NUESTRAS INOLVIDABLES VACACIONES

NUESTRAS INOLVIDABLES VACACIONES
Pues no es por nada, pero, vacaciones las que nos aventábamos cuando estábamos en la primaria ¿O no? ¿Se acuerdan de cómo íbamos a la playa todo el día, un simple balón o el estar construyendo castillos de arena hacían la delicia de todos?, así como tomar refrescos al tiempo pues no había hieleras como hoy y el poco hielo que se llevaba se derretía pronto, pero, no por eso sabían menos sabrosos los "Orange Crush", los "Barrilitos", las "Chaparritas el Naranjo" o la "Zaraza Vargas", refrescos todos estos cien por ciento veracruzanos (creo menos el Orange, que al parecer se distribuía a nivel nacional, pero era mexicano). La Coca y la Pepsi ya estaban en el mercado, pero, como que había más preferencia por lo nacional. Lo mejor de esto es que todos estaban embotellados en envases de vidrio, nadie se cortó y todos cuidábamos no se fueran a romper las botellas pues se había dejado "importe". Ya se hacían los "sanwiches", aunque las tortas la rifaban todavía, así como la "ensalada rusa", la "carne polaca" (jamás he podido dar el porqué de estos nombrecitos, pues no se que tenga de rusa una ensalada de verduras con mucha mayonesa y chícharos, así como carne deshebrada de pollo con un motón de chipotle).
EL BARRIO Y LA PLAYA ERAN LOS "CENTROS TURÍSTICOS"
Ni íbamos a centros turísticos, en donde "¡La diversión está garantizada!", como tampoco practicábamos "deportes extremos", salvo ir a remar al lago del parque "Viveros", en donde un día casi lo convierto en extremo, pues mis amigos a propósito voltearon la lancha y casi me ahogo, pero de ahí no pasó nada ¡Y cómo me divertí! En los baldíos, colgábamos mecates de las ramas, andábamos imitando a Tarzán y nunca nos pasó nada. Sobre la marcha aprendí a no subirme a los árboles de Mulato, pues con la corteza que sueltan se pierde firmeza y va uno parar de "nailons" al piso.
LOS PRIMOS CHILANGOS Y SUS SORPRENDENTES "DESCUBRIMIENTOS"
Y, salvo recibir a uno que otro primo que venía del Distrito Federal y causarnos extrañeza de cómo les sorprendía ver la mancha de peces salir hechos la mocha de la orilla de la playa conforme iba uno avanzando, pues para nosotros era de lo más normal este asunto, o verlos llevar algún pescado tirado en la orilla a la casa como si llevaran un venado o un jabalí, para luego de ser felicitados por mi mamá, ella echara a la basura al "trofeo" pues no servía para ser comido, pues decía mi madre: "Quién sabe cómo se murió".
¡QUE BAILAZOS CON UN SIMPLE TOCADISCOS!
Ir por la casa de todos los amigos en todo el barrio constituía la máxima atracción del día, u organizar toda una gama de juegos en grupo. Para, los fines de semana ir al cine y de ahí al zócalo o al malecón o algún baile improvisado en la casa de alguno de los vecinos, amenizado todo esto por un tocadiscos ¡Cómo bailábamos y cómo nos divertíamos! Que me acuerde, no se ingería alcohol, como tampoco se apetecía y era hasta divertido ver a los muchachos más grandes fumar a escondidas y pedirnos a los menores que no le fuéramos a decir a los papás. Y, se guardaba el secreto.
HOY, HASTA LA DIVERSIÓN ESTÁ "PROGRAMADA"
Hoy, pa'su mecha, veo como mis amigos hasta tienen que ir a una agencia de viajes a que les sugieran a dónde ir y además gastarse una verdadera fortuna para que "los niños se diviertan" y los niños vienen peor de cómo se fueron ¿O no es cierto?, habiendo comprado toda una gama de chucherías y "recuerdos", que en llegando a la casa se olvidan de ellos.
PUES ESTARÉ VIEJO, PERO ¡QUE FLOJERA IR A ESTOS LUGARES! ¿O NO?
Pues, recuerdo con gran nostalgia aquellos días en que nada estaba planeado, pero eso sí, sabíamos que la diversión estaba más que asegurada. Hoy, ya hasta "centros de diversiones" existen, por ejemplo "Six Flags" en el D. F. o "African Safari" en Puebla, y, los chamacos, según esto, "se divierten a raudales", porque así es como está anunciado y vendido en la publicidad, pero, tengo mis dudas su diversión sea tan genuina y sobre todo constructiva en todos los sentidos y aspectos, como fueran nuestras vacaciones con refrescos al tiempo, comida hecha en casa para el día en la playa ¡Y asolearnos sin bronceador siquiera! Y es la hora en que ni a mi, como a ninguno de mis trogloditas amigos convertidos ahora ya hasta en abuelos, les cayera jamás y ni a la fecha cáncer de ninguna especie.
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