MI ABUELITA TOMABA CAFÉ EN "LA PARROQUIA"

MI ABUELITA TOMABA CAFÉ EN "LA PARROQUIA"
¡Pasu mecha! ¿Se imaginan cumplir 200 años!, bueno, pues es exactamente
los que ha cumplido el café más popular y visitado, no solo de Veracruz
ciudad ¡Sino del país!
Y no es el regionalismo y mucho menos el que el señor Fernando Fernández
Lavid, así como su muy amable familia me consideren su amigo, sino
porque me consta en virtud de que en mis correrías por los EUA, me daba
mucho gusto cuando alguien se enteraba sobre mi origen veracruzano lo
primero a lo que hacían referencia era al café de La Parroquia. Creo muy
pocos negocios y contados con la mano y sobran dedos, han llegado en
nuestro país a tan gran número de años en activo y habiendo pasado de
manera generacional en la misma familia y pero sobre todo ¡En expansión
constante!
El día del pasado viernes fue inaugurado el nuevo local de La Parroquia
en el municipio de Boca del Río y ya está a reventar el nuevo café, o
sea, La Parroquia ¡Tiene pegue!
ES PARTE DE LA HISTORIA DE CADA FAMILIA VERACRUZANA
He dado el título del presente escrito precisamente a mi muy querida
abuelita, pues según esto, mi mamá siempre hacía alusión a que mi
querida ancestra, así como mi abuelo José, tenían la costumbre de ir a
tomar café todas las mañanas a La Parroquia y ¡Hombre!, con tales
comentarios, el café de los señores Fernández, no solo forma parte del
patrimonio e historia de Veracruz, sino es también entonces de alguna
forma parte de la narrativa y vivencia de mi familia, como
indiscutiblemente lo es de todos los veracruzanos que nos decimos serlo
y además formar parte sustancial de este bello conglomerado junto al mar.
¿QUIEN NO CONOCE A TAN ILUSTRE Y TRABAJADORA FAMILIA?
De toda la vida yo he conocido a los señores Fernández, y digo de toda
la vida, pues, lógicamente a mis 54 abriles ¡La Parroquia ya existía!, y
ya desde mi niñez siempre he escuchado conceptos amables y muy
reconocidos de los señores Fernández, pero, sobre todo de su altruista
tarea, no solo de preservar a través del tiempo una valiosa tradición de
nuestra ciudad, sino por el altruismo y eso que nuestros ancestros
llamaron "don de gentes" y que lamentablemente tanto de esta
característica se ha perdido en el presente. Pero, que se preserva en
esta honorable y respetable familia, cuyo mérito de ser trabajadores de
todas las generaciones han dado a los veracruzanos un muy notable valor
agregado, pues mucha de la alegría y grato carácter de los jarochos se
encuentra manifestado día a día en tan acogedor, alborozado, bullicioso
y divertido lugar.
¡QUE RICO SE COME Y SE PLATICA EN "LA PARROQUIA"!
Ya la dinámica misma del café es toda una poesía al carácter jarocho, el
ir y venir de los meseros, el "tin, tin, tin" de las cucharas golpeando
los vasos pidiendo la presencia del encargado de vertir el café y la
leche, lo cual lo hace con tal maestría, que no obstante la distancia
desde donde vierte el lácteo producto, jamás mancha o salpica a los
comensales.
¡Las bombas con natas! ¡Los frijoles tirados con plátanos fritos! ¡Los
riquísimos chiles curtidos, junto con las cebollas y las zanahorias!,
así como las "medias noches" ¡Riquísimo todo!
TODO UN FENÓMENO SOCIOLÓGICO Y ¡DEMOCRÁTICO!
Y si en algún momento queremos, no solo de ver un exponente del carácter
veracruzano, sino de la democracia en sí ¡La Parroquia!, ahí conviven en
un ambiente de la mejor convivencia y cordialidad, los personajes más
encumbrados en todos los estratos sociales y se hablan de "tú" con el
bolero, la vendedora de billetes de lotería, el de los chicles, el que
vende relojes, etc. Lo cual, además de hacer también de este café algo
altamente notable desde el punto de vista sociológico, también lo es
desde el punto de vista empresarial, en virtud de que las fuentes de
trabajo no solo son aquellas producidas por los sitios laborales de los
meseros, el personal de cocina, limpiadores, etc., sino por el sin fin
de, ni siquiera se les puede llamar indirectos, sino negocios dentro del
negocio mismo, en función a que todos los vendedores que desde siempre
han existido cual satélites en rededor de La Parroquia, hacen su modus
vivendi a través de este sitio.
¡LA GRATA PRESENCIA Y CABALLEROSIDAD DE DON FERNANDO!
Como parte fundamental del café, es sin lugar a dudas la siempre grata
presencia de Don Fernando, supervisando que todo esté marchando bien y
en regla en el café y, cuando marcha a casa siempre algún miembro de
esta respetada y respetable familia está al frente y de toda la vida así
ha sido.
¿Y SI ESCRIBIERA UN LIBRO DON FERNANDO?
Creo si Don Fernando se decidiera a hacer un libro respecto a todo el
anecdotario que le ha tocado vivir y experimentar en su café ¡Sería un
best seller! Y no solo la jarochada estaríamos expectantes para adquirir
tan singular libro, sino México entero estaría al pendiente, en función
a que por La Parroquia ha pasado mucha de la historia, no solo de
Veracruz, sino de la nación misma.
¡UUUYY! CUANTAS BUENAS VIBRAS DEBEN HABER EN EL CAFE!
No logro imaginar la de negocios, asuntos, encuentros, amores,
desamores, luces y sobras que en torno a las mesas de café de La
Parroquia han quedado arregladas, pues ¡Nada como una taza de rico y
aromático café para alegrar el ánimo! Y con buen ánimo todo se arregla.
UN JAROCHO MÁS QUE SE SUMA A LA TUMULTUARIA CELEBRACIÓN
Me uno a la algarabía jarocha por el gran acontecimiento de los
doscientos años de La Parroquia y de la apertura del nuevo local y desde
estos renglones hacemos receptor de un cálido abrazo y una muy alegre
felicitación a Don Fernando Fernández Lavid, haciéndolos extensivo a sus
familiares, porque con su tesón, gran capacidad de trabajo, honestidad y
don de gentes, no solo le ha dado a Veracruz una tradición, sino un
ejemplo a seguir ¡Enhorabuena!

correo: losbuenosdias@gmail.com

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