¡QUE FRESA EL SEÑOR!

¡QUE FRESA EL SEÑOR!
¡Juar, juar, juar! Y que conste no es mi culpa que el señor Fox se ponga todos los días a tiro de piedra y no quede más remedio que recetárcela. Ya en el teatro que armó en Los Angeles cuando de Telemundo el paisano Rubén González Luengas le preguntó por los bienes de Martita y las de él ¡Que el tipo se enfureció! Fox, hecho un energúmeno se lanzó echando toda clase de epítetos en contra del entrevistador, calificándolo como malo para entrevistar ¡Juar, juar, juar!, no cabe duda, el señor se acostumbró a vivir en "Foxilandia", se creyó todo lo que le contó Martita y finalmente se dio cuenta su historia no tuvo un final feliz y hoy, que al más puro estilo de Salinas de Gortari, todo el mundo lo cuestiona, el varón irrumpe en cólera. Eso denota que el señor, ni es inteligente y mucho menos templado para eso que los romanos calificaron "res publica", o sea, la cosa pública, en pocas palabras: la política.
¡QUE DIFÍCIL DEBIÓ Y DEBE SER TRABAJAR PARA LA "PAREJA"!
No me quiero imaginar el esfuerzo de sus cercanos colaboradores por estarle enmendando la plana todos los días durante su "desgobierno", de ahí el surgimiento de la figura del "Tata" o vocero de la Presidencia, quien noche a noche ofrecía en toda una comicidad, la interpretación de lo que el Presidente había dicho y lo que había querido decir. En fin, puro dislate. Pero, gracias a Dios ¡México se salvó!
Qué cándido resulta este señor, pues, se mete a contender con periodistas y los regaña porque no le preguntan lo que él quisiera le preguntaran. Y esto señores, ni es democracia, ni es democrático ni va por ahí.
¡ESA SI FUE PERSONALIDAD, CLASE, CULTURA Y TALENTO!
Todos estos dislates del señor Fox, me traen a la memoria la figura de aquella gran mujer, que además de guapa, de una ¡Gran personalidad!, poseedora de un carisma arrebatador, amén de una gran creatividad, fue poseedora de una enorme inteligencia. Tan inteligente, que cuando deja la Casa Blanca ¡Jamás concedió entrevista alguna a nadie! Y eso que ella era periodista. Me refiero a la siempre joven y bella Jackelin Kennedy ¡Qué señora tan guapa, inteligente y con enormes ganas de vivir! Y creo, si echamos sumas y restas, vivió su época y supo ser toda una protagonistas de una era, que no llevará su nombre, pero si su sello personal.
Pero claro, estamos hablando de gente del Primer Mundo, educada para saber gobernar y saber cómo hacer las cosas conforme a las circunstancias, pues incluso, en el momento del asesinato de su esposo, la señora estuvo más que a la altura de los sucesos, y ni se diga después. Esto me trae a la memoria un chiste, en donde dos señores acuden con un terapeuta que trataba problemas de adicciones. El terapeuta le dice una vez terminada la cesión del segundo paciente, quien era alguien muy culto y de noble cuna, amén de poder adquisitivo (el otro no había sido en nada agraciado por la vida): "Oiga, disculpe el comentario, pero, ambos son alcohólicos". A lo que el señor de las nobles prendas responde: "¡Alcohólico yo!, éste es un pobre borracho.
CREYO VIVIRIA SIEMPRE EN EL FOXILANDIA CREADO POR MARTA
Por lo tanto, lo que le sucede ahora al señor Fox, no es sino la reacción de alguien quien se creyó él mismo todas sus mentiras y hasta bello se vio, y ahora, que la realidad le sale a cada paso, le resulta imposible aceptarla, pues para él su mundo es el que idealizó y no la triste realidad, resultado de sus múltiples, cuanto interminables torpezas.
NUNCA UN BUEN POLITICO PIERDE LOS ESTRIBOS EN PUBLICO
Para comenzar, como "estadista" que fue, debe saber muy bien que, ni de chiste se debe dar el lujo de perder la cabeza, así se encuentre en las peores situaciones y encrucijadas, el buen político, sobre todo los que se dicen estadistas, nunca, pero nunca, deben perder en público la serenidad y mucho menos la ecuanimidad y menos con alguien de los medios. Resultando peor hacerlo en un país en donde es costumbre decirle hasta pita morada a los políticos por más encumbrados que éstos se encuentren.
LA ESTATUA Y LA CHIQUITIBUM
Por cierto, he encontrado un tremendo símil entre la chica que le puso la soga a la estatua derruida de Fox, así como al muchacho que brinca encima del sacrosanto "menumento", con la Chiquitibum. Nadamenos que Mar Castro, joven poseedora de notable anatomía, quien en un comercial cervecero de TV, allá cuando el mundial del 86 en México, saltó a la fama inusitadamente al aparecer por escasos tres segundos en la TV vistiendo breve playera y mostrando una muy vistosa "pechuga". Todo México tuvo que ver con ella, lástima que no supo aprovechar tan inusitado golpe mediático.
Pues, tanto la muchacha, como el muchacho, le han dado la vuelta al mundo en sus muy espontáneas acciones, que ya son varios periódicos capitalinos los que han reproducido incluso en siluetas el brinco del muchacho sobre la estatua. Y la imagen de la muchachona "ahorcando" a la estatua ni se diga.
MAS GANARAN CON APLICAR LA PRUDENTE SENCILLEZ
Y por la forma en como se han presentado los acontecimientos, ni duda cabe los bonos de Fox bajaron estrepitosamente, pues son infinitamente más los comentarios jocosos sobre el hecho, así como criticando la puesta de la estatua, que el derribamiento de la misma. Por lo tanto, si los señores del PAN, en su obcecación al ver que lo obtenido lo han perdido por propio esfuerzo y mérito, se empeñan en volver a llevar la estatua al pedestal y develarla, van a perder mucho, pero mucho más, de lo poco que pudieran tener todavía entre la comunidad. En política, la prudencia es siempre mucho mejor que la obstinación y la reincidencia.
HE AQUI EL RECUERDO DE DOS ESTATUAS DEL VIRREINATO
Y, como epílogo de esta "calumnia", entre mis papeles del escritorio busqué y encontré unas referencias "poéticas" del tiempo de la colonia, el ingenio popular compuso sobre obras realizadas por dos Virreyes. Las cuales cobran vida inmediata con el asunto de la "estatua"; ahí les va el primero: "A pie y a caballo nadie te gana". Dijeron al marqués de Braciforte. Aludiendo con esto a sus enormes pies y a su corta inteligencia, pero, el muy tonto marqués se puso ufano con la frase pues la entendió referida a su gracia para caminar y montar a caballo.
Y la segunda y última, que me parece la mejor, es esta sobre un Virrey de apellido Marquina, cuando ordenó construir una fuente en un sitio en donde no había agua:
"Para perpetua memoria
nos dejó el virrey Marquina
una fuente en que se orina.
Y aquí se acabó la historia"

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