DÍA POR DEMÁS GRANDE

DÍA POR DEMÁS GRANDE
El pasado domingo fue el Día del Abogado, fecha instituida en 1960 por acuerdo presidencial del Licenciado Adolfo López Mateos, en recuerdo de que el 12 de julio de 1553, el Licenciado Bartolomé Frías y Albornoz, impartió la primera cátedra de Derecho en América, en la Real y Pontificia Universidad de México.
Esta fecha coincide también con la del 12 de julio de 1859, en que se decretó la Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos, que fue la primera de las Leyes de Reforma, que en este año del 2009 están cumpliendo 150 años de haberse decretado y las cuales fueron adicionadas a la Constitución de 1857, lo cual fue el detonante para la Guerra de Reforma o de los Tres Años (1859-1961), de los Conservadores contra los Liberales, en la que salieron victoriosos estos últimos.
SI TODO SALE BIEN LO LOGRO LA VIRGENCITA
Pues hasta aquí los antecedentes del Día del Abogado. Actividad profesional de la que todos hablan bien y mal, pero, sucede que por lo regular al abogado siempre se le quiere pagar "en cuanto gane usted del caso", por lo que luego entonces los profesionales del derecho dedicados al litigio tienen que adoptar determinadas acciones y medidas para efectos de la sobrevivencia, de ahí que luego no se hable muy bien de la profesión. Sobre todo a que a diferencias de otras, como por ejemplo la de los médicos, ellos entierran a sus errores y en cambio los del abogado terminan en el bote o embargados. O, como nos decía un maestro de Derecho Penal, el licenciado Torres: "Los que se dediquen a penalistas, no se deben preocupar por nada, pues sólo se quedan en la cárcel los que no tienen dinero y en el caso extremo de que logren ustedes la hazaña de sacar al cliente del la cárcel, toda la familia del indiciado dirá que fue un milagro de la "Virgencita", pero, si el cliente se queda en el bote, toda la culpa será del "andejo" del licenciado.
UNA DE LAS COSAS BUENAS HECHAS EN LA VIDA
Y, bueno, qué les puedo decir a ustedes que tuve la oportunidad de estudiar la licenciatura en Derecho, de lo cual me parece una de las mejores decisiones que he tomado en la vida. Pues, luego también se extrañan mucho de ver a licenciados en Derecho en determinadas tareas o directrices que "nada tienen que ver con la abogacía", pero, no necesariamente un licenciado en Derecho debe ser abogado, cuando que un abogado sí debe ser licenciado en Derecho, y, se ven a los licenciados en Derecho en prácticamente todas las ramas del quehacer humano por la sencilla razón de que todo, absolutamente todo quehacer humano se encuentra tutelado por el Derecho y de ahí esta basta oportunidad de los conocedores del Derecho para entrar en funciones en un sin fin de actividades profesionales.
¡MANTENGASE ALEJADOS DE ABOGADOS Y MÉDICOS!
Mas no obstante de los bonito que les pueda yo hablar de los licenciados en Derecho y abogados en general, en esta cuestión sucede lo mismo que con los médicos, entre más alejados profesionalmente se encuentre uno de ellos mejor irán las cosas, pues de lo contrario, se quiere decir que anda uno metido en broncas o con la salud un tanto mellada.
POR LO DEMÁS, UN ANECDOTARIO MUY, PERO MUY BUENO
Por lo demás resulta de lo más divertido convivir tanto con unos como con otros en función a todo el tremendo anecdotario que cada profesional de la medicina o del Derecho trae en su memoria; siendo de gran risa todo ello.
Por ejemplo, en el caso de los abogados, cuando un cliente viene en medio dos de ellos siempre se le hace la pregunta si viene como Jesucristo cuando vino al mundo o como cuando murió, pues vino entre un burro y un buey y cuando marchó se fue en medio de dos ladrones. Pero que esto y que lo otro ¡Feliz día del abogado!
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