¡Y AL QUE DIOS NO LE DIO HIJOS EL DIABLO LE DIO SOBRINOS!
¡Y AL QUE DIOS NO LE DIO HIJOS EL DIABLO LE DIO SOBRINOS!
No es para tanto, pero, en virtud de que hoy es el Día del Padre y no obstante soy padre de más de cuatro ¡No tengo hijos! Y por tanto si tengo sobrinos, con quien por cierto me llevo muy bien con todos. Aunque, como todos mis hermanos y hermanas ya van como en la segunda, tercera o cuarta vuelta (a excepción de mi hermano Gerardo, que sigue con su esposa original) en materia de matrimonios o arrejuntamientos, lógico que tengo muchos sobrinos y... en una ocasión, una hermana y luego una cuñada (no doy nombres por razones obvias), me pidieron interviniera en calidad de "papá" para que hiciera sentir autoridad en los sobrinos, a lo que muy gentilmente respondí: "¡Pago por ver!". ¡Ni maís!, precisamente, mi papel de tío soltero debe corresponder al de una persona grata para toda la sobrinada a fin de que siempre me visiten y vean con gusto, de lo contrario, a como van las cosas en este mundo, sencilla y simplemente me mandarían por el tubo más grande. Sobre todo que algunos de mis colaterales han sacado la reciedumbre y "bonito" carácter de nosotros.
TUVE UN GRAN PADRE, MUY, PERO MUY A TODO DAR
Pero, retomando el tema, quiero decirles que si tuve madre y mucha, en la misma vertiente tuve padre y mucho. Mi gran viejo, Don Jan, fue un padre muy, pero muy a todo dar, para nada fue un padre consentidor, pero si lo fue en calidad de ejemplar. Nos enseñó sobre todo a respetar y reconocer siempre a la mujer. Y no exagero en función al estar recordado a mi papá, pues fue siempre muy galán, "guerrillero" como el solo y a mi mamá, estoy seguro esta era otra de las facetas que le gustaban de mi padre, en virtud de que se sentía ella la poseedora o la "catedral" de algo que le peleaban en el "mercado".
MI PADRE EN MI FAMILIA ERA ALGO ASI COMO LA SUPREMA CORTE
Recuerdo que en una ocasión, después de muchos años de haber enviudado mi madre, la conocieron unos amigos, después de intercambiar impresiones, mi cuates quedaron impresionados del carácter de la autora de mis días, que ya no estando presente ella me comentaron: "¡Oiga, qué personalidad la de su mamá! De seguro ella dominó a su papá". A lo que raudo y veloz respondí: "¡Para nada!, mi padre siempre estuvo al mando y dirección de la familia y mi madre siempre reportaba a él". Y sorprendidos replicaron: "¡O sea! ¿Su papá tenía el carácter más fuerte que su mamá?". A lo que asentí, pero, subrayé: "Eso sí, jamás de los jamases en casa se escuchó un grito, insulto o una mala palabra por parte de mi papá hacia mi madre ¡Nunca!, él siempre fue muy respetuoso y cariñoso con el sexo opuesto. Obvio, como pareja tuvieron sus diferencias, pues lo notábamos porque un buen día no se hablaban del todo bien, pero, nunca, gracias a Dios, hubo un ejercicio de fuerza bruta en mi casa por parte de mi papá. El siempre, educado y firme, supo imponer su personalidad". Y abundé: "Precisamente, de ahí viene que tal vez yo esté medio loco o loco y medio (y algo de ello les tocó a mis hermanos y hermanas), pues, con los genes de tales progenitores, damos gracias también a que al menos nos podemos comportar.
¡GRANDES VIVENCIAS LAS DE MI PAPÁ!
Y ¡qué gran recuerdo tengo de mi papá! !Ejemplar! Sobre todo en las historias que siempre nos contaba y de sus correrías desde siempre en el rancho familiar, allá en El Mante, Tamaulipas. Que cuando conocí tal lugar, en lo absoluto me sentí decepcionado, el río (Guayalejo), corre atrás de lo que todos siempre llamaban "la casa grande", o sea la casa de mi abuela paterna. Creo si mi padre hubiese sido escritor, mínimo hace un libro mejor que "Cien años de Soledad", pues miren que mi viejo recorrió y vivió en toda la república mexicana y conoció lugares y gente, pero sobre todo la tierra de su origen, es feraz, tal y como él nos la describía.
ESE INOLVIDABLE OLOR TAN SUYO, IMPREGNADO A TABACO
Creo mi papá fumó desde que nació hasta que murió (murió de enfisema pulmonar), pero, ese olor a tabaco tan impregnado en él, combinado con el natural que todos tenemos y asociado todo esto a su gran personalidad, siempre me resulta grato percibir tal aroma y en cuanto así sucede evoco en automático recuerdos por demás gratos. Obvio, como toda familia, pasamos por momentos muy difíciles y tirantes, pero, ese gran carácter de Don Jan y Doña Elvira, han hecho que tales recuerdos estén superados por todo ese cúmulo de placenteros momentos que nos dieron ellos gracias a ese gran amor y respeto que siempre se tuvieron.
UNA RESPUESTA DE MUCHO CONTENIDO FILOSÓFICO
Recuerdo en una ocasión, cuando mi papá ya estaba en casa en calidad de jubilado y acentuándosele su enfermedad, invariablemente nos la pasábamos jugando "canasta", y en la conversación que se da con motivo de esta convivencia, se me ocurrió preguntarle por qué nunca había hecho él un patrimonio para sus hijos, él, sin exaltarse y sin dejar uno de sus inseparables "Delicados", me dijo cambiando del tú al usted, indicativo de que la cosa iba en serio cuando así hablaba mi padre: "Mire hijo, yo a los doce años de edad tuve que dejar el hogar porque en el rancho los agraristas no dejaron nada y salí al mundo a hacer mi vida. Encontré a su "nana" (así le decía él a mi mamá cuando nos hablaba y se refería a ella), me casé con ella y nacieron todos ustedes. Tuve mi familia y es asunto de su nana y mía como salió todo adelante. Usted tiene ahora si no me equivoco 23 años, está a un año de terminar su carrera, goza de gran salud, no veo que le falte ni un brazo y mucho menos se ve usted tonto. Por lo qué, tiene usted ahora más ventajas que yo cuando salí al mundo a vivir por mi cuenta. Por lo tanto, desde ahora puede hacer su vida como quiera, que yo estoy a punto de concluir la mía y no me arrepiento de nada". Sabias palabras, pues efectivamente, eso fue lo que mi padre nos dejó, la herencia de su vivir, de su transcurrir por este mundo, haciendo mundo y vivir con intensidad, que, como él me lo dijo o dio a entender, todo lo demás es responsabilidad de cada quien ¿A poco no fue bien a todo dar mi apá?
correo: losbuenosdias@gmail.com
No es para tanto, pero, en virtud de que hoy es el Día del Padre y no obstante soy padre de más de cuatro ¡No tengo hijos! Y por tanto si tengo sobrinos, con quien por cierto me llevo muy bien con todos. Aunque, como todos mis hermanos y hermanas ya van como en la segunda, tercera o cuarta vuelta (a excepción de mi hermano Gerardo, que sigue con su esposa original) en materia de matrimonios o arrejuntamientos, lógico que tengo muchos sobrinos y... en una ocasión, una hermana y luego una cuñada (no doy nombres por razones obvias), me pidieron interviniera en calidad de "papá" para que hiciera sentir autoridad en los sobrinos, a lo que muy gentilmente respondí: "¡Pago por ver!". ¡Ni maís!, precisamente, mi papel de tío soltero debe corresponder al de una persona grata para toda la sobrinada a fin de que siempre me visiten y vean con gusto, de lo contrario, a como van las cosas en este mundo, sencilla y simplemente me mandarían por el tubo más grande. Sobre todo que algunos de mis colaterales han sacado la reciedumbre y "bonito" carácter de nosotros.
TUVE UN GRAN PADRE, MUY, PERO MUY A TODO DAR
Pero, retomando el tema, quiero decirles que si tuve madre y mucha, en la misma vertiente tuve padre y mucho. Mi gran viejo, Don Jan, fue un padre muy, pero muy a todo dar, para nada fue un padre consentidor, pero si lo fue en calidad de ejemplar. Nos enseñó sobre todo a respetar y reconocer siempre a la mujer. Y no exagero en función al estar recordado a mi papá, pues fue siempre muy galán, "guerrillero" como el solo y a mi mamá, estoy seguro esta era otra de las facetas que le gustaban de mi padre, en virtud de que se sentía ella la poseedora o la "catedral" de algo que le peleaban en el "mercado".
MI PADRE EN MI FAMILIA ERA ALGO ASI COMO LA SUPREMA CORTE
Recuerdo que en una ocasión, después de muchos años de haber enviudado mi madre, la conocieron unos amigos, después de intercambiar impresiones, mi cuates quedaron impresionados del carácter de la autora de mis días, que ya no estando presente ella me comentaron: "¡Oiga, qué personalidad la de su mamá! De seguro ella dominó a su papá". A lo que raudo y veloz respondí: "¡Para nada!, mi padre siempre estuvo al mando y dirección de la familia y mi madre siempre reportaba a él". Y sorprendidos replicaron: "¡O sea! ¿Su papá tenía el carácter más fuerte que su mamá?". A lo que asentí, pero, subrayé: "Eso sí, jamás de los jamases en casa se escuchó un grito, insulto o una mala palabra por parte de mi papá hacia mi madre ¡Nunca!, él siempre fue muy respetuoso y cariñoso con el sexo opuesto. Obvio, como pareja tuvieron sus diferencias, pues lo notábamos porque un buen día no se hablaban del todo bien, pero, nunca, gracias a Dios, hubo un ejercicio de fuerza bruta en mi casa por parte de mi papá. El siempre, educado y firme, supo imponer su personalidad". Y abundé: "Precisamente, de ahí viene que tal vez yo esté medio loco o loco y medio (y algo de ello les tocó a mis hermanos y hermanas), pues, con los genes de tales progenitores, damos gracias también a que al menos nos podemos comportar.
¡GRANDES VIVENCIAS LAS DE MI PAPÁ!
Y ¡qué gran recuerdo tengo de mi papá! !Ejemplar! Sobre todo en las historias que siempre nos contaba y de sus correrías desde siempre en el rancho familiar, allá en El Mante, Tamaulipas. Que cuando conocí tal lugar, en lo absoluto me sentí decepcionado, el río (Guayalejo), corre atrás de lo que todos siempre llamaban "la casa grande", o sea la casa de mi abuela paterna. Creo si mi padre hubiese sido escritor, mínimo hace un libro mejor que "Cien años de Soledad", pues miren que mi viejo recorrió y vivió en toda la república mexicana y conoció lugares y gente, pero sobre todo la tierra de su origen, es feraz, tal y como él nos la describía.
ESE INOLVIDABLE OLOR TAN SUYO, IMPREGNADO A TABACO
Creo mi papá fumó desde que nació hasta que murió (murió de enfisema pulmonar), pero, ese olor a tabaco tan impregnado en él, combinado con el natural que todos tenemos y asociado todo esto a su gran personalidad, siempre me resulta grato percibir tal aroma y en cuanto así sucede evoco en automático recuerdos por demás gratos. Obvio, como toda familia, pasamos por momentos muy difíciles y tirantes, pero, ese gran carácter de Don Jan y Doña Elvira, han hecho que tales recuerdos estén superados por todo ese cúmulo de placenteros momentos que nos dieron ellos gracias a ese gran amor y respeto que siempre se tuvieron.
UNA RESPUESTA DE MUCHO CONTENIDO FILOSÓFICO
Recuerdo en una ocasión, cuando mi papá ya estaba en casa en calidad de jubilado y acentuándosele su enfermedad, invariablemente nos la pasábamos jugando "canasta", y en la conversación que se da con motivo de esta convivencia, se me ocurrió preguntarle por qué nunca había hecho él un patrimonio para sus hijos, él, sin exaltarse y sin dejar uno de sus inseparables "Delicados", me dijo cambiando del tú al usted, indicativo de que la cosa iba en serio cuando así hablaba mi padre: "Mire hijo, yo a los doce años de edad tuve que dejar el hogar porque en el rancho los agraristas no dejaron nada y salí al mundo a hacer mi vida. Encontré a su "nana" (así le decía él a mi mamá cuando nos hablaba y se refería a ella), me casé con ella y nacieron todos ustedes. Tuve mi familia y es asunto de su nana y mía como salió todo adelante. Usted tiene ahora si no me equivoco 23 años, está a un año de terminar su carrera, goza de gran salud, no veo que le falte ni un brazo y mucho menos se ve usted tonto. Por lo qué, tiene usted ahora más ventajas que yo cuando salí al mundo a vivir por mi cuenta. Por lo tanto, desde ahora puede hacer su vida como quiera, que yo estoy a punto de concluir la mía y no me arrepiento de nada". Sabias palabras, pues efectivamente, eso fue lo que mi padre nos dejó, la herencia de su vivir, de su transcurrir por este mundo, haciendo mundo y vivir con intensidad, que, como él me lo dijo o dio a entender, todo lo demás es responsabilidad de cada quien ¿A poco no fue bien a todo dar mi apá?
correo: losbuenosdias@gmail.com
Comentarios