LA TAUROMAQUIA

LA TAUROMAQUIA
He estado recibiendo toda una gama de mensajes en mi correo electrónico en donde varios de ellos se refiere a la queja (la considero muy justa), de el maltrato que significan las corridas de toros. Obvio, estos mensajes van encaminados hacia las críticas que recibe la siempre bella Tlacotalpan con motivo de las "pamplonadas" ahí desarrolladas cada día del festejo de La Candelaria el 2 de febrero.
ES FEO EL MALTRATO A LOS ANIMALES
Por lo pronto he admitido todo maltrato a los animales es horrendo y nada justifica el hecho de agredir a ningún animal para la diversión y solaz esparcimiento (así dicen los cronistas de sociales) del público expectante de los espectáculos de masas, como serían las corridas de toros e incluso la aludida "pamplonada".
SOY AFICIONADO A LAS CORRIDAS DE TOROS
A mí en lo personal me gustan las corridas de toros (que no los toros, como se suele decir, pues entonces tendría yo el mismo gusto que las vacas), en donde pocas oportunidades se le brinda al toro de salvar la vida y prácticamente todas de perderla. Obvio, hay agresividad y violencia, pero, si de algo sirve como consuelo, ya en otras ocasiones les decía se trata de un animal, que de una u otra forma ha sido incluso entrenado para ello. No obstante he ido a muy buenas corridas de toros y he leído un poco respecto a esta actividad, me sigo considerando un "villamelón", que según aquel gran cronista de corridas de toros, Don Pepe Alameda, tal término se le adjudica a quienes nada saben de este quehacer.
LA ENORME MAYORIA CIUDADANA MALTRATA A LOS ANIMALES
Pero, si nos ponemos a reflexionar sobre el tema, o sea, las corridas de toros y se lograra prohibir las corridas, entonces nos tendríamos que volver vegetarianos todos los seres humanos o al menos todos aquellos metidos a criticar las corridas de toros. Incluso, no se debería comer ni pescado, en función a cómo mueren estos una vez fuera del agua y mucho menos pollo, pues en lo que les retuercen el pescuezo y mueren está esto del cocol. Amén de que se ahorrarían una que otra enfermedad.
PROCEDE ENTONCES AQUELLO DE: "TANTO PECA EL QUE MATA A LA VACA COMO EL QUE LE AGARRA LA PATA".
Criticar es fácil, lo difícil es ir viendo el desarrollo e índole de nuestra crítica, pues incluso, en torno a mesas de comida en donde se sirven suculentos filetes u otras variedades de carnes, en lo que los expositores las paladean he escuchado sus muy adecuadas disertaciones respecto a la tauromaquia. Claro, no obstante el destino podrá ser el mismo en la corrida que en la "pamplonada" tlacotalpeña, existe una distancia sideral entre una práctica y la otra. Pero, aquí ya sería cuestión de filosofar y la filosofada viene a continuación:
Lo de convertirnos en vegetarianos vendría en función a que el otro día, platicando con una persona que trabaja en el rastro, me decía sobre la forma en como sacrifican a las reses que luego nos las "chutamos" en suculentos devaneos culinarios. Lo peor de todo esto es que el animal, antes de ser "descontado" con un golpe de un pistón en la frente, como todo buen ser viviente percibe la muerte y sabe que va a morir, esto, fuera de toda duda le produce al animal un enorme estrés, tanto al que le toca en turno morir, como a todos aquellos que vienen en la fila detrás para sufrir el mismo destino. En lo que la res recibe el "balazo" en la frente y queda "inconsciente", en tal estado se sigue defendiendo, lanzando patadas y cornadas (el instinto de la conservación, en función a toda la adrenalina secretada para salvar la vida), entonces, en tal condición es levantada por las patas traseras y a continuación degollada a fin de que viva, se desangre todo lo que se pueda, de ahí comienza la cadena de "producción", en donde le es arrancada la piel, misma que se envía al centro de la república para ser curtida (León, Guanajuato es el destino más seguro) y en lo que avanza la cadena se va descuartizando el animal, hasta terminar a groso modo en grandes porciones de anatomía para ser enviados estos a sus distintos puntos de consumo. Existen algunos rastros en donde la res entró en cuatro patas y sale en pequeñas porciones empaquetadas en bandejas de plástico para ser distribuidas a los distintos supermercados de la comarca. Aquí en Veracruz no se ha llegado a tal sofisticación, pero, si se ha logrado un gran avance tecnológico en materia de hacer pedacitos una res para el consumo humano.
ES MAS DRAMATICO EL SACRIFICIO DE LOS CERDOS
En el caso de los cerdos, la situación es tremenda, pues estos chillan y chillan en cuanto presienten lo que se les viene encima (de ahí aquel dicho de: "a chillidos de cochino oídos de carnicero"), en el caso de los pollos, creo todos hemos tenido la infortunada experiencia de ver cómo mueren, para luego comerlos en suculento arroz o fritos (entre otras muchas variantes de cocina). Ni se diga como se preparan los pescados y mariscos, las jaibas por lo regular son echadas vivas al agua hirviendo, para luego saborearnos un buen chilpachole ¿Qué tal?
PERO...OJOS QUE NO VEN, CORAZON QUE NO SIENTE
Lo que sucede con los filetes de res o cerdo, así como con las "patitas" en escabeche y el pollo crujiente es que por lo regular pocos ven como se matan a estos animales y la enorme mayoría que consumimos la carne de estos semovientes y sus derivados, las vemos muy bien exhibidas en los anaqueles de los supers o en las fotos de los menús de los restaurantes o de plano ya preparadas en ricas viandas en las mesas de nuestra casa y de ahí que no nos vengan resabios y mucho menos remordimientos por el sacrificio o maltrato a quienes en su momento fueron organismos vivos y quedaron convertidos en vil fiambre para efectos de la comida que ingerimos.

correo: losbuenosdias @ gmail.com

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