LOS ABUELOS
LOS ABUELOS
Apenas el lunes pasado se festejó el Día del Abuelo, claro, esto incluye lógicamente a las abuelas y...¡Qué a todo dar fueron mis abuelitas, principalmente mi abuela materna cuyo nombre fue Carlota. Incluso, aunque me escuche (mejor dicho lea) presuntuoso o presumido, yo fui su nieto consentido. Era quien siempre se quedaba de fin de semana con ella (en la casa en cuyo terreno ahora tengo la mía) y cómo gocé y disfruté a mi abuelita. La paterna, Mamá Grande, cuyo nombre fue Nemesia, nunca le gustó se le dijera abuela o abuelita, se le decía "mamá grande" o "mamá Meche". Con ella no tuve mayor cercanía en virtud de que vivía hasta El Mante, Tmps. y nosotros siempre en esta tierra bendita por Dios: Veracruz.
DESDE SIEMPRE LA PROCLIVIDAD POR NOMBRES FAMOSOS
A mí siempre me intrigó el nombre de mi abuelita materna, pues en las investigaciones familiares que he llevado a cabo no existe ningún antecedente de tal nombre, como tampoco en el santoral mexicano es famoso tal nombre; por lo que concluyo en el nombre de mi ancestra está la manifiesta proclividad de los mexicanos hacia lo que llamo el síndrome de Quetzalcóatl o, que eso de la animadversión del pueblo hacia Maximiliano y su esposa como que tuvo sus excepciones y, deduzco, mi bisabuela debió haber visto a su llegada al puerto de Veracruz a la emperatriz Carlota, y al más puro estilo mexica actual, de llamar a los hijos de acuerdo con algún personaje destacado o de telenovela, a mi abuelita le zorrajaron el nombre de Carlota, pues no encuentro otra explicación con mayor fondo.
VAMOS PARA VIEJOS QUE NI LOS DOMINGOS PERDEMOS
Pero, a lo que quiero ir es a la cuestión ésta de que el pueblo de México envejece y envejece a ritmo acelerado, pues miren, con todo y lo que hablamos de la explosión demográfica, hoy los nacimientos en relación al número de pobladores no es el mismo a lo que fue en la década de los cincuenta, sesenta y setenta (en cuyas postrimerías comenzó a tomar conciencia la población de que no había que tener tanto chamaco). Por lo que, los chamacones de antaño, cuando se decía que México era un país de jóvenes, estamos a diez años de ser considerados de la Tercera Edad, y la población joven ni de chiste se encuentra en las cifras de cuando yo estaba en mis quince y veinte.
EL DINERO, SIEMPRE EL DINERO EN NUESTRA PRESENTE EPOCA
Claro, la situación económica ha obligado primordialmente al descenso de la natalidad. Pues fue hasta principios de los setenta que las parejas procreaban más de cinco hijos, hoy, tal situación es una referencia histórica o simplemente pasa en lo más recóndito de la serranía y eso también ya ha cambiado con motivo de los mensajes televisivos y las campañas de control de natalidad promovidas por el gobierno. Que si ha sido bueno o ha sido malo, eso lo veremos en el futuro mediano, pues por lo pronto podemos decir que sí ha sido bueno el control de la natalidad en función a que la población dejó de crecer, pues no obstante la carestía de los recursos (sobre todo los alimenticios), la cuestión está en la obtención y producción de los mismos. He ahí la problemática.
DEBE REVITALIZARSE EL IMSS
Pero, México entonces enfrenta ahora la enorme problemática de qué hacer con tanta gente mayor que en su mayoría no tiene quien los sustente y de ahí que muchos viejitos vayan a parar a instituciones de caridad o filantrópicas, pues sus familiares sencillamente se han desentendido de ellos. E incluso, aquellos que supuestamente tienen "sustento" éste por lo regular es irrisorio, como son la pensiones del IMSS cuyos montos no alcanzan para nada, amén de que cada fin de mes se les hace pasar a los abuelos las de Caín, en virtud de que deben ir a hacer lentas y tardadas "colas" para el cobro de sus pensiones y como es de presumirse, la mayoría de ellos están aquejados por dolencias que les hace un verdadero martirio el estar haciendo estas filas interminables. Amén de que las medicinas para la atención de los adultos mayores brillan por su ausencia ante el criminal desabasto que de las mismas hay en esta institución.
REFLEJO DEL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN
Y bueno, así como el IMSS se encuentra ya varias otras instituciones del sector público cuya población de derechohabientes está por jubilarse y no se cuentan con los recursos económicos para hacer frente a tan temida situación. Y digo temida, en función a que cuando comenzó todo, todo fue pachanga y despilfarro; en el caso del IMSS hasta equipos de fut bol se compraron y hoy, es el rechinar de dientes ante el apocalíptico horizonte en que se encuentra la institución.
POR AGRINGARNOS HEMOS DEJADO DE LADO A LOS VIEJITOS
Como se los digo, el abandono al que ahora están sujetos muchos de los abuelos se debe total y absolutamente a la cuestión económica y a la relajación de las costumbres sociales. Pues precisamente, hasta finales de los setenta, era impensable el ir a dejar en un asilo a la mamá o a la abuela que había envejecido, eran vistos en ese entonces con gran veneración y respeto, era prácticamente condenarse en vida el atentar en contra de la seguridad de dichos ancestros, pero, conforme pasaron los años y la sociedad mexicana comenzó a "agringarse", es como fueron proliferando los asilos y sitios de retiro para ancianos y ya se ha hecho costumbre el ir a dejar a los familiares viejos a estos sitios "porque ahí están con personas de su edad con los que conviven mejor", tal es la excusa, pero, es absolutamente una vil metáfora para encubrir la verdadera intención que no otra que deshacerse del miembro de la familia que ya no produce y sólo provoca problemas desembocando todos ellos en el económico.
¡QUE TIEMPOS AQUELLOS SEÑOR DON SIMON!
Ojalá y la comunidad mexica pudiera recuperar aquellos grandes valores familiares que tanta cohesión le dieran a la nación, al ver en los ancestros a gente sabia, amorosa y llena de experiencia. Y no como ahora que se les ve como a meros estorbos por no representar ningún tipo de interés económico.
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