EL PRINCIPIO DE AUTORIDAD DEBE PREVALECER
EL PRINCIPIO DE AUTORIDAD DEBE PREVALECER
Cuando se habla de autoridad o de principio de autoridad, inmediatamente viene a mi mente la figura de mi padre, y es que mi papá, no obstante nos trató con bastante cariño, para eso de la autoridad siempre fue muy celoso y exigente, y su sola presencia y tono de voz cuando iba a disertar sobre algún asunto que no iba con la ortodoxia familiar, en virtud al respeto que le teníamos mis hermanos, mi madre y yo, siempre era escuchado y obedecido. Claro, nos podíamos salir con la nuestra, pero muy de vez en cuando y en cosas menores e intrascendentes, pero en lo demás ¡Ni maíz!, era inamovible Don Jan. Y como les digo, no fue un papá pegalón, pues a mis hermanas jamás les puso una mano encima (a nosotros los varones si nos llegó como una o dos veces y nos dolió más el hecho de la acción de los tres reglamentarios cuartazos, que el dolor que nos causara). En el caso de mi madre, jamás fuimos testigos de ningún levantamiento de voz o acción de violencia hacia ella ¡Jamás!, mi padre se concretaba solamente a poner una cara de lo más seria que se puedan ustedes imaginar y con ello sabíamos que algo no andaba bien y había que conducirse con mucho cuidado. Y él siempre ejecutaba, jamás se andaba por las ramas, y creo en función a ello no salimos tan "piores" mis hermanos y quien esto escribe.
¡AY DIOS! ESTO ESTÁ ENTONCES PEOR QUE EL NARCO
Y, no es un apología lo que quiero hacer de mi padre, sino, como les digo, hacer una referencia hacia el principio de autoridad que debe siempre prevalecer, por lo que se me hizo muy, pero muy criticable el hecho del otro día, cuando el Presidente Calderón públicamente admitió que los grandes empresarios apenas y pagan impuestos, pues todo los disfrazan de ayuda altruista y se clavan lana de lo lindo, por lo que la pregunta obligada es ¿Y el principio de autoridad? ¿Y la ley? ¿Acaso está negociando estos dos elementos fundamentales para la existencia de todo Estado? Si es así ¡Qué gacho el asunto!, pues incuestionablemente de que uno de los principios de Estado en que éste, ante todo, debe vigilar la correcta aplicación de la ley, pues de lo contrario, se le estaría dando vigencia al lenguaje de "Brozo, el payaso tenebroso" y entonces la inmensa mayoría de mexicanos somos integrantes de "la perrada", los que pagamos impuestos y debemos cumplir con la ley y hay unos cuantos a los que hasta el Presidente les tiene miedo que teme aplicarles la ley para que paguen impuestos. El reconocimiento público que ha realizado el Presidente de la República de este hecho, es algo terrible para la buena marcha del país, pues, se trata, en el más simple sentido del idioma español: en un acto de sometimiento del Estado a poderes externos. Y esto no debe ser así.
¿Y SI SE ASESORARAN BIEN Y... CUMPLIERAN CON SU PAPEL?
Me atrevería a recomendarles al Presidente y a sus asesores, que lean "El Príncipe", de Nicolás Maquiavelo, un gran tratado sobre Estado y la forma de gobernar, así como leer sobre la vida y obra de Don Benito Juárez García, quien ni ante un güerito, apoyado y representando a la potencia más fuerte de ese entonces en el mundo, se arredró el oaxaqueño, él era el Presidente de la República y como tal se condujo y evitó precisamente el desmoronamiento del sistema republicano en la patria, e hizo prevalecer en todo momento el principio de autoridad y ante todo ¡La ley! Claro, le costó trabajo el asunto, pero al final prevaleció, la ley, la autoridad, el principio de autoridad y la soberanía nacional.
¡OTRA Y MEJOR HISTORIA SERÍA!
Ojalá y eso hiciera el Presidente Calderón y otro gallo nos cantaría a los mexicas pagadores cautivos de impuestos, vulgo: la perrada. ¡Y ni se diga, al país!
http://losbuenosdias.blogspot.com
correo:losbuenosdias@gmail.com
¿Cómo evolucionar tu navegación en la red? Otto te dice cómo
Cuando se habla de autoridad o de principio de autoridad, inmediatamente viene a mi mente la figura de mi padre, y es que mi papá, no obstante nos trató con bastante cariño, para eso de la autoridad siempre fue muy celoso y exigente, y su sola presencia y tono de voz cuando iba a disertar sobre algún asunto que no iba con la ortodoxia familiar, en virtud al respeto que le teníamos mis hermanos, mi madre y yo, siempre era escuchado y obedecido. Claro, nos podíamos salir con la nuestra, pero muy de vez en cuando y en cosas menores e intrascendentes, pero en lo demás ¡Ni maíz!, era inamovible Don Jan. Y como les digo, no fue un papá pegalón, pues a mis hermanas jamás les puso una mano encima (a nosotros los varones si nos llegó como una o dos veces y nos dolió más el hecho de la acción de los tres reglamentarios cuartazos, que el dolor que nos causara). En el caso de mi madre, jamás fuimos testigos de ningún levantamiento de voz o acción de violencia hacia ella ¡Jamás!, mi padre se concretaba solamente a poner una cara de lo más seria que se puedan ustedes imaginar y con ello sabíamos que algo no andaba bien y había que conducirse con mucho cuidado. Y él siempre ejecutaba, jamás se andaba por las ramas, y creo en función a ello no salimos tan "piores" mis hermanos y quien esto escribe.
¡AY DIOS! ESTO ESTÁ ENTONCES PEOR QUE EL NARCO
Y, no es un apología lo que quiero hacer de mi padre, sino, como les digo, hacer una referencia hacia el principio de autoridad que debe siempre prevalecer, por lo que se me hizo muy, pero muy criticable el hecho del otro día, cuando el Presidente Calderón públicamente admitió que los grandes empresarios apenas y pagan impuestos, pues todo los disfrazan de ayuda altruista y se clavan lana de lo lindo, por lo que la pregunta obligada es ¿Y el principio de autoridad? ¿Y la ley? ¿Acaso está negociando estos dos elementos fundamentales para la existencia de todo Estado? Si es así ¡Qué gacho el asunto!, pues incuestionablemente de que uno de los principios de Estado en que éste, ante todo, debe vigilar la correcta aplicación de la ley, pues de lo contrario, se le estaría dando vigencia al lenguaje de "Brozo, el payaso tenebroso" y entonces la inmensa mayoría de mexicanos somos integrantes de "la perrada", los que pagamos impuestos y debemos cumplir con la ley y hay unos cuantos a los que hasta el Presidente les tiene miedo que teme aplicarles la ley para que paguen impuestos. El reconocimiento público que ha realizado el Presidente de la República de este hecho, es algo terrible para la buena marcha del país, pues, se trata, en el más simple sentido del idioma español: en un acto de sometimiento del Estado a poderes externos. Y esto no debe ser así.
¿Y SI SE ASESORARAN BIEN Y... CUMPLIERAN CON SU PAPEL?
Me atrevería a recomendarles al Presidente y a sus asesores, que lean "El Príncipe", de Nicolás Maquiavelo, un gran tratado sobre Estado y la forma de gobernar, así como leer sobre la vida y obra de Don Benito Juárez García, quien ni ante un güerito, apoyado y representando a la potencia más fuerte de ese entonces en el mundo, se arredró el oaxaqueño, él era el Presidente de la República y como tal se condujo y evitó precisamente el desmoronamiento del sistema republicano en la patria, e hizo prevalecer en todo momento el principio de autoridad y ante todo ¡La ley! Claro, le costó trabajo el asunto, pero al final prevaleció, la ley, la autoridad, el principio de autoridad y la soberanía nacional.
¡OTRA Y MEJOR HISTORIA SERÍA!
Ojalá y eso hiciera el Presidente Calderón y otro gallo nos cantaría a los mexicas pagadores cautivos de impuestos, vulgo: la perrada. ¡Y ni se diga, al país!
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