EL SIGNO DE LOS TIEMPOS

EL SIGNO DE LOS TIEMPOS
Entre mis cuates los médicos estuve debatiendo el asunto este de la
modelo brasileña que a los 20 años presentó insuficiencia renal como
consecuencia del ataque de bacterias de la especie estafilococo
"pseudomona aeroginosa". ¿Con qué se coma este asunto?, solo Dios y los
médicos saben, pero, incuestionablemente que la opinión de los amigos
galenos fue contundente para concluir que este cuadro se dio en esta
muchacha lo más seguro en relación a un cuadro agudo de desnutrición que
le pudo afectar su sistema inmunológico y en función a ello las
bacterias hicieron de las suyas, presentándose el cuadro de
insuficiencia renal como un aspecto terminal lo cual la llevó
posteriormente a la muerte.
O sea, muy bien se puede concluir la jovencita se sometió a toda una
gama de tratamientos para mantener su esbelta figura, hasta llegar al
extremo de comprometer su salud o, existe la alternativa de que pudiera
tener sida.
CALIDAD DE VIDA LA DE LOS ABUELOS
Ni me las estoy dando de médico y mucho menos de brujo, pero, no es este
el primer caso de una joven mujer que en pos de la fama y el triunfo a
través de la belleza, llegan hasta estos terribles extremos. Reitero, lo
tremendo de esto es que se trata de una muchacha de 20 años de edad,
alguien en la flor de la vida y se ve en circunstancias tales que hasta
la vida misma pierde por mantener la fama y el éxito, de ahí el título
de esta "calumnia", "el signo de los tiempos". Pues con tal de mantener
la belleza, fama, éxito y sobre todo la juventud, el género humano está
llegando a extremos realmente preocupantes, en función a que ello habla
del gran vacío del alma que tenemos. Pues, insistiendo en las épocas de
los abuelos (me refiero a los de mi generación -el próximo 10 de febrero
cumplo la friolera de 55 añejos-), hasta anduvieron en un movimiento
social llamado ¡Revolución mexicana!, y jamás padecieron estrés,
"nervios", depresiones ni nada por el estilo, andaban orondos,
contentos, picardientos, cocoteando gente y contando sus anécdotas, por
cierto muy interesantes. Comían "como Dios manda", cenaban su micha con
frijoles o su bomba con natas y, como les he dicho, un buen día ya no
despertaban o se morían rápido ¡Gordos y llenos de vida!
HOY SE MUEREN EN CONDICIONES VEGETATIVAS
En cambio en el presente la gente, salvo que muera de alguna acción
violenta, como un accidente, por lo regular lo hacen pegados a una bola
de artefactos que solo se sabe que están vivos porque el aparato
encargado de mostrar los latidos del corazón se mantiene con el
indicador correspondiente, hasta que un buen día solo sale una raya
nadamás y el "bip, bip, bip", se convierte de pronto en un prolongado e
ininterrumpido "biiiiiiiiiii!, seña de que el vegetal en cama ha pasado
a mejor vida.
DE UNA U OTRA FORMA TUVIERON FIRMES VALORES ESPIRITUALES
Eso sí, la calidad de vida de los abuelos fue muy buena, al menos los
míos, o sea mis abuelas, que se supone, como mujeres de esa época
llevaron la carga más pesada del hogar, ni cosquillas les hicieron tales
faenas, pues no solamente fueron prolijas matronas sino que
sobrevivieron a sus maridos por muchos años, pero con una gran amor a la
existencia. Y eso sí, sus creencias religiosas las tenían muy bien
definidas. Mi abuela paterna era de misa y rezo diario, mi abuelita
materna, como buena jarocha nunca iba a misa pero tenía su altar en casa.
Hoy, solo por motivos meramente sociales se va a la iglesia, pero,
escasamente alguien tiene aquel fervor de las generaciones de antaño por
sus credos. En el presente todo es comodidad, hedonismo y...más placer,
al costo que sea. Eso sí, se debe mantener a toda costa el aspecto
joven, dinámico y agresivo a fin de no parecer viejo, pero, nada de esto
nos resguarda de los embates que luego trae la vida y ahí tenemos que
ahora los jóvenes entran en una "depres" tremendas, en función a que no
pudieron comprar aquel nuevo objeto de moda y por tal motivo hasta se
andan quitando la vida o de plano, como en el caso de la chica
brasileña, encuentran la muerte de forma prematura.
TODOS LOS DIAS ENVEJECEMOS, DE ESO NI DUDA QUEPA
Se impone una revisión en la escala de valores, inminentemente los
espirituales, a fin de mantener una actitud firme ante los embates y
cambios de la vida, que, queramos o no, se van a dar inexorablemente y
más nos vale estar listos para recibirlos que para rechazarlos, pues
todo eso es parte de este maravilloso misterio llamado vida.
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