de mi querida Doña Gemma, se me fue el tiempo y no pude actualizar este espacio, por lo que hoy intento hacer un panegírico de tan bella, inteligente, talentosa, culta, femenina, altruista, solidaria y humanista señora.
FUI AFORTUNADO Y SALI GANANDO EN TRATAR A DOÑA GEMMA
No obstante a Doña Gemma Odila la conocí, como todos los veracruzanos ¡De toda la vida!, entré en contacto directo con ella al entrar a trabajar a El Dictamen hace 25 años. Confirmé lo que ya sabía de ella: un ser ¡Amabilísimo!, positiva siempre, sonriente, pero sobre todo con el don de poder transmitir su calidez humana de manera inmediata y efectiva. De ahí p'al real todo fue miel sobre hojuelas con Doña Gemma, quien siempre que llegaba conmigo yo le decía lleno de ánimo mi clásico: "¡Doña Gemma preciosa!". Ella invariablemente me regalaba con su siempre grata sonrisa en lo que me saludaba con un: "¿Cómo estás hijo?". Tal salutación me caía al alma como a la hierba el rocío (esto último me lo he fusilado de Neruda).
La presencia y amistad de Doña Gemma la cultivé, disfruté y gocé siempre. Jamás la vi triste y mucho menos en actitud negativa ¡Siempre alegre y positiva!, buscando lo mejor siempre de la vida.
"¡MANI, QUE YA PARE DE BAILAR TU MAMÁ, SE VA A ENFERMAR!"
Cómo recuerdo aquella fiesta que le organizaron sus amigas cuando cumplió ochenta años de edad en la "Cueva" ¡Que pachangón! Y creo ya se los narré en alguna otra ocasión, Doña Gemma bailó tanto, que llegó el momento en que le dije a Maní: "¡Oye, ya para a tu mamá!, no la vayamos a llevar de aquí al hospital". Maní, no obstante lo vi preocupado, sonrió y me dijo no podía hacer nada, pues su mamá era "imparable". Doña Gemma siguió con su bailongo y excuso decirles la pachanga estuvo, amén de pipa y guante ¡Divertidísima!, al otro día, sobre el medio día, Doña Gemma estaba en El Dictamen, acompañada por su inseparable hijo Maní, fresca y rozagante haciendo entrega de las "Joyitas" del día siguiente; al que se le veía la crisis del cansancio era a Maní, pero a Doña Gemma ¡Para nada!
TODOS CONOCIMOS A DOÑA GEMMA Y TODO VERACRUZ FUE Y ES "JOYITAS"
Y ¿Qué veracruzano no salió o no estuvo en "Joyitas"? ¡Todos!, Doña Gemma siempre dinámica, narró los bautizos, primeras comuniones, quince años, matrimonios y festividades, así como enfermedades y recuperaciones, como también los decesos de casi ¡7 generaciones de veracruzanos! (cada generación se mide en lustros y Doña Gemma escribió durante 57 años ininterrumpidos), por lo tanto, llegó a conocer desde los tatarabuelos, pasando por abuelos, padres e hijos ¡A todas esas generaciones! Y no dudo un ápice hasta a los choznos de algunas familias llegó a mencionar en su gustada cuanto magnífica columna "Joyitas". ¡Fue la madrina de graduación de mi primo Roy! (se puso guapa y bella Doña Gemma con la sortija de náutico de mi pariente -o sea, la pagó- ¡Bien rayado Roy!).
En mi paso por este gran periódico, solo he conocido puras personas interesantes, que también importantes, pero, siempre me ha gustado verlas por el lado del interés humano que siempre han detentado, pues eso es lo que siempre les ha dado enorme valía y la importancia detentada y una de ellas incuestionablemente lo es y fue mi gran amiga Doña ¡Gemma preciosa!".
TODOS EN EL PERIODICO QUERIAN A DOÑA GEMMA
Aún tengo fresca en la memoria aquel suplemento que mi gran amigo y benefactor Don Juan Malpica Mimendi le obsequiara a Gemma (así siempre le hablaba Don Juan a Doña Gemma, de tú y con gran cariño, pues se conocían de toda la vida) y que mi Directora, Doña Bertha Malpica de Ahued, no obstante me había encargado la coordinación del suplemento, lo supervisó personalmente paso a paso, para que "todo saliera bien para Gemma". Todos, absolutamente todos querían mucho a Doña Gemma y le procuraban siempre mucha atención. Pues mi gran amiga quedó tan contenta con el producto final del obsequio de Don Juan, que el ganón fui yo, pues me obsequió, además de una suculenta comida ¡Un pomo de champaña!
CAMINANTE NO HAY CAMINO, SE HACE CAMINO AL ANDAR...
Lamentablemente el tiempo pasa y, hoy, una vez más toman vigencia las palabras de Antonio Machado: "...todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar...".
Más en el caso de Doña Gemma, su obra queda, esa obra de humanismo llevado al extremo a través de su enorme tarea periodística, sobre todo en un género tan difícil como lo es el de sociales, al que ella, incuestionablemente contribuyó, no solo en consolidarlo, sino engrandecerlo y darle la dimensión e importancia de la que hoy goza ¡El periodismo y el género de sociales!
CICLO DE VIDA PLENO, CUANTO FELIZ, COMO CORRESPONDIA A UNA GEMA
¡Hasta luego mi querida y respetada Doña Gemma preciosa!, solo se nos ha adelantado, pero, nos deja por lo pronto una remembranza grata, alegre, amena, fresca, joven, pero sobre todo, la lección de que siempre debe tratar de ser uno feliz a través del servicio hacia y por el prójimo.
correo: losbuenosdias@gmail.com
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