"ALCOHOLICO YO"
"ALCOHOLICO YO"
En conviviendo con mis amigos los médicos, uno de ellos contaba la anécdota de que estaba en una ocasión haciendo su servicio social en un hospital de postín en la ciudad de México, o sea ¡Hace muchos años!, y, le tocó ver a un señor que había tenido problemas de salud por un exceso de ingesta de bebidas embriagantes, o sea, se había puesto hasta la chancla y casi se congestionaba. De acuerdo con los antecedentes el pacientes acusaba una tendencia hacia empinar el codo con harta frecuencia. Entonces, dice mi amigo con en el afán de hacerle sentir bien al paciente le dijo que también estaba atendiendo de ese mismo padecimiento, del alcoholismo, a otra persona, pero en la Cruz Roja, entonces, refiere el médico que este paciente le dijo un tanto extrañado y con actitud clasista: "Perdóneme médico, pero ¡Alcohólico yo!, el de la Cruz Roja es un pinche borracho".
POBREZA LA DE ANTES, HOY ES MISERIA
Pues aunque no lo crean esta anécdota y comentario vino a mi testa en función a estar leyendo las estadísticas sobre el aumento de la pobreza en el país, en función a que pobreza había cuando yo era infante y adolescente, lo que ahora tenemos en México es ¡Miseria! Si, efectivamente y hay una diferencia abismal entre un concepto y otro, pues en la pobreza la gente no tiene acceso a toda una gama de satisfactores, pero, al menos alcanza lo estricto, lo que sucedía en el México de mi infancia y temprana juventud. En cambio, en la miseria la gente ha perdido todo, hasta muchos la dignidad.
ERAMOS POBRES, PERO HABIA LO ESTRICTO
Pues haciendo memoria y comparativo, en la década de los sesenta y setenta, todos en el barrio donde yo viví, en Hernández y Hernández e Iturbide, no teníamos gran cosa en nuestros hogares, salvo, eso sí, comida, pues muchos carecíamos al principio de los sesenta de TV (que eran de blanco y negro), de refrigerador y hasta de agua caliente; había un solo baño para toda la familia (y así en casi la totalidad de las casas de todos mis amigos), nunca salíamos de vacaciones, ni teníamos membresía a club alguno, pero, comíamos, jugábamos y les puedo asegurar que nos divertíamos de lo lindo, jamás estábamos aburridos, nunca nos enfermábamos, jamás supimos lo que era estar "traumatizado", y sobre todo, como les digo ¡Comíamos!, incluso, los de mi generación se han de acordar que en aquellos ayeres incluso nuestras abuelas decían luego a determinados parientes que quedaban a pernoctar en sus casas: "No te preocupes, te puedes quedar a vivir aquí, que total, arroz y frijoles no han de faltar".
¡AH! PERO TENEMOS AL HOMBRE MÁS ACAUDALADO DEL MUNDO
Hoy, el futuro nos ha alcanzado yo creo al mundo entero con tanta desgracia y pronóstico apocalíptico y teniendo incluso tanto satisfactor externo y tantas facilidades de "divertimiento", les aseguro la gente en los sesenta y setenta se la pasaba mejor, y no había la miseria que hoy existe, pues de acuerdo con los datos estadísticos que estuve leyendo, la "pobreza extrema" (miseria) ha aumentado al 80% de la población, lo cual, es una cifra espantosa que les aseguro que en términos globales, si hacemos un comparativo entre el México de hoy y el tal vapuleado de Don Porfirio hace cien años ¡Nombre!, hace cien años nuestro país estaba entre los mejorcitos entre el contexto de las naciones. Sobre todo la población toda tenía acceso al entonces Internet de la época, que era el telégrafo, contra los pocos mexicanos que tenemos ese privilegio hoy.
Pues ojalá y le caiga el veinte a los señores de la federación y hagan algo efectivo al respecto, pues la miseria, o sea el hambre, nunca son buenas consejeras. Y eso de que en México está el hombre más acaudalado del mundo es una pésima señal y por eso es que estamos como estamos, porque se permitió en una nación pobre se formara un hombre de tal característica.
http: //losbuenosdias.blogspot.com
correo: losbuenosdias@gmail.com
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En conviviendo con mis amigos los médicos, uno de ellos contaba la anécdota de que estaba en una ocasión haciendo su servicio social en un hospital de postín en la ciudad de México, o sea ¡Hace muchos años!, y, le tocó ver a un señor que había tenido problemas de salud por un exceso de ingesta de bebidas embriagantes, o sea, se había puesto hasta la chancla y casi se congestionaba. De acuerdo con los antecedentes el pacientes acusaba una tendencia hacia empinar el codo con harta frecuencia. Entonces, dice mi amigo con en el afán de hacerle sentir bien al paciente le dijo que también estaba atendiendo de ese mismo padecimiento, del alcoholismo, a otra persona, pero en la Cruz Roja, entonces, refiere el médico que este paciente le dijo un tanto extrañado y con actitud clasista: "Perdóneme médico, pero ¡Alcohólico yo!, el de la Cruz Roja es un pinche borracho".
POBREZA LA DE ANTES, HOY ES MISERIA
Pues aunque no lo crean esta anécdota y comentario vino a mi testa en función a estar leyendo las estadísticas sobre el aumento de la pobreza en el país, en función a que pobreza había cuando yo era infante y adolescente, lo que ahora tenemos en México es ¡Miseria! Si, efectivamente y hay una diferencia abismal entre un concepto y otro, pues en la pobreza la gente no tiene acceso a toda una gama de satisfactores, pero, al menos alcanza lo estricto, lo que sucedía en el México de mi infancia y temprana juventud. En cambio, en la miseria la gente ha perdido todo, hasta muchos la dignidad.
ERAMOS POBRES, PERO HABIA LO ESTRICTO
Pues haciendo memoria y comparativo, en la década de los sesenta y setenta, todos en el barrio donde yo viví, en Hernández y Hernández e Iturbide, no teníamos gran cosa en nuestros hogares, salvo, eso sí, comida, pues muchos carecíamos al principio de los sesenta de TV (que eran de blanco y negro), de refrigerador y hasta de agua caliente; había un solo baño para toda la familia (y así en casi la totalidad de las casas de todos mis amigos), nunca salíamos de vacaciones, ni teníamos membresía a club alguno, pero, comíamos, jugábamos y les puedo asegurar que nos divertíamos de lo lindo, jamás estábamos aburridos, nunca nos enfermábamos, jamás supimos lo que era estar "traumatizado", y sobre todo, como les digo ¡Comíamos!, incluso, los de mi generación se han de acordar que en aquellos ayeres incluso nuestras abuelas decían luego a determinados parientes que quedaban a pernoctar en sus casas: "No te preocupes, te puedes quedar a vivir aquí, que total, arroz y frijoles no han de faltar".
¡AH! PERO TENEMOS AL HOMBRE MÁS ACAUDALADO DEL MUNDO
Hoy, el futuro nos ha alcanzado yo creo al mundo entero con tanta desgracia y pronóstico apocalíptico y teniendo incluso tanto satisfactor externo y tantas facilidades de "divertimiento", les aseguro la gente en los sesenta y setenta se la pasaba mejor, y no había la miseria que hoy existe, pues de acuerdo con los datos estadísticos que estuve leyendo, la "pobreza extrema" (miseria) ha aumentado al 80% de la población, lo cual, es una cifra espantosa que les aseguro que en términos globales, si hacemos un comparativo entre el México de hoy y el tal vapuleado de Don Porfirio hace cien años ¡Nombre!, hace cien años nuestro país estaba entre los mejorcitos entre el contexto de las naciones. Sobre todo la población toda tenía acceso al entonces Internet de la época, que era el telégrafo, contra los pocos mexicanos que tenemos ese privilegio hoy.
Pues ojalá y le caiga el veinte a los señores de la federación y hagan algo efectivo al respecto, pues la miseria, o sea el hambre, nunca son buenas consejeras. Y eso de que en México está el hombre más acaudalado del mundo es una pésima señal y por eso es que estamos como estamos, porque se permitió en una nación pobre se formara un hombre de tal característica.
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