Buenos Dias
¡HELP!
O sea ¡Auxilio! Debo descubrir si me estoy poniendo definitivamente carcamán, debo bajar de peso o de plano el asunto este del calentamiento global no es que esté a la vuelta de la esquina sino que ¡Ya llegó!
¡QUE CALOR TAN ESPANTOSO!
¡Qué bárbaro!, nunca había yo sentido tanto calor aquí en mi tierra querida ¡Mi gran Veracruz!, como el del día de ayer que hasta me comí un cuarto de litro de nieve de limón porque realmente ya andaba yo en el puro desbiele. ¡Dios mío!, cual ganado en tierra yerma, porque tuve que cruzar el zócalo, tuve que ir en busca de la sombra de un árbol para recuperar fuerzas para llegar hasta mi vehículo, y de ahí: ¡A casa!
ANTES NO HABIA TANTO CALOR
No sé, pero que yo recuerde de niño (allá por los sesenta), no había este canijo calor o yo no lo sentía (como tampoco mi palomilla, pues siempre andábamos en la punta de la estampida y jamás desfallecimos, eso sí, tomábamos agua a cada rato, cual camello antes de emprender el viaje a través del desierto, pero, nunca nos quejamos del calor.
No, lo de ayer fue realmente una auténtica mentada para toda la población de este grandioso y portentoso asentamiento humano llamado en apócope: Veracruz (no olvidemos el nombre completito fue y es "La Villa Rica de la Vera Cruz").
LOS POLOS ESTÁN CHUPANDO FAROS
Leía el otro día sobre lo extremo en que anda el asunto este de la licuación de los polos de nuestro planeta; tal vez al igual que la mayoría de las personas no estaba yo consciente del enorme daño que se está ocasionando al planeta con el asunto este de la quema de tanto gas que produce el llamado "efecto invernadero", en pocas palabras, estamos calentando la atmósfera en tal velocidad que se han alcanzado índices que se tenían calculados a cincuenta años, o sea, nos estamos haciendo todos los seres humanos el hara kiri en forma por demás cruenta y rápida.
¡UNA SOLUCIÓN YUCATECA!
Lástima que no somos yucatecos, pues de lo contrario tendríamos la solución en forma por demás inmediata, por aquello de que los oriundos de la tierra del autor de "Peregrina" (qué belleza de canción, la musa que la inspira y la trágica trama de amor que se dio entre los protagonistas y sus respectivas familias. En donde quedó una vez más demostrado que ¡El amor no tiene fronteras, edad, ni condición social y mucho menos civil!, sencillamente: existe) siempre exclaman: "Si se acaba el mundo yo me voy para Mérida".
Y ¡ARRIBA NUESTRA MARAVILLOSA TIERRA VERACRUZANA!
Bueno, pues yo no me iré a Mérida, pues el mundo aún no se va a acabar (como tampoco creo vaya a tener tan inútil final, sino que van a pasar varias generaciones antes de que algo feo pase y entonces todo cambie para bien, pero, para cuando esto pase yo ya estaré de minero en algún lado), pero, si me terminaré de mudar hacia la sierra veracruzana, pues allá no hace calor, todavía hay suficiente vegetación como para conservar el clima padre de nuestras montañas y seguir dando gracias a Dios por habernos mandado a vivir en este maravilloso Estado por donde no sólo pasó Dios, sino que aquí se quedó a dormir un buen rato ¡Pues cuánta maravilla natural hay en él!, entre otras la amplia gama de climas. Pero, en lo que son peras o manzanas, si viene o no el cambio global ¡Mudémonos a la montaña!, pero, siempre y cuando se trate de las montañas de Veracruz ¡Nuestra tierra bendita por Dios y María Santísima! ¿O no?
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