"EL FIN DEL MUNDO"
"EL FIN DEL MUNDO"
El domingo pasado, exactamente a las ¡9 de la madrugada!, sonó el timbre
de la casa, como mi secretaria gastronómica parte a su house, la mañana
la paso felizmente solo en mi casa y jardín, pero, eso de levantarse a
las 9 el domingo por la mañana, ni que fuera manda. Pues ahí tienen que
como pude me puse un short y salí con ganas de torcerle el pescuezo a
quien estuvieran tocando de manera tan intermitente y descubrí al otro
lado del zaguán (que conste estoy utilizando vocablos en uso hasta la
generación pasada, pues hoy, como además ya ni los hay, la chaviza no
sabe lo que es un zaguán) a tres jóvenes damas vestidas de manera muy
formal y tanto austera. Me acerqué con disgusto y curiosidad a ver qué
querían tan temprano, y una de ellas, sonriendo en forma tal que logró
disipar mi enojo (por fortuna) de pronto me cuestionó: "Sabía que el
mundo se va a acabar". Me armé de gran valor, reciedumbre y
paradójicamente coraje, para no decirle en forma tan cordial a tan
amable dama si por tal razón me había despertado tan temprano en
domingo. Estoico permanecí escuchando toda una perorata respecto a lo
del final del mundo y finalmente sólo me obsequiaron una folleto para,
en caso de decidirme, llamara al teléfono ahí indicado para comprar una
¡Bíblia! ¡Háganme ustedes el cabor fabrón!
¡JESUS! NO ME DIO POR DISCUTIR ¡ESO SI FUE RARO!
Realmente me sorprendí al ver mi actitud, que si no afable, al menos
mostré amabilidad, pues era como para haber mandado por un tubo a dichas
damiselas, pero, no, estuve propio y sólo atiné a agradecerles el gesto.
Tal vez la cara agria que llevaba en ese momento al acercarme a la reja,
les debe haber inhibido cualquier tipo de acción comercial o
mercadotécnica, en virtud de que estuve a punto de decirles: "Señoritas,
el mundo se comienza a acabar desde que nacemos y termina en forma
definitiva su ciclo cuando morimos, y se muere en vida, logrando sólo
sobrevivir a quienes no tienen la mínima pizca de sentido común para ver
lo interesante que resulta el lapso entre el nacimiento y la muerte.
Pero, me hacía falta una taza de buen café para comenzar la actividad
que ni me gusta desarrollar: ¡Alegar y discutir!
LAS GUERRAS SIEMPRE HAN SIDO DE CONTENIDO COMERCIAL
Pero, una vez idas mis improvisadas despertadoras, procedí a prepararme
suculenta taza de café y leí el folleto que me obsequiaron, obvio, era
totalmente propagandístico, pero sobre todo de carácter sórdido-pastoral
el contenido, más que nada tratando de mover a la duda a aquellos
poseedores de enorme complejo de culpabilidad. Por lo tanto, a mí ni
mella me hizo, en lo que si reflexioné fue en el hecho de que ahí
remiten al lector a la cuestión de las dos Guerras Mundiales y en eso
les concedí un punto. Pues efectivamente, si hay algo estúpido a todas
luces y es una manifestación clara de lo más torpe del ser humano, es su
gran capacidad para crear guerras y conflictos. Lo peor de todo es que
las guerras además, no revisten acción patriótica alguna, la enorme
mayoría, sobre todo las del siglo pasado y del presente, revisten
motivos netamente comerciales, sin perder en lo absoluto el fin esencial
de la guerra: el apoderamiento de los bienes del débil atacado.
De alguna manera, desde el momento en que la rama de los primates a la
que pertenece el género humano tomó conciencia de saber sobre el bien y
el mal ¡Qué de atrocidades se han cometido!
LA ACCION MAS TORPE DEL SER HUMANO: LA GUERRA
Pero, lo peor de todo es esa actitud que adopta el género humano, o se
es sometedor o sometido, pero nada de medias tintas. Siempre se va de
una posición a otra. Y esto sucede y ha sucedido en todas la culturas.
Quien dude algo sobre lo de las guerras de tipo comercial, sólo hay que
ver los "motivos del lobo" para explicarse lo ahora acontecido en Iraq,
la excusa es la "lucha por la democracia y el combate al terrorismo", el
real motivo: el apoderamiento de los enormes yacimientos petrolíferos de
tal sitio.
HE AQUI UN EJEMPLO CLARO DE ESA PARADOJA MENCIONADA
Y es además imperdonable que un pueblo que ha vivido en carne propia la
persecución durante más de dos mil años (amén de las otras que nos
relata la Biblia) de padecer todo tipo de infortunios (sobre todo la
última calamidad del exterminio en los campos de concentración nazis),
en donde el horror fuera el común denominador, sobre todo el perpetrado
sobre los niños, quienes invariablemente eran destinados o bien a las
cámaras de la muerte en virtud de no tener ningún valor laboral, o a los
centros de experimentación de los médicos de dichos centros de muerte y
exterminio. Hoy, a sesenta y un años de terminada aquella pesadilla,
sean precisamente los descendientes de aquellos perseguidos y
sacrificados los que persiguen y sacrifican a diestra y siniestra a sus
semejantes, no importando que entre los asesinados se encuentren niños,
mujeres y ancianos.
DE VICTIMAS SE PASA A VICTIMARIOS Y VICEVERSA
¿Ven? He ahí lo paradójico, nadie se encuentra dispuesto a razonar o ser
los primeros en tratar de enderezar actitudes equívocas, sencillamente
pasamos de víctimas a victimarios, y así será hasta que algo realmente
doloroso y espeluznante haga que la humanidad se torne espiritual al
cien por ciento.
En tanto, ojalá y no me vuelvan a despertar de madrugada para
preguntarme si ya sé que el mundo se va a acabar.
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