TODO PASA Y TODO QUEDA, PERO LO NUESTRO ES PASAR...
TODO PASA Y TODO QUEDA, PERO LO NUESTRO ES PASAR...
Comienzo del poema "Cantares" de mi cuate Antonio Machado y que la enorme mayoría de quienes anduvimos en la temprana juventud en los setentas y aquellos amantes de lo bueno, aprendimos del poema en la musicalización que de ella hizo Juan Manuel Serrat. Y vino esto a mi memoria en virtud a lo que les platiqué el otro día respecto a la tácita añoranza hecha por Benedicto XVI sobre la época franquista en España. Pues precisamente Antonio Machado y su familia fueron víctimas terribles del franquismo y ni se diga toda una cauda de intelectuales que tuvieron que dejar el suelo patrio huyendo de la prisión y la muerte.
LES FUE COMO EN FERIA A LOS PERSEGUIDOS POR FRANCO
Antonio Machado tuvo que huir hacia la frontera francesa el 22 de enero de 1939 con su familia y junto con otros intelectuales pues les venía pisando los talones la milicia de Franco, llegan tras duras penalidades el día 27. Antonio Machado, enfermo, tiene 64 años de edad; su madre, Ana Ruiz, 88. El paso de la frontera es a pie y bajo la lluvia que cae sobre la multitud que huye. El 29, Machado, su madre y su hermano José llegan a Collioure, Francia, en la más absoluta miseria. En febrero, Machado cae enfermo y el 22 de ese mes muere; tres días después su madre también. Siendo ambos enterrados en la misma tumba en el cementerio del pueblo, y de ahí que a "Cantares" Serrat le agregue lo de: "Murió el poeta lejos del hogar y hoy lo cubre el polvo de un país vecino...".
SI NO PARA SU AFÁN "GUERRERO" CALDERÓN, HASTA VALLE DE LOS CAÍDOS TENDREMOS
Y como Machado, infinidad de españoles, dentro de su mismo país sufrieron lo indecible en ese régimen añorado por el actual Papa. Y, a como van las cosas en nuestro país, y ojalá y me equivoque, en un descuido tenemos instaurada un dictadura, lo cual sería ¡Terrible!, pues se acabaría el pensamiento, que al parecer es el anhelo del actual Presidente con toda la bola de recortes a la educación pública en general y por si así no acallan al pueblo: la dictadura.
HE AQUÍ LO QUE SUCEDE CON EL PENSAMIENTO DURANTE LAS DICTADURAS
Otra víctima significativa del añorado régimen, fue el gran pensador y escritor, Don Miguel de Unamuno, que en descargo debemos decir la esposa de Franco, la señora Carmen Polo lleva a Don Miguel hasta su casa, protegiéndolo con su guardia personal de la ira del general José Millán Astray, con quien Don Miguel había tenido un gran altercado durante la ceremonia del 12 de octubre de 1936 en la Universidad de Salamanca, de la que Unamuno era rector. Durante el discurso de este último, en que criticaba la fuerza bruta, el general Millán Astray lo interrumpió pidiendo la palabra y alguien del público gritó: "Viva la muerte" y Unamuno, que los tenía muy bien puestos dijo: "Acabo de oír el grito necrófilo e insensato de "¡Viva la muerte!". Esto me suena lo mismo que "¡Muera la vida!". Y yo, que he pasado toda la vida creando paradojas que provocaron el enojo de quienes no las comprendieron, he de deciros, con autoridad en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. Puesto que fue proclamada en homenaje al último orador, entiendo que fue dirigida a él, si bien de una forma excesiva y tortuosa, como testimonio de que él mismo es un símbolo de la muerte. ¡Y otra cosa! El general Millán Astray es un inválido. No es preciso decirlo en un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. Desgraciadamente, hay hoy en día demasiados inválidos. Y pronto habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Millán Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad de espíritu suele sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor de él. El general Millán Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada...". Aquí, furioso Millán gritó: "¡Muera la inteligencia!". Unamuno no se arredró y agregó: "¡Este es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España". A la semana Unamuno murió de un infarto.
El Valle de los caídos y su iglesia son otra aberración del Franquismo, con dimensiones de basílica, la construyeron los prisioneros de guerra de Franco, excavando en roca vil en la montaña ¿Imaginan cuántos murieron en esta estrambótica obra de Franco?. Por cierto, ahí es donde fuera enterrado el Generalísimo por la Gracia de Dios.
NO PERMITAMOS REPETIR LA HISTORIA EN MÉXICO
Dios nos libre a los mexicanos de una guerra fratricida, pues como dijera en su momento el gran veracruzano oriundo de Tuxpan, Don Jesús Reyes Heroles: "México ha pagado ya su cuota de sangre".
http://losbuenosdias.blogspot.com
correo: losbuenosdias@gmail.com
Comienzo del poema "Cantares" de mi cuate Antonio Machado y que la enorme mayoría de quienes anduvimos en la temprana juventud en los setentas y aquellos amantes de lo bueno, aprendimos del poema en la musicalización que de ella hizo Juan Manuel Serrat. Y vino esto a mi memoria en virtud a lo que les platiqué el otro día respecto a la tácita añoranza hecha por Benedicto XVI sobre la época franquista en España. Pues precisamente Antonio Machado y su familia fueron víctimas terribles del franquismo y ni se diga toda una cauda de intelectuales que tuvieron que dejar el suelo patrio huyendo de la prisión y la muerte.
LES FUE COMO EN FERIA A LOS PERSEGUIDOS POR FRANCO
Antonio Machado tuvo que huir hacia la frontera francesa el 22 de enero de 1939 con su familia y junto con otros intelectuales pues les venía pisando los talones la milicia de Franco, llegan tras duras penalidades el día 27. Antonio Machado, enfermo, tiene 64 años de edad; su madre, Ana Ruiz, 88. El paso de la frontera es a pie y bajo la lluvia que cae sobre la multitud que huye. El 29, Machado, su madre y su hermano José llegan a Collioure, Francia, en la más absoluta miseria. En febrero, Machado cae enfermo y el 22 de ese mes muere; tres días después su madre también. Siendo ambos enterrados en la misma tumba en el cementerio del pueblo, y de ahí que a "Cantares" Serrat le agregue lo de: "Murió el poeta lejos del hogar y hoy lo cubre el polvo de un país vecino...".
SI NO PARA SU AFÁN "GUERRERO" CALDERÓN, HASTA VALLE DE LOS CAÍDOS TENDREMOS
Y como Machado, infinidad de españoles, dentro de su mismo país sufrieron lo indecible en ese régimen añorado por el actual Papa. Y, a como van las cosas en nuestro país, y ojalá y me equivoque, en un descuido tenemos instaurada un dictadura, lo cual sería ¡Terrible!, pues se acabaría el pensamiento, que al parecer es el anhelo del actual Presidente con toda la bola de recortes a la educación pública en general y por si así no acallan al pueblo: la dictadura.
HE AQUÍ LO QUE SUCEDE CON EL PENSAMIENTO DURANTE LAS DICTADURAS
Otra víctima significativa del añorado régimen, fue el gran pensador y escritor, Don Miguel de Unamuno, que en descargo debemos decir la esposa de Franco, la señora Carmen Polo lleva a Don Miguel hasta su casa, protegiéndolo con su guardia personal de la ira del general José Millán Astray, con quien Don Miguel había tenido un gran altercado durante la ceremonia del 12 de octubre de 1936 en la Universidad de Salamanca, de la que Unamuno era rector. Durante el discurso de este último, en que criticaba la fuerza bruta, el general Millán Astray lo interrumpió pidiendo la palabra y alguien del público gritó: "Viva la muerte" y Unamuno, que los tenía muy bien puestos dijo: "Acabo de oír el grito necrófilo e insensato de "¡Viva la muerte!". Esto me suena lo mismo que "¡Muera la vida!". Y yo, que he pasado toda la vida creando paradojas que provocaron el enojo de quienes no las comprendieron, he de deciros, con autoridad en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. Puesto que fue proclamada en homenaje al último orador, entiendo que fue dirigida a él, si bien de una forma excesiva y tortuosa, como testimonio de que él mismo es un símbolo de la muerte. ¡Y otra cosa! El general Millán Astray es un inválido. No es preciso decirlo en un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. Desgraciadamente, hay hoy en día demasiados inválidos. Y pronto habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Millán Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad de espíritu suele sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor de él. El general Millán Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada...". Aquí, furioso Millán gritó: "¡Muera la inteligencia!". Unamuno no se arredró y agregó: "¡Este es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España". A la semana Unamuno murió de un infarto.
El Valle de los caídos y su iglesia son otra aberración del Franquismo, con dimensiones de basílica, la construyeron los prisioneros de guerra de Franco, excavando en roca vil en la montaña ¿Imaginan cuántos murieron en esta estrambótica obra de Franco?. Por cierto, ahí es donde fuera enterrado el Generalísimo por la Gracia de Dios.
NO PERMITAMOS REPETIR LA HISTORIA EN MÉXICO
Dios nos libre a los mexicanos de una guerra fratricida, pues como dijera en su momento el gran veracruzano oriundo de Tuxpan, Don Jesús Reyes Heroles: "México ha pagado ya su cuota de sangre".
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