HE AQUÍ MI RÉPLICA
HE AQUÍ MI RÉPLICA
El otro día para enfatizar el argumento principal de esta "calumnia" hice alusión a la segunda ley de Newton en función al recuerdo de mis clases de física en ¡Tercero de secundaria!, y advertí había sido yo bastante maleta en física (así como en todo lo que tenía que ver con ciencias exactas -primordiales par el estudio de física-). Y me advertí me sustentaba en el recuerdo y de lo expresado en aquel entonces por el maestro de la materia (que ninguna culpa tiene el catedrático, pero, así fue). Al otro día, raudo y veloz recibí ¡5 avisos de correspondientes lectores al respecto donde me corregían y me decían la ley del ejemplo aludido (la flotación de los barcos de metal) correspondía al "principio de Arquímides" y no a la ley de Newton. Por lo tanto, admito el lapsus, pero, en beneficio propio y de la presente explicación, la ley aludida si existe y el punto medular de la argumentación era el de las fuerzas en sentido contrario. Que lo de la flotación no haya correspondido al ejemplo expresado, bueno....lo dije, no era físico, pero, ya no sé yo en dónde ande el maestro que nos dio tal explicación hace 40 años para decirle que estaba mal.
PARTE DEL ENCANTO DE ESCRIBIR ES LA CONTROVERSIA
De los cinco que me escribieron cuatro fueron muy, pero muy amables en su explicación, de entre ellos mi buen amigo Jorge Bouregard Herrera, quien fuera compañero de generación de la Náutica de mi difunto hermano Carlos, de la época de oro de la marina mercante nacional. Ahí él me explica todo lo que tiene que ver con la flotación de los bajeles, y, como les decía en aquella "calumnia" de la semana pasada, no era mi intención dar cátedra de física, nada más alejado de mi intención, pero, bueno, considero para la argumentación esgrimida fue válida, pues la ley enunciada existe y aplica, obvio. Reitero, es mi error, pero incuestionablemente los maestros que tuve de exactas y física no motivaron mi interés como lo tuve y he tenido para otras materias como historia y geografía.
PERO LA LEY AHÍ ESTA, EXISTE Y APLICA ¿O NO?
Pero, dentro de las cinco lectores interesados en mi acervo cultural cuatro fueron muy amables y uno realmente agresivo y con sanas intenciones hasta de quererme quemar en leña verde en pleno zócalo por la confusión, amén de que le aplicaría a este crítico la máxima de: "el burro hablando de orejas", su misiva venía toda en mayúsculas, o sea, se ve no sabe nada respecto a los signos de acentuación, por aquella "licencia" gramatical de que las mayúsculas pueden no acentuarse, amén que es de mal gusto escribir todo en "altas". E insisto ¡La ley enunciada existe!, y puede aplicar a la flotación de los barcos (que reitero, no fue este el argumento toral). Lamento no tener a aquel maestro a la mano para mostrarle las réplicas y mucho menos aquel enorme libro que llevamos en tal materia, en virtud de que no obstante he tenido la manía de ir guardando todos mis libros, en uno de mis viajes a los EUA, mi mamá, para ahorrarse el dinero de los libros de secundaria, hizo repartición de los míos entre mi hermano menor, Alejandro, y mi primo Arturo, quienes habían entrado a tal grado, que cuando regresé del viaje y me di cuenta del atrevimiento materno, mis libros de secundaria eran sólo un montón de hojas apelmazadas, pues mi hermano menor se dedicó a turismo y mi chaparro primo a veterinario. Pero ¡La ley existe! ¡Rediez y aplica!
¡HOMBRE! MI CUATE CATÓN TIENE 4 LECTORES Y YO AHORA TENGO 5 ASEGURADOS
Por lo tanto ¡Qué bueno que fueron cinco las réplicas y 5 los lógicos lectores!, lo cual es hartamente positivo este asunto respecto a las observaciones sobre la confusión de las leyes físicas en cuestión, pues mantengo un buen rating entre quienes me hacen el favor de leerme (le gané a mi amigo Catón, pues tengo cinco lectores asegurados y él dice tener cuatro). O sea, voy mejorando en las encuestas, por lo tanto ¡Gracias por leerme!, lo cual es motivante. Y ¡Hombre!, que no soy Dios y tengo derecho a una que otra liviana metida de pata.
http: //losbuenosdias.blogspot.com
correo: losbuenosdias@gmail.com
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El otro día para enfatizar el argumento principal de esta "calumnia" hice alusión a la segunda ley de Newton en función al recuerdo de mis clases de física en ¡Tercero de secundaria!, y advertí había sido yo bastante maleta en física (así como en todo lo que tenía que ver con ciencias exactas -primordiales par el estudio de física-). Y me advertí me sustentaba en el recuerdo y de lo expresado en aquel entonces por el maestro de la materia (que ninguna culpa tiene el catedrático, pero, así fue). Al otro día, raudo y veloz recibí ¡5 avisos de correspondientes lectores al respecto donde me corregían y me decían la ley del ejemplo aludido (la flotación de los barcos de metal) correspondía al "principio de Arquímides" y no a la ley de Newton. Por lo tanto, admito el lapsus, pero, en beneficio propio y de la presente explicación, la ley aludida si existe y el punto medular de la argumentación era el de las fuerzas en sentido contrario. Que lo de la flotación no haya correspondido al ejemplo expresado, bueno....lo dije, no era físico, pero, ya no sé yo en dónde ande el maestro que nos dio tal explicación hace 40 años para decirle que estaba mal.
PARTE DEL ENCANTO DE ESCRIBIR ES LA CONTROVERSIA
De los cinco que me escribieron cuatro fueron muy, pero muy amables en su explicación, de entre ellos mi buen amigo Jorge Bouregard Herrera, quien fuera compañero de generación de la Náutica de mi difunto hermano Carlos, de la época de oro de la marina mercante nacional. Ahí él me explica todo lo que tiene que ver con la flotación de los bajeles, y, como les decía en aquella "calumnia" de la semana pasada, no era mi intención dar cátedra de física, nada más alejado de mi intención, pero, bueno, considero para la argumentación esgrimida fue válida, pues la ley enunciada existe y aplica, obvio. Reitero, es mi error, pero incuestionablemente los maestros que tuve de exactas y física no motivaron mi interés como lo tuve y he tenido para otras materias como historia y geografía.
PERO LA LEY AHÍ ESTA, EXISTE Y APLICA ¿O NO?
Pero, dentro de las cinco lectores interesados en mi acervo cultural cuatro fueron muy amables y uno realmente agresivo y con sanas intenciones hasta de quererme quemar en leña verde en pleno zócalo por la confusión, amén de que le aplicaría a este crítico la máxima de: "el burro hablando de orejas", su misiva venía toda en mayúsculas, o sea, se ve no sabe nada respecto a los signos de acentuación, por aquella "licencia" gramatical de que las mayúsculas pueden no acentuarse, amén que es de mal gusto escribir todo en "altas". E insisto ¡La ley enunciada existe!, y puede aplicar a la flotación de los barcos (que reitero, no fue este el argumento toral). Lamento no tener a aquel maestro a la mano para mostrarle las réplicas y mucho menos aquel enorme libro que llevamos en tal materia, en virtud de que no obstante he tenido la manía de ir guardando todos mis libros, en uno de mis viajes a los EUA, mi mamá, para ahorrarse el dinero de los libros de secundaria, hizo repartición de los míos entre mi hermano menor, Alejandro, y mi primo Arturo, quienes habían entrado a tal grado, que cuando regresé del viaje y me di cuenta del atrevimiento materno, mis libros de secundaria eran sólo un montón de hojas apelmazadas, pues mi hermano menor se dedicó a turismo y mi chaparro primo a veterinario. Pero ¡La ley existe! ¡Rediez y aplica!
¡HOMBRE! MI CUATE CATÓN TIENE 4 LECTORES Y YO AHORA TENGO 5 ASEGURADOS
Por lo tanto ¡Qué bueno que fueron cinco las réplicas y 5 los lógicos lectores!, lo cual es hartamente positivo este asunto respecto a las observaciones sobre la confusión de las leyes físicas en cuestión, pues mantengo un buen rating entre quienes me hacen el favor de leerme (le gané a mi amigo Catón, pues tengo cinco lectores asegurados y él dice tener cuatro). O sea, voy mejorando en las encuestas, por lo tanto ¡Gracias por leerme!, lo cual es motivante. Y ¡Hombre!, que no soy Dios y tengo derecho a una que otra liviana metida de pata.
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