LA DIPLOMACIA
LA DIPLOMACIA
En mis años de secundaria y bachillerato, cuando se trataba de definir a alguien de amable, sutil y educado, pero sobre todo sutil, se decía: "es muy diplomático".
UN GRAN MAESTRO DE LA MATERIA
Y creo tal definición no se aleja del canon bajo el cual se manejan y deben manejar las llamadas relaciones diplomáticas entre los Estados.
Incuestionablemente, un maestro de la diplomacia contemporánea lo fue el Papa Juan XXIII ¡Qué belleza de individuo para llevar a cabo su tarea apostólica! No sólo cuando fue Pontífice, sino en su gran andar por los avatares de la política eclesial que lo llevaron a ser nombrado nuncio en varios países, uno de ellos Francia, en donde dejó no sólo para la nación gala un gratísimo recuerdo en donde representó a la Santa Sede, sino para la historia misma toda una lección de cómo se deben desempeñarse las funciones de diplomacia, encaminadas fundamentalmente a estrechar los lazos de amistad entre el país sede y el representante del país representado.
"EL ANTIGUO TESTAMENTO POR DELANTE"
Anécdotas gratas del entonces Cardenal Angelo Roncalli sobran, como aquella cuando al asistir a una cena del cuerpo consular acreditado en Francia, estaban todos pasando al salón del banquete, cuando en la entrada el rubicundo Príncipe de la Iglesia coincidió en la entrada con el rabino, cuentan en la biografía de Juan XXIII que éste muy amablemente le cedía el paso al representante de la religión israelí, y éste a la vez al nuncio apostólico, entonces, describen que adoptando actitud y cara de gravedad, Juan XXIII le indicó al rabino palmeándole amigablemente la espalda: "Por favor, pase usted, el Antiguo Testamento siempre va por delante". Todos los que escucharon celebraron tan aguda cuanto sencilla solución a un conflicto de amabilidad y galantería que surgía de quien debía pasar primero al salón.
LOGRÓ LO INLOGRABLE, CREAR RELACIONES CON LA URSS
Y bueno, ya siendo Papa, Juan XXIII logró lo inlograble, logró acercar a la iglesia al que en ese entonces era considerado el régimen del Anticristo, nadamenos que la URSS. Tremendo revuelo causó cuando en el Vaticano recibió a la hija de Nikita Kruschef y al esposo de ésta. Cuando las despedidas, le preguntó sobre su familia y salió a relucir que tenían un hijo que se llamaba Iván, entonces el Papa Bueno (así es conocido también en la historia), le dijo el niño se llamaba igual que él, Juan y por lo tanto le mandaba un efusivo abrazo a él y a todos los niños de la URSS.
Claro, aquí se trató de un hábil diplomático, aunque, en la historia los ha habido muy buenos y de todas índoles, pero, sin excepción alguna todos cumpliendo el cometido de llevar a cabo la tarea de poner en alto el nombre del país representado, así como cumplir con cabalidad la tarea y misión que los llevó a tales sitios y ser nombrados además para tal actividad y representación.
¡RALEA DE CANIJOS PERO A CUAL MAS EFICIENTE EN SU LABOR!
Podemos citar como un embajador muy canijo y sagaz a Nicolás Maquiavelo; como despiadados, contundentes y sin detenerse ante nada para cumplir la misión, a José Fouché (aunque éste siempre fue un ministro de la policía de París y luego de Francia, destaca también por sus dotes diplomáticas) y a su acérrimo enemigo, éste si canciller, Talleyrand; ambos fueron unos magníficos desgraciados y malditos en toda la extensión de la palabra en materia de política diplomática.
Otro diplomático de la época de estos dos, pero éste considerándose todo un regalo de Dios para la humanidad, lo fue Metternich, político austriaco que mucho influyó en sus consejos para el matrimonio de Napoleón con María Luisa de Austria, hija de Francisco I; enlace mediante comenzó a irle como en feria a Napoleón.
GRANDES RECONOCIMIENTOS A LA DIPLOMACIA MEXICANA
Todo lo anterior viene en función a que si en algo había destacado nuestro país en el contexto de las naciones durante muchos años, fue en el quehacer diplomático. La impecable política de la no intervención y el respeto a la autodeterminación de los pueblos, dieron a México no sólo fama de país pacifista, sino todo esto dio incluso como consecuencia grandes Cancilleres o Secretarios de Relaciones diplomáticas, cuyo máximo exponente podemos decir fuera Alfonso García Robles, premio Nobel de la Paz en 1982.
URGIA PEPTO BISMOL A LA POLITICA EXTERIOR MEXICANA
Pero, si con el Presidente Zedillo la diplomacia comenzó su etapa de inestabilidad, con Vicente Fox la cosa llegó a situaciones de intolerancia, sobre todo por el personal tan inadecuado que se ubicó al frente de Relaciones Exteriores, en principio al "chivo en cristalería", Jorge Castañeda y luego el insufrible de Luis Ernesto Derbez, que sabía de diplomacia y política exterior lo que yo de mecánica celeste. Pero en fin, "todo se parece a su dueño", reza el dicho y como Fox en su infinito despiste no supo ni a dónde llegó y mucho menos lo que hizo, ahí se cavó la tumba de la otrora sólida y admirada diplomacia mexicana. Lográndose enfrentar a México de manera torpe y gratuita con países con los que nunca habíamos tenido problema alguno, como con Cuba, Venezuela y Bolivia; amén de haberle dado a México de manera oficiosa el premio de "la rifa del tigre", al pedir y aceptar la posición en la ONU como miembro del Consejo de Seguridad.
DE MAL Y DE MALAS, SIGUE LA IMPROVISACIÓN Y LA IRREFLEXIÓN
Hoy, la cosa no parece haber mejorado, pues en lugar de que la canciller, Patricia Espinosa Cantellano, haga su chamba de tejido fino para despejar todo entuerto y lograr un acercamiento silencioso y sin mayores problemas con Cuba y Venezuela, ayer el Presidente Calderón, en una entrevista al periódico francés "Le Fígaro", expresa que desearía restablecer las relaciones diplomáticas con Venezuela, pero dice tener la impresión de que el Gobierno de Caracas "no tiene mucha prisa por hacerlo".
¡Hombre! No queda sino observar como Fox dinamita el poco prestigio que ya tenía la diplomacia mexica y hoy el Presidente Calderón, en lugar de hacer a su canciller el trabajo debido, sale él con un exabrupto que demuestra no sólo falta de tacto, sino una crasa ausencia de sensibilidad diplomática al reclamar al "bravucón del barrio": "que no le acepta ser su amigo". ¡Dios mio y Jesús mío! ¿Hasta cuándo señor volveremos por nuestras pasadas glorias y sobre todo ¡Dignidad!, en materia de política exterior?
Correo: losbuenosdias@gmail.com
En mis años de secundaria y bachillerato, cuando se trataba de definir a alguien de amable, sutil y educado, pero sobre todo sutil, se decía: "es muy diplomático".
UN GRAN MAESTRO DE LA MATERIA
Y creo tal definición no se aleja del canon bajo el cual se manejan y deben manejar las llamadas relaciones diplomáticas entre los Estados.
Incuestionablemente, un maestro de la diplomacia contemporánea lo fue el Papa Juan XXIII ¡Qué belleza de individuo para llevar a cabo su tarea apostólica! No sólo cuando fue Pontífice, sino en su gran andar por los avatares de la política eclesial que lo llevaron a ser nombrado nuncio en varios países, uno de ellos Francia, en donde dejó no sólo para la nación gala un gratísimo recuerdo en donde representó a la Santa Sede, sino para la historia misma toda una lección de cómo se deben desempeñarse las funciones de diplomacia, encaminadas fundamentalmente a estrechar los lazos de amistad entre el país sede y el representante del país representado.
"EL ANTIGUO TESTAMENTO POR DELANTE"
Anécdotas gratas del entonces Cardenal Angelo Roncalli sobran, como aquella cuando al asistir a una cena del cuerpo consular acreditado en Francia, estaban todos pasando al salón del banquete, cuando en la entrada el rubicundo Príncipe de la Iglesia coincidió en la entrada con el rabino, cuentan en la biografía de Juan XXIII que éste muy amablemente le cedía el paso al representante de la religión israelí, y éste a la vez al nuncio apostólico, entonces, describen que adoptando actitud y cara de gravedad, Juan XXIII le indicó al rabino palmeándole amigablemente la espalda: "Por favor, pase usted, el Antiguo Testamento siempre va por delante". Todos los que escucharon celebraron tan aguda cuanto sencilla solución a un conflicto de amabilidad y galantería que surgía de quien debía pasar primero al salón.
LOGRÓ LO INLOGRABLE, CREAR RELACIONES CON LA URSS
Y bueno, ya siendo Papa, Juan XXIII logró lo inlograble, logró acercar a la iglesia al que en ese entonces era considerado el régimen del Anticristo, nadamenos que la URSS. Tremendo revuelo causó cuando en el Vaticano recibió a la hija de Nikita Kruschef y al esposo de ésta. Cuando las despedidas, le preguntó sobre su familia y salió a relucir que tenían un hijo que se llamaba Iván, entonces el Papa Bueno (así es conocido también en la historia), le dijo el niño se llamaba igual que él, Juan y por lo tanto le mandaba un efusivo abrazo a él y a todos los niños de la URSS.
Claro, aquí se trató de un hábil diplomático, aunque, en la historia los ha habido muy buenos y de todas índoles, pero, sin excepción alguna todos cumpliendo el cometido de llevar a cabo la tarea de poner en alto el nombre del país representado, así como cumplir con cabalidad la tarea y misión que los llevó a tales sitios y ser nombrados además para tal actividad y representación.
¡RALEA DE CANIJOS PERO A CUAL MAS EFICIENTE EN SU LABOR!
Podemos citar como un embajador muy canijo y sagaz a Nicolás Maquiavelo; como despiadados, contundentes y sin detenerse ante nada para cumplir la misión, a José Fouché (aunque éste siempre fue un ministro de la policía de París y luego de Francia, destaca también por sus dotes diplomáticas) y a su acérrimo enemigo, éste si canciller, Talleyrand; ambos fueron unos magníficos desgraciados y malditos en toda la extensión de la palabra en materia de política diplomática.
Otro diplomático de la época de estos dos, pero éste considerándose todo un regalo de Dios para la humanidad, lo fue Metternich, político austriaco que mucho influyó en sus consejos para el matrimonio de Napoleón con María Luisa de Austria, hija de Francisco I; enlace mediante comenzó a irle como en feria a Napoleón.
GRANDES RECONOCIMIENTOS A LA DIPLOMACIA MEXICANA
Todo lo anterior viene en función a que si en algo había destacado nuestro país en el contexto de las naciones durante muchos años, fue en el quehacer diplomático. La impecable política de la no intervención y el respeto a la autodeterminación de los pueblos, dieron a México no sólo fama de país pacifista, sino todo esto dio incluso como consecuencia grandes Cancilleres o Secretarios de Relaciones diplomáticas, cuyo máximo exponente podemos decir fuera Alfonso García Robles, premio Nobel de la Paz en 1982.
URGIA PEPTO BISMOL A LA POLITICA EXTERIOR MEXICANA
Pero, si con el Presidente Zedillo la diplomacia comenzó su etapa de inestabilidad, con Vicente Fox la cosa llegó a situaciones de intolerancia, sobre todo por el personal tan inadecuado que se ubicó al frente de Relaciones Exteriores, en principio al "chivo en cristalería", Jorge Castañeda y luego el insufrible de Luis Ernesto Derbez, que sabía de diplomacia y política exterior lo que yo de mecánica celeste. Pero en fin, "todo se parece a su dueño", reza el dicho y como Fox en su infinito despiste no supo ni a dónde llegó y mucho menos lo que hizo, ahí se cavó la tumba de la otrora sólida y admirada diplomacia mexicana. Lográndose enfrentar a México de manera torpe y gratuita con países con los que nunca habíamos tenido problema alguno, como con Cuba, Venezuela y Bolivia; amén de haberle dado a México de manera oficiosa el premio de "la rifa del tigre", al pedir y aceptar la posición en la ONU como miembro del Consejo de Seguridad.
DE MAL Y DE MALAS, SIGUE LA IMPROVISACIÓN Y LA IRREFLEXIÓN
Hoy, la cosa no parece haber mejorado, pues en lugar de que la canciller, Patricia Espinosa Cantellano, haga su chamba de tejido fino para despejar todo entuerto y lograr un acercamiento silencioso y sin mayores problemas con Cuba y Venezuela, ayer el Presidente Calderón, en una entrevista al periódico francés "Le Fígaro", expresa que desearía restablecer las relaciones diplomáticas con Venezuela, pero dice tener la impresión de que el Gobierno de Caracas "no tiene mucha prisa por hacerlo".
¡Hombre! No queda sino observar como Fox dinamita el poco prestigio que ya tenía la diplomacia mexica y hoy el Presidente Calderón, en lugar de hacer a su canciller el trabajo debido, sale él con un exabrupto que demuestra no sólo falta de tacto, sino una crasa ausencia de sensibilidad diplomática al reclamar al "bravucón del barrio": "que no le acepta ser su amigo". ¡Dios mio y Jesús mío! ¿Hasta cuándo señor volveremos por nuestras pasadas glorias y sobre todo ¡Dignidad!, en materia de política exterior?
Correo: losbuenosdias@gmail.com
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