¡VAMONOS DE PESCA!
¡VAMONOS DE PESCA!
¡Aah!, qué padre era ir a pescar en aquellos años de la infancia cuando en toda la orilla de mar había peces, incluso en lo que era el antiguo muelle de Pescadores, anexo al edificio antiguo de la Náutica Mercante Fernando Siliceo, en el mero final del mismo se sacaban muy buenos ejemplares de mojarras y otro tipo de peces. Era toda una romería cuando llegaban las lanchas de los pescadores y comenzaban a tirar a la superficie del muelle todo el producto pesquero que traían. Luego los mismos pescadores pedían una "manita" a los muchachos mayores, en ocasiones cuando nos tocaba estar ahí, mis hermanos ayudaban en el acarreo del pescado y por gratificación les obsequiaban unos ejemplares bastantes muy buenos de sierra o peto, que, ya en el sartén olía riquísimo y sabía mejor.
¡COSTABA 5 PESOS UN BUEN PESCADO!
Incluso, recuerdo cuando mi mamá me decía: "A ver Flaco (yo fui flaco alguna vez en mi vida aunque ustedes no lo crean), ve al muelle a que te vendan un buen pescado (nosotros vivíamos exactamente enfrente a la Náutica, de ahí que les hable con pelos en la mano de tales hechos y experiencias)" ¡Me daba una moneda de cinco pesos y regresaba yo con un muy ejemplar marino del cual dábamos cuenta toda la bola de integrantes de la familia Ingram García.
Hoy, esos precios de cinco pesos son para reirse nadamás de escucharlos, pues nada cuesta ahora cinco pesos que logre llenar la mesa de una familia de once integrantes como lo era mi familia en aquellos días de 1964, más o menos.
ACABAMOS CON LA ABUNDANCIA ¡EN TODO EL MUNDO!
Pero, a lo que quiero ir con todo este tema recordatorio es al hecho de que aquellos días de abundancia y plenitud de los productos del mar en nuestros tiempos ya no son más. Incluso, los meros, que eran un tanto comunes verlos en dicho muelle, hoy sólo se les puede observar en la pecera gigante del Acuario de Veracruz, pues "no more".
¡Hasta los sábalos eran más grandes de lo que ahora se ven!, la carne, si mal no me acuerdo, bien preparada era todo un manjar (además era baratísima -No sé ahora-), sobre todo en caldo.
YA NO PESQUEMOS POR PESCAR
Bueno, por lo tanto, en virtud a que cada día hay menos pescado por la escasez del mismo por motivos de contaminación o sobre explotación, es necesario ir tomando conciencia de tal situación y llevar a cabo la concientización correspondiente a fin de que cuando salgamos a pescar, todo aquel ejemplar que se suba a la lancha sea por la firme convicción de que va a ir a dar al sartén o a la olla para terminar finalmente en un rico comelitón, ya bien en familia o con los cuates, pero, bajo ninguna circunstancia se debe pescar por el prurito de subir a la lancha un ejemplar marino (de cualquier clase que sea), por el sólo hecho de tomarse la foto o presumir en su momento de haberse logrado la proeza de la pesca, pero, siendo el destino de tal captura el desperdicio ¡No!, eso nunca más.
¡SEAMOS DEL PRIMER MUNDO!
Es necesario y fundamental desarrollar tal cultura de la conservación, pues así como luego despotricamos de qué bien se estaría de ser México un país del primer mundo, cabe recordar que quien tiene la oportunidad de ir a pescar por lisura, es que tiene ya determinado poder económico y ¡Cultura!, por lo que con más razón deben proceder a imitar a tal primer mundo en las medidas de preservación del medio ambiente, la flora y la fauna, porque en los EUA está más que desarrollado sistema de "catch and realese", o sea: "captura y liberación" del producto, si es que este no va a ser destinado a ser comido. Por lo tanto, ahí se las dejo de tarea.
http://losbuenosdias.blogspot.com
correo: losbuenosdias@gmail.com
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¡Aah!, qué padre era ir a pescar en aquellos años de la infancia cuando en toda la orilla de mar había peces, incluso en lo que era el antiguo muelle de Pescadores, anexo al edificio antiguo de la Náutica Mercante Fernando Siliceo, en el mero final del mismo se sacaban muy buenos ejemplares de mojarras y otro tipo de peces. Era toda una romería cuando llegaban las lanchas de los pescadores y comenzaban a tirar a la superficie del muelle todo el producto pesquero que traían. Luego los mismos pescadores pedían una "manita" a los muchachos mayores, en ocasiones cuando nos tocaba estar ahí, mis hermanos ayudaban en el acarreo del pescado y por gratificación les obsequiaban unos ejemplares bastantes muy buenos de sierra o peto, que, ya en el sartén olía riquísimo y sabía mejor.
¡COSTABA 5 PESOS UN BUEN PESCADO!
Incluso, recuerdo cuando mi mamá me decía: "A ver Flaco (yo fui flaco alguna vez en mi vida aunque ustedes no lo crean), ve al muelle a que te vendan un buen pescado (nosotros vivíamos exactamente enfrente a la Náutica, de ahí que les hable con pelos en la mano de tales hechos y experiencias)" ¡Me daba una moneda de cinco pesos y regresaba yo con un muy ejemplar marino del cual dábamos cuenta toda la bola de integrantes de la familia Ingram García.
Hoy, esos precios de cinco pesos son para reirse nadamás de escucharlos, pues nada cuesta ahora cinco pesos que logre llenar la mesa de una familia de once integrantes como lo era mi familia en aquellos días de 1964, más o menos.
ACABAMOS CON LA ABUNDANCIA ¡EN TODO EL MUNDO!
Pero, a lo que quiero ir con todo este tema recordatorio es al hecho de que aquellos días de abundancia y plenitud de los productos del mar en nuestros tiempos ya no son más. Incluso, los meros, que eran un tanto comunes verlos en dicho muelle, hoy sólo se les puede observar en la pecera gigante del Acuario de Veracruz, pues "no more".
¡Hasta los sábalos eran más grandes de lo que ahora se ven!, la carne, si mal no me acuerdo, bien preparada era todo un manjar (además era baratísima -No sé ahora-), sobre todo en caldo.
YA NO PESQUEMOS POR PESCAR
Bueno, por lo tanto, en virtud a que cada día hay menos pescado por la escasez del mismo por motivos de contaminación o sobre explotación, es necesario ir tomando conciencia de tal situación y llevar a cabo la concientización correspondiente a fin de que cuando salgamos a pescar, todo aquel ejemplar que se suba a la lancha sea por la firme convicción de que va a ir a dar al sartén o a la olla para terminar finalmente en un rico comelitón, ya bien en familia o con los cuates, pero, bajo ninguna circunstancia se debe pescar por el prurito de subir a la lancha un ejemplar marino (de cualquier clase que sea), por el sólo hecho de tomarse la foto o presumir en su momento de haberse logrado la proeza de la pesca, pero, siendo el destino de tal captura el desperdicio ¡No!, eso nunca más.
¡SEAMOS DEL PRIMER MUNDO!
Es necesario y fundamental desarrollar tal cultura de la conservación, pues así como luego despotricamos de qué bien se estaría de ser México un país del primer mundo, cabe recordar que quien tiene la oportunidad de ir a pescar por lisura, es que tiene ya determinado poder económico y ¡Cultura!, por lo que con más razón deben proceder a imitar a tal primer mundo en las medidas de preservación del medio ambiente, la flora y la fauna, porque en los EUA está más que desarrollado sistema de "catch and realese", o sea: "captura y liberación" del producto, si es que este no va a ser destinado a ser comido. Por lo tanto, ahí se las dejo de tarea.
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