¡AAAH! EL MES PATRIO

¡AAAH! EL MES PATRIO
Tal vez sean reminiscencias de la ida infancia (hace poco relativamente), pero, con septiembre como que arranca el gusto ese que los jarochos cincuentones y para arriba tenemos por los "nortes" y todo lo que esa época significa hasta llegar al seis de enero. E indudablemente tal época arranca con este mes patrio (llamado así por conmemorarse en él el día de la declaración de Independencia de México).
ERA EL PRELUDIO DE LAS PACHANGAS POR VENIR
¿Se acuerdan que eran los meses de noviembre y diciembre los de las vacaciones escolares, esos que hoy son julio y agosto? ¡La pura vagancia! Incluso, con este mes comenzaban los días de las comidas especiales en casa. Y, no es que día a día se cambiara el menú para la comida, tampoco quiero proyectarme como aquel que en casa teníamos mayordomo y un ejército de servidumbre, pues ¡Para nada! (capaz que empiezo a echármelas de muy burgués y los que aún quedan de mi palomilla de la infancia -entre ellos los Lorenso Licona, Lupe principalmente- me vienen a gritar mi precio y lo que valgo, así como lo devaluado que estaba y estoy, de que no tenía ni en qué caerme muerto en aquellos idos y felices días).
¿SE ACUERDAN DE TODAS ESAS GOLOSINAS MEXICAS?
Pero, a partir de septiembre hasta en las tiendas de abarrotes la cosa iba cambiando (gracias a Dios no había toda esta caterva de "superes") y se comenzaba a vender dulces glaseados ¡Las piñas, los chilacayotes, las cáscaras de naranja, las calabazas, los tejocotes, etc!, todo esto arrancaba precisamente con septiembre y culminaba con el dos de noviembre, el día de muertos ¿Se acuerdan?
SE COMIA DE TODO Y LA GENTE NO SE ENFERMABA TANTO
A eso me refería respecto al menú; por ejemplo, en la casa de mi abuelita Carlota, mi tía Chepa se aventaba unos dulces de antología, como la riquísima ¡Capirotada!, los ¡Chongos zamoranos! ¡Aaaaah!, que delicias. Y ni qué chin...ada diabetes ni que mis cuernos, se comía riquísimo y se vivía mejor. Pues, no estoy de retrógrada, pero, que yo recuerde en aquellos viejos y felices días nunca de los nuncas escuché a mi ancestras (debía ser ancestros, pero, afortunadamente siempre en mi familia prevalecieron las mujeres y sus encantos) decir: "No, de esto no debo comer porque me dijo el doctor me cae mal para la diabetes". O: "No cocinemos con manteca porque es malo para el colesterol y los triglicéridos". ¡Jamás!, mi abuelita, mis tías y mi mamá comieron lo que quisieron, la cantidad que quisieron y, bueno, lamentablemente se tenían que ir y ¡Se marcharon!, eso si, bien comidas, felices y contentas, pues, a una edad de alrededor de los 75 a los 82 años, como que la cosa no está tan mal para dejar este mundo cruel.
¡Aaah!, en cambio ahora hasta hay que tomar café "deslactosado" porque el estrés provoca con la lactosa todo un circo en el sistema digestivo ¡La manga del muerto! (por no decir algo peor).
¡QUE RICO MENU! MEXICANO AL 100%, NO AGRINGADO
En fin, creo me estaba desviando del tema, pero no, todo va en paquete. Resulta el otro día fui a yantar (comer...tampoco es albur) a Sanborns y me encontré que con motivo del mes patrio están sirviendo un menú típico de nuestro país, lo cual me pareció extraordinario, en función a que por lo regular ahora tiene que escoger uno entre pura comida de tipo gringo, lo cual no me es nada simpático. Hubo desde nopales, hasta chongos zamoranos, o sea, la mexicanidad en todo su apogeo. Pero, independientemente de que esto huela a "gol", no lo es, sino, sencilla y llanamente tal comilona me remontó a aquellas épocas de la ida infancia en que desde este mes comenzaba todo ese jolgorio que tenía su efervescencia en diciembre, en las fiestas navideñas y el nostálgico epílogo en el seis de enero, Día de Reyes. Y le llamo nostálgico en virtud de que ese día acababan las vacaciones y debía uno ir a la escuela un año más.
NO HABIA NIÑOS OBESOS, COMO TAMPOCO MISERIA
Y, ahora que me acuerdo, si, comíamos de todo y en abundancia, y no había niños gordos y la gente adulta estaba gorda, no obesa como ahora. Lo que sucede es que todo era natural, no había prisas y la gente se tomaba su tiempo hasta para comer. Lo más espantoso del agringamiento de la cocina mexicana es el "pavo relleno" ¡Espantoso ese menjurje con el que lo atascan!, pero, lo peor de todo es el fachoso ¡Fruitcake!, que en traducción al cristiano significa "pastel de frutas! ¡Deplorablemente horrible en todos sus aspectos!, tanto en presentación como en sabor. Es un digno monumento a la obesidad y toda esa gama de enfermedades que ésta trae consigo ¿A poco no? Además, agregado al agringamiento de nuestra sana, cuanto variadísima cocina mexicana, hoy todo es carrera, andar vertiginoso y ansia sin fin, que hasta de la buena mesa nos hemos olvidado. Por buena mesa debemos entender toda esa inmensa cantidad, cuanto sabrosa comida que se puede preparar con las legumbres y demás productos "made y México".
SOLO FALTA EL CONGRESO DE LA UNIÓN ACABE CON EL "GRITO"
Espero no lleguemos al día en que nuestro mexicanísmo "Grito", lo tengamos que dar también en inglés en virtud a la globalización o que el Congreso de la Unión, en esas disparatadas, cuanto torpes acciones que lleva a cabo, como la eliminación del Informe Presidencial, impida también al Presidente arengar a los mexicanos en tal fecha.
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