¡LA GRAN AVENTURA DE ESCRIBIR!
¡LA GRAN AVENTURA DE ESCRIBIR!
Muchas cosas gratas me han sucedido y suceden a través de la "calumnia", por ejemplo, esa gama de mensajes que me llegan, desde adhesiones, felicitaciones, así como réplicas y remembranzas maternales, pero, incuestionablemente todo esto hace para mí motivante la escritura de este espacio. Además, logro encontrar a través de ella a amigos que tenía ¡Siglos de no ver ni saber de ellos! Por ejemplo, el otro día una amiga de la temprana juventud me escribió y me dijo: "Ocasionalmente leo tu columna, ocasionalmente me divierte, ocasionalmente me entretiene, ocasionalmente no me gusta". ¡Hombre!, que todo esto es ganancia, sobre todo de quien viene, se trata de una gratísima excompañera de trabajo de allá de 1969-1973, en el entonces Hotel Veracruz, quien además de muy guapa y tener un cabello largo hasta la cintura, era claridosa, directa y no se andaba por las ramas, amén de que era poseedora de un muy definido cuanto fuerte carácter, o sea, por lo expresado en su ocurso ¡No ha cambiado nada! ¡Felicidades!
GUSTAN MAS DE "LA BELLA ÉPOCA"
Y, entre felicitaciones, reconocimientos y protestas, concluyo me mantengo en el ánimo del "raiting" y el "ranking", dejándome entrever aceptan más cuando hablo de "la bella época", de aquellos años en que no había inflación (o mejor dicho ésta era del uno o dos por ciento al año), cuando se podía regar toda el agua que se quisiera y nadie se enojaba y mucho menos la gente se engorilaba cuando había árboles en las banquetas y los vecinos salían a barrer lo que hoy se ha dado en definir como "tanta basura que echan los árboles". De nuestras aventuras en los patios baldíos subiéndonos a los árboles y jugando a guerritas de ligazos; a los días en que íbamos a la playa sin nada más que un improvisado traje de baño, sin crema ni loción de ninguna índole y no pasaba nada; cuando se podían ver grandes cardúmenes de peces en la orilla de la playa y correr detrás de ellos. Cuando jamás salíamos de vacaciones, pero nos la pasábamos muy a todo dar inventando todo tipo de juegos que hoy llaman "interactivos" y son aplicados por psicólogos; del tiempo cuando no había dengue y era toda una experiencia acompañar a los mayores al cementerio "a visitar a los muertos", siendo gratificante ver cómo las señoras que cuidaban los sepulcros los limpiaban a puro golpe de agua, escoba y jabón, y llenaban los floreros para las "nubes", "mocos de pavo", alcatraces, azucenas, etc. Y en tanto los adultos paticaban o rezaban ante las sepulturas podía uno andar de safari entre las tumbas y correr a la parte más alta del Particular Veracruzano y contemplar desde ahí (lo que hoy es una abigarrada zona urbana) un interminable, bello y silencioso verdor, donde apenas se distinguía lontananza una cinta asfáltica que luego supe era la carretera vieja a "Las Bajadas" y que llevaba a la hoy libre a Xalapa. Para luego volver a casa todo lleno de cadillos y con picaduras de moscos, sin la zozobra de podernos enfermar ¡Derecho a bañarse!.
AQUÍ ES DONDE LA POLÉMICA HACE SU APARICIÓN
De esto veo le gusta a mis amables lectores recordar o enterarse. Pero, la cosa se pone, muy, pero muy movida es cuanto entro al terreno histórico y político ¡Aaah! Aquí si que se arranca la polémica, y ¡Qué bueno!, debe haber de todo, como en botica ¿A poco no?
Pero, indiscutiblemente, de que escribir es todo una vivencia ¡Ni lo duden! Y gracias por sus comentarios.
"CADA QUIEN APLAUDE COMO PUEDE"
Esto me trae a la memoria una escena de una presentación de Doña Carmen Salinas en el teatro Blanquita, allá en el D.F., de esto hace muchos, pero muchos años, cuando al salir ella a escena se escuchó un nutrido aplauso para la famosa imitadora y actriz, de pronto, de los alto del teatro se dejó oír una estruendosa trompetilla, a lo que Doña Carmen, dueña de un gran talento y muchas tablas, agradeció la trompetilla diciendo: "¡Gracias!, no cabe duda cada quien aplaude como puede".
http://losbuenosdias.blogspot.com
correo: losbuenosdias@gmail.com
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Muchas cosas gratas me han sucedido y suceden a través de la "calumnia", por ejemplo, esa gama de mensajes que me llegan, desde adhesiones, felicitaciones, así como réplicas y remembranzas maternales, pero, incuestionablemente todo esto hace para mí motivante la escritura de este espacio. Además, logro encontrar a través de ella a amigos que tenía ¡Siglos de no ver ni saber de ellos! Por ejemplo, el otro día una amiga de la temprana juventud me escribió y me dijo: "Ocasionalmente leo tu columna, ocasionalmente me divierte, ocasionalmente me entretiene, ocasionalmente no me gusta". ¡Hombre!, que todo esto es ganancia, sobre todo de quien viene, se trata de una gratísima excompañera de trabajo de allá de 1969-1973, en el entonces Hotel Veracruz, quien además de muy guapa y tener un cabello largo hasta la cintura, era claridosa, directa y no se andaba por las ramas, amén de que era poseedora de un muy definido cuanto fuerte carácter, o sea, por lo expresado en su ocurso ¡No ha cambiado nada! ¡Felicidades!
GUSTAN MAS DE "LA BELLA ÉPOCA"
Y, entre felicitaciones, reconocimientos y protestas, concluyo me mantengo en el ánimo del "raiting" y el "ranking", dejándome entrever aceptan más cuando hablo de "la bella época", de aquellos años en que no había inflación (o mejor dicho ésta era del uno o dos por ciento al año), cuando se podía regar toda el agua que se quisiera y nadie se enojaba y mucho menos la gente se engorilaba cuando había árboles en las banquetas y los vecinos salían a barrer lo que hoy se ha dado en definir como "tanta basura que echan los árboles". De nuestras aventuras en los patios baldíos subiéndonos a los árboles y jugando a guerritas de ligazos; a los días en que íbamos a la playa sin nada más que un improvisado traje de baño, sin crema ni loción de ninguna índole y no pasaba nada; cuando se podían ver grandes cardúmenes de peces en la orilla de la playa y correr detrás de ellos. Cuando jamás salíamos de vacaciones, pero nos la pasábamos muy a todo dar inventando todo tipo de juegos que hoy llaman "interactivos" y son aplicados por psicólogos; del tiempo cuando no había dengue y era toda una experiencia acompañar a los mayores al cementerio "a visitar a los muertos", siendo gratificante ver cómo las señoras que cuidaban los sepulcros los limpiaban a puro golpe de agua, escoba y jabón, y llenaban los floreros para las "nubes", "mocos de pavo", alcatraces, azucenas, etc. Y en tanto los adultos paticaban o rezaban ante las sepulturas podía uno andar de safari entre las tumbas y correr a la parte más alta del Particular Veracruzano y contemplar desde ahí (lo que hoy es una abigarrada zona urbana) un interminable, bello y silencioso verdor, donde apenas se distinguía lontananza una cinta asfáltica que luego supe era la carretera vieja a "Las Bajadas" y que llevaba a la hoy libre a Xalapa. Para luego volver a casa todo lleno de cadillos y con picaduras de moscos, sin la zozobra de podernos enfermar ¡Derecho a bañarse!.
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De esto veo le gusta a mis amables lectores recordar o enterarse. Pero, la cosa se pone, muy, pero muy movida es cuanto entro al terreno histórico y político ¡Aaah! Aquí si que se arranca la polémica, y ¡Qué bueno!, debe haber de todo, como en botica ¿A poco no?
Pero, indiscutiblemente, de que escribir es todo una vivencia ¡Ni lo duden! Y gracias por sus comentarios.
"CADA QUIEN APLAUDE COMO PUEDE"
Esto me trae a la memoria una escena de una presentación de Doña Carmen Salinas en el teatro Blanquita, allá en el D.F., de esto hace muchos, pero muchos años, cuando al salir ella a escena se escuchó un nutrido aplauso para la famosa imitadora y actriz, de pronto, de los alto del teatro se dejó oír una estruendosa trompetilla, a lo que Doña Carmen, dueña de un gran talento y muchas tablas, agradeció la trompetilla diciendo: "¡Gracias!, no cabe duda cada quien aplaude como puede".
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