TAPÓN DE PLUMA BIC

He aquí de nuevo los dos chistes cortesía de mis amables lectores, no tan largos como la reseña de la semana pasada, que espero también haya sido del agrado de ustedes.
TAPÓN DE PLUMA BIC
La adolescente fue a consultar al ginecólogo en compañía de su mamá, ya que sería la primera visita a éste. Al salir la hija de la evaluación médica, la madre le pregunta al médico un tanto angustiada: ¡¡¡¿Cómo vio a mi hija doctor?!!!
El galeno le responde: "Muy bien de todo, sólo que los pezones los tiene como tapón de bolígrafo BIC". La progenitora muy mortificada le cuestiona: "¿Los trae rojos, azules o negros?". El profesional de la medicina le explica: ¡Nada de eso señora! Los trae muy mordisqueados".
EL NEGRO JOSÉ
Una pareja que va de luna de miel al Caribe, encuentra todo espectacular, y una noche, paseando ven un anuncio en una marquesina: "El increíble show del Negro José". "¿Entramos mi amor?" pregunta ella, y entran a ver el espectáculo. En el escenario, músicos caribeños ejecutan acordes muy movidos, en lo que unas guapas chicas colocan una mesa pequeña en el centro. La música sube en estridencia y de pronto aparece ¡El Negro José! Un retinto negrón todo musculoso bailando al ritmo de la música; se acerca a la mesa pequeña y coloca en ella 5 nueces. Seguidamente se baja sus ajustados pantalones y extrae de la entrepierna un enorme apéndice anatómico y ¡Cuas, cuas, cuas, cuas y cuas! ¡Rompe las 5 nueces!
La gente aplaude a rabiar; la asistencia femenina se retira un tanto entusiasmada y ellos muy impresionados, no pudiendo disimular cierta envidia.
Pasa el tiempo y 25 años después la misma pareja se dispone a volver al Caribe para celebrar las bodas de plata.
Al ir caminando por la calle, tratando de seguir el mismo recorrido de hace un cuarto de siglo, ella, un tanto asombrada exclama señalando hacia la marquesina: "¡Mira mi amor!, sigue el anuncio del "Increíble Show del Negro José" ¿Entramos?".
El local era mucho más lujoso, pero el show parecía el mismo: los músicos, las chicas, la mesa... y de pronto ¡Entra el Negro José! Pintaban canas en su cabellera pero seguía musculoso. Se acerca a la mesa y sobre ella coloca ¡5 cocos!
Se baja los pantalones, extrae su enorme apéndice anatómico de la entrepierna y... ¡Cuas, cuas, cuas, cuas y cuas! ¡Rompe los 5 cocos!
La gente aplaude entusiasmada y el marido le dice a su esposa: "Mi amor, voy a saludar a ese negro". Llama a la puerta del camerino y abre el Negro José, muy simpático. El visitante le dice: "Lo felicito ¡Es usted un portento, además inigualable! Pero, permítame preguntarle, antes usted usaba nueces y ahora cocos ¿Por qué?"
El Negro José, bajando la vista y con la voz trémula, un tanto avergonzado explica: "Mire usted señor, con los años la vista ya no es la misma...."
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