EL TERMINO CHAPEAR

EL TERMINO CHAPEAR

Cada vez que escucho este término me acuerdo de mi abuelita materna, Doña Carlota, pues, en la casa en donde vivo ¡Era la de ella! (y aunque por ahí lenguas de doble filo dicen no la heredé, cuento con la documentación correspondiente) y como el patio era enorme, había que "ir a chapearlo". Como mi augusta madre era y fue la más prolija de sus hijas en materia de nietos, invariablemente mi "agüelita" (término de extremo cariño utilizado para nombrarla, citarla y dirigirnos a ella), cada vez que la visitaba mi mamá (invariablemente era cada semana), le decía: "Elvira, a ver si me mandas a uno de los muchachos a que me chapé el patio". Y, en virtud de que mi madre adoraba a su mamá y nosotros la sentimos siempre como algo más que bondad en este mundo, en cuanto mi mamá nos convocaba, de inmediato íbamos a chapear el patio. Consistente esta actividad en quietar toda la yerba mala, así como mogotes de zacate que nacían la lado de la casa, como también en la calle. En aquel entonces Revillagigedo no estaba pavimentada y se podía hasta jugar al "toro" sin peligro de ser arrollado por algún vehículo, de los que hoy, cual bólidos pasan raudos por toda la avenida.

TODO UN AGASAJO DORMIR EN CASA DE MI "AGÜELITA"

La abuelita Carlota nos procuraba siempre unas comidas de antología (preparadas por mi tía Chepa) y si nos quedábamos a dormir, el desayuno era lo mejor.

Por lo regular la chapeada corría por cuenta de mis hermanos Gerardo (que tiró la toalla casi de inmediato), Pepe y en cuanto pude manejar el machete, quien esto escribe.

ABREBOCA PARA A CONTINUACIÓN ENTRAR EN MATERIA

Y, narro este pasaje familiar no para hablar de mi "rancia" prosapia, para nada, sino, para dar una ilustración del tema que voy a abordar. Nadamenos que la limpieza de los terrenos baldíos de toda la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín. Pues del tiempo en que les platico, de la década de los sesenta, la gente de aquellas generaciones, sin siquiera recibir el apercibimiento y "sugerencia" de las autoridades, procedían de mutuo propio a mantener limpios sus patios, así como aquellos considerados "baldíos". O sea, en donde no había construcción alguna, sino puro solar.

¡QUE DE BALDÍOS ABANDONADOS HAY EN EL PRESENTE!

En el presente e incluso con toda esa enorme especulación existente sobre los predios urbanos y la plusvalía que estos ganan casi a diario, sus propietarios se encuentran renuentes a realizar la limpieza a la que por ley se encuentran obligados. Y, lo mismo encontramos unos grandes "montes" en terrenos de colonias proletarias, así como en los de los fraccionamientos de los "ricardos". Pues por ejemplo, en el Reforma, hay bastantes terrenos muy, pero muy enmontados; en el Virginia ni se diga, así como en los de Costa de Oro. En las colonias que han crecido a la periferia de estos sitios, como sería la colonia Petrolera enfrente de Costa de Oro y la de "Jardines de Virginia" a un lado de la Petrolera ¡Dios mio y Jesús mío! ¡Qué de monte hay! Esto, claro, con las consecuentes molestias y peligros para los vecinos viviendo en las inmediaciones por la enorme cantidad de sabandijas y demás insectos que ahí se crían en virtud a las condiciones dadas de insalubridad.

ESPECULAN CON LOS TERRENOS PERO NO LOS LIMPIAN

En donde existe una enorme irresponsabilidad por parte de los propietarios de predios es en las colonias totalmente proletarias, pues, por lo regular, en función a que son terrenos invadidos o en condiciones de irregularidad o de alto riesgo, mucha gente dedicada a la especulación de predios urbanos, compran en un principio estos terrenos a precios irrisorios y los dejan ahí abandonados, esperando a que el tiempo haga lo propio incrementando la plusvalía y entonces sí, venderlos a precio de oro si se compara con la bagatela en la que fueron adquiridos. Ejemplo de esto son los terrenos alrededor de lo que es la sede de la Exposición Ganadera, los mismos "Jardines de Virginia" y toda esa zona, hoy se venden a precio de oro, pero, originalmente fueron adquiridos a muy bajo precio, se dejaron ahí, que se enmontaran, que se encharcaran, que se mojaran, que les lloviera, pero, en cuanto llegó la urbanización ¡Aleluya!, toda una lotería los nuevos precios.

UN GRAN PELIGRO LOS TERRENOS SUCIOS Y ENMONTADOS

Pero, no estoy en contra de ningún tipo de negocio, no, es válida la especulación en función a ser parte del comercio, pero, lo que no se vale es dejar alegremente en el olvido los terrenos en lo que ganan valor y hasta entonces proceder a limpiarlos ¡No!, esto si no debe ser. Por lo tanto, la autoridad cuenta con las medidas de apremio necesarias para obligar a los propietarios a mantener limpios los terrenos y por lo tanto debería actuar en consecuencia y no dejar que la maleza cunda en estos terrenos olvidados a propósito por sus dueños a la espera del "boom" urbanístico, en tanto, son toda una amenaza y peligro para los vecinos, en función al desarrollo de todo tipo de fauna maligna que se desarrolla en tales lugares en virtud a las condiciones de mugrero ahí prevalecientes.

SE DEBE OBLIGAR A LOS DUEÑOS A LIMPIAR SUS PREDIOS

Está bien sea permisible la especulación, pero, existe la obligación de mantener limpios dichos predios.

Por lo tanto, para aquellos "cachazudos" que mantienen sucios sus terrenos en espera de más y más plusvalía, muy bien se les puede aplicar aquel dicho de: "Está bien ser cochino, pero no trompudo".

Correo: losbuenosdias@gmail.com

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