BUEN DOMINGO
BUEN DOMINGO
Espero el calor de este mes que termina mañana, no los haya agobiado y estos chistes al menos les levanten el ánimo un poco.
EN LA FUNCIÓN
Arriba del escenario hay un hombre y un cocodrilo. El cocodrilo abre grande las fauces y el hombre le pone su miembro viril adentro de las dichas fauces. El hombre mira al público y dice: "¿Hay alguien que se anime a hacer lo mismo?". En eso se levanta una viejecita toda enjuta tratando de hacerse entender entre las "chopitas" que hace, echando de ver incluso que carece de todos los dientes, pero tomando aire expone con toda claridad: "Yo me animo, pero no sé si voy a poder abrir la boca tan grande".
EN EL INFIERNO
Llegan las almas de tres hombres al infierno, un mexicano, un gringo y un hindú. El diablo, dirigiéndose a los recién llegados les dice: "Bueno, pues les daré una oportunidad, aquel que aguante tres latigazos míos se pude ir al cielo; además se podrán poner lo que quieran en la espalda". Las ánimas aceptan y primero pasa el gringo, toma una losa de concreto grandísima para protegerse. Pero el diablo al primer latigazo rompe la losa. Exclamando el gringo: "¡Ya!, ¡ya!, ni modo, aquí me quedo".
Pasa entonces el hindú, se arrodilla y le dice el diablo: "¡¿A poco muy cabrón, no te vas a poner nada en la espalda?! Respondiendo el hindú: "Yo solo necesito de la meditación". A lo que el maligno agrega: "Como quieras". Da el primer latigazo y el hindú solo gime un poco, el segundo latigazo y el hindú tranquilo, el tercer latigazo y el hindú como una fresca mañana. Entonces el diablo dice: "Bueno, pues lo prometido es deuda, te puedes ir al cielo". Pero el hindú le responde: "¡Ni madres!, yo quiero ver cómo le va al mexicano, pues siempre nos friega en los chistes, ahora quiero ver con que jalada sale".
Entonces, el mexicano llega al lugar de los latigazos, se fleta arrodillándose, y el diablo le pregunta: "Tú tampoco te vas a poner nada en la espalda". Y el mexicano le revira: "¿Puedo ponerme lo que yo quiera?". El maligno ya furioso le grita amenazante: "¡Lo que tú quiera!". A lo que el connacional ordena: "¡A ver tú pinche hindú, ven pa'cá!".
PEPITO EN LA PELUQUERÍA
Llega Pepito con el peluquero y le dice: "Me corta el pelo más largo del lado derecho que del izquierdo, en capas de atrás, parado de en medio, que no se pueda acomodar aquí, con un remolino de este otro lado y grafilado de enfrente". Perplejo el peluquero le responde: "¡Híjole! ¡Pues está cabrón!". A lo que Pepito agrega: "¿Verdad que está cabrón, güey? Pues así me lo dejaste la vez pasada que me pelaste ¡Hijo de tu pinche ...adre!".
EL TAXISTA
Una noche, un señor elegantemente vestido detiene un taxi y pide al chofer lo lleve a una residencia. En la mitad del camino se ve a una señora muy bien arreglada entrando a un Cabaret de prostitutas. La mujer le pareció familiar al pasajero del taxi y pide al taxista que de la vuelta y se estacionara cerca del local. Una vez allí, saca un fajo de billetes y le dice al taxista: "Aquí tienes mil dólares, y te los ganas si sacas a la mujer vestida de rojo que acaba de entrar al cabaret, pero eso si ¡A punta de madrazos y patadas!... ¡Sin contemplación! Esa desgraciada hija de la tiznada ¡es mi esposa! El taxista, que jamás en su vida había visto tanto dinero junto, acepta sin chistar y se mete al cabaret. A los diez minutos el taxista sale con una mujer arrastrándola por los cabellos, toda golpeada y diciéndole cuanto improperio puedan ustedes imaginar. El ocupante del taxi echa una ojeada y se da cuenta que la señora está vestida de verde y sale corriendo del automóvil a detener al taxista por el garrafal error cometido, exclamando: "¡Pare, pare!, ¡esa no es, esa no es, sacó usted a otra!...". El taxista, con el aliento jadeante, lo mira iracundo y le responde: "¡Tranquilo amigo, que ésta es la mía! ¡Ahora voy por la suya!".
REFLEXIONES DE UN JUDÍO
Pasan dos judíos en avión sobre el Vaticano, y le dice uno al otro, muerto de la envidia: "¡¿Viste?! ¡Y pensar que estos comenzaron el negocio con un pesebre!".
http://losbuenosdias.blogspot.com
correo: losbuenosdias@gmail.com
En Messenger están mis contactos con los que sí tengo contacto
Espero el calor de este mes que termina mañana, no los haya agobiado y estos chistes al menos les levanten el ánimo un poco.
EN LA FUNCIÓN
Arriba del escenario hay un hombre y un cocodrilo. El cocodrilo abre grande las fauces y el hombre le pone su miembro viril adentro de las dichas fauces. El hombre mira al público y dice: "¿Hay alguien que se anime a hacer lo mismo?". En eso se levanta una viejecita toda enjuta tratando de hacerse entender entre las "chopitas" que hace, echando de ver incluso que carece de todos los dientes, pero tomando aire expone con toda claridad: "Yo me animo, pero no sé si voy a poder abrir la boca tan grande".
EN EL INFIERNO
Llegan las almas de tres hombres al infierno, un mexicano, un gringo y un hindú. El diablo, dirigiéndose a los recién llegados les dice: "Bueno, pues les daré una oportunidad, aquel que aguante tres latigazos míos se pude ir al cielo; además se podrán poner lo que quieran en la espalda". Las ánimas aceptan y primero pasa el gringo, toma una losa de concreto grandísima para protegerse. Pero el diablo al primer latigazo rompe la losa. Exclamando el gringo: "¡Ya!, ¡ya!, ni modo, aquí me quedo".
Pasa entonces el hindú, se arrodilla y le dice el diablo: "¡¿A poco muy cabrón, no te vas a poner nada en la espalda?! Respondiendo el hindú: "Yo solo necesito de la meditación". A lo que el maligno agrega: "Como quieras". Da el primer latigazo y el hindú solo gime un poco, el segundo latigazo y el hindú tranquilo, el tercer latigazo y el hindú como una fresca mañana. Entonces el diablo dice: "Bueno, pues lo prometido es deuda, te puedes ir al cielo". Pero el hindú le responde: "¡Ni madres!, yo quiero ver cómo le va al mexicano, pues siempre nos friega en los chistes, ahora quiero ver con que jalada sale".
Entonces, el mexicano llega al lugar de los latigazos, se fleta arrodillándose, y el diablo le pregunta: "Tú tampoco te vas a poner nada en la espalda". Y el mexicano le revira: "¿Puedo ponerme lo que yo quiera?". El maligno ya furioso le grita amenazante: "¡Lo que tú quiera!". A lo que el connacional ordena: "¡A ver tú pinche hindú, ven pa'cá!".
PEPITO EN LA PELUQUERÍA
Llega Pepito con el peluquero y le dice: "Me corta el pelo más largo del lado derecho que del izquierdo, en capas de atrás, parado de en medio, que no se pueda acomodar aquí, con un remolino de este otro lado y grafilado de enfrente". Perplejo el peluquero le responde: "¡Híjole! ¡Pues está cabrón!". A lo que Pepito agrega: "¿Verdad que está cabrón, güey? Pues así me lo dejaste la vez pasada que me pelaste ¡Hijo de tu pinche ...adre!".
EL TAXISTA
Una noche, un señor elegantemente vestido detiene un taxi y pide al chofer lo lleve a una residencia. En la mitad del camino se ve a una señora muy bien arreglada entrando a un Cabaret de prostitutas. La mujer le pareció familiar al pasajero del taxi y pide al taxista que de la vuelta y se estacionara cerca del local. Una vez allí, saca un fajo de billetes y le dice al taxista: "Aquí tienes mil dólares, y te los ganas si sacas a la mujer vestida de rojo que acaba de entrar al cabaret, pero eso si ¡A punta de madrazos y patadas!... ¡Sin contemplación! Esa desgraciada hija de la tiznada ¡es mi esposa! El taxista, que jamás en su vida había visto tanto dinero junto, acepta sin chistar y se mete al cabaret. A los diez minutos el taxista sale con una mujer arrastrándola por los cabellos, toda golpeada y diciéndole cuanto improperio puedan ustedes imaginar. El ocupante del taxi echa una ojeada y se da cuenta que la señora está vestida de verde y sale corriendo del automóvil a detener al taxista por el garrafal error cometido, exclamando: "¡Pare, pare!, ¡esa no es, esa no es, sacó usted a otra!...". El taxista, con el aliento jadeante, lo mira iracundo y le responde: "¡Tranquilo amigo, que ésta es la mía! ¡Ahora voy por la suya!".
REFLEXIONES DE UN JUDÍO
Pasan dos judíos en avión sobre el Vaticano, y le dice uno al otro, muerto de la envidia: "¡¿Viste?! ¡Y pensar que estos comenzaron el negocio con un pesebre!".
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