¡VAYA CORREO QUE ME HAN MANDADO!
¡VAYA CORREO QUE ME HAN MANDADO!
Ayer mi buen amigo el Dr. Alejandro Córdova me hizo el favor de enviarme un interesante correo que a su vez a él le hicieron llegar. El escrito es a cargo de una señora de nombre Rosaura Barahona, en el cual da cuenta de la generación nacida en la última parte del siglo XX, en donde al inicio dice: "Nacieron en la última parte del siglo XX. Viven en una transición provocada por muchas revoluciones: la mediática, la cibernética, la sexual y la político-social. Las crisis han sido y son parte de su realidad cotidiana".
"Presenciaron la caída del muro que algunos interpretaron como un nuevo amanecer de paz y armonía. Los suspicaces intuyeron que al faltar el totalitarismo resurgirían las rencillas, los resentimientos y las luchas reprimidas, pero no resueltas. Y resurgieron."
"La juventud, la delgadez, el dinero y el consumismo son los nuevos dioses de su olimpo". "Las arrugas, las canas, el cansancio, un cuerpo normal, no usar accesorios o ropa de marca son pecados imperdonables que los condenan al ostracismo social".
"El estrés, la presión alta, los infartos y la depresión son familiares cercanos. Consumen Prozac como antes consumíamos "salvavidas".
LA MIA ES Y HA SIDO UNA GENERACIÓN PRIVILEGIADA
De alguna manera esto me remitió a aquellas narrativas que les hice sobre la generación de los que nacimos en las décadas de los cincuenta, sesenta y tempranos setenta, que fuimos la generación de la esperanza, en virtud de que no obstante, si había pobreza en nuestros países, ésta nunca alcanzó los niveles de miseria hoy prevalecientes. Crecimos y nos desarrollamos en la esperanza de los avances tecnológicos, supimos y conocimos ya de los antibióticos, por lo tanto un sin fin de enfermedades no nos afectaron y las que llegaron se fueron por donde vinieron. La seguridad social en nuestro país se encontraba en su mejor momento. El IMSS tenía de todo y se robaban de todo, el INFONAVIT estaba en pleno despegue y las casas (hoy, a la distancia, las construidas en aquel entonces se ven eran verdaderos hogares) hasta las rechazaban en un principio los empleados ("porque quedan muy lejos"). La conquista del espacio nos dio toda la esperanza del mundo de la colonización de otros mundos y cierto dejo de invencible eternidad.
LE LLAMARON LA GENERACIÓN PERDIDA
Cabe hacer mención que aquellos nacidos antes de la Segunda Guerra Mundial, fueron conocidos después como "la generación perdida" y los inmediatamente nacidos terminada ésta: "los traumatizados". Por lo tanto la nuestra era incuestionablemente la de "la esperanza". Incluso se comenzó a vivir una auténtica revolución sexual en función a los anticonceptivos y los antibióticos.
NO SOLO LA GENERACIÓN CANSADA, SINO LA ATERRORIZADA
Hoy, además de todo lo que dice la señora del correo enviado por el Dr. Córdova, habría que agregarle el terror bajo el cual también se han desarrollado, no sólo por el terrorismo prevaleciente en el mundo (puesto de moda -para variar- por los EUA en función a sus políticas expansionista e imperialistas-capitalistas, sino por el que causa ahora el SIDA. El cual para los que pasamos sin mayor tacha la década de los ochenta en plena juventud fue algo esplendoroso haber vivido sin esta afectación y preocupación constante al realizar la diversión natural y más recreativa del ser humano en plenitud, pues si algo llegaba a surgir los antibióticos todo lo aniquilaban ¿Hoy?, prácticamente hay que pasar por un esterilizador, antes y después de cada encuentro cercano del tercer tipo.
En fin, que habiendo estado en la notable cuanto excelente presentación del libro de mi amiga Elvirita y casi de manera simultánea haber recibido el correo en cuestión, es algo que mueve a uno a la reflexión respecto hacia qué mundo nos dirigimos, pero, más que nada hacia dónde piensan las actuales generaciones que van.
SE HAN TARDADO EN LLAMARLO JUAN PABLO II, EL MAGNO
De ahí el éxito actual del Prozac, el Tafil y toda esa gama de estupefacientes que cual cielo o infierno se hace omnipresente en la vida de la humanidad del presente, sobre todo y en forma lamentable, entre los más jóvenes, incluidos ya, peor aún, infantes.
No cabe duda, Juan Pablo II fue no sólo un gran hombre y líder en todos los sentidos, sino un humanista visionario al establecer a casi estar por entrar el siglo XXI, que el género humano, para el tercer milenio, o procuraba por la espiritualidad o no sería más.
¿PODREMOS CAMBIAR EL RUMBO Y ENCONTRAR LO QUE BUSCAMOS
En fin, no quiero estar de pesimista ni de agua fiesta, pero, realmente no veo de otra, pues tal y como en una ocasión se los decía, debemos saber entender y digerir, para bien, que hemos salido de nuestra inocencia a la cual no volveremos; todo el tiempo caminaremos hacia la oscuridad, no habrá tierra prometida, sólo la que podamos proveernos ¿O podremos encontrarla?
correo: losbuenosdias@mail.com
Ayer mi buen amigo el Dr. Alejandro Córdova me hizo el favor de enviarme un interesante correo que a su vez a él le hicieron llegar. El escrito es a cargo de una señora de nombre Rosaura Barahona, en el cual da cuenta de la generación nacida en la última parte del siglo XX, en donde al inicio dice: "Nacieron en la última parte del siglo XX. Viven en una transición provocada por muchas revoluciones: la mediática, la cibernética, la sexual y la político-social. Las crisis han sido y son parte de su realidad cotidiana".
"Presenciaron la caída del muro que algunos interpretaron como un nuevo amanecer de paz y armonía. Los suspicaces intuyeron que al faltar el totalitarismo resurgirían las rencillas, los resentimientos y las luchas reprimidas, pero no resueltas. Y resurgieron."
"La juventud, la delgadez, el dinero y el consumismo son los nuevos dioses de su olimpo". "Las arrugas, las canas, el cansancio, un cuerpo normal, no usar accesorios o ropa de marca son pecados imperdonables que los condenan al ostracismo social".
"El estrés, la presión alta, los infartos y la depresión son familiares cercanos. Consumen Prozac como antes consumíamos "salvavidas".
LA MIA ES Y HA SIDO UNA GENERACIÓN PRIVILEGIADA
De alguna manera esto me remitió a aquellas narrativas que les hice sobre la generación de los que nacimos en las décadas de los cincuenta, sesenta y tempranos setenta, que fuimos la generación de la esperanza, en virtud de que no obstante, si había pobreza en nuestros países, ésta nunca alcanzó los niveles de miseria hoy prevalecientes. Crecimos y nos desarrollamos en la esperanza de los avances tecnológicos, supimos y conocimos ya de los antibióticos, por lo tanto un sin fin de enfermedades no nos afectaron y las que llegaron se fueron por donde vinieron. La seguridad social en nuestro país se encontraba en su mejor momento. El IMSS tenía de todo y se robaban de todo, el INFONAVIT estaba en pleno despegue y las casas (hoy, a la distancia, las construidas en aquel entonces se ven eran verdaderos hogares) hasta las rechazaban en un principio los empleados ("porque quedan muy lejos"). La conquista del espacio nos dio toda la esperanza del mundo de la colonización de otros mundos y cierto dejo de invencible eternidad.
LE LLAMARON LA GENERACIÓN PERDIDA
Cabe hacer mención que aquellos nacidos antes de la Segunda Guerra Mundial, fueron conocidos después como "la generación perdida" y los inmediatamente nacidos terminada ésta: "los traumatizados". Por lo tanto la nuestra era incuestionablemente la de "la esperanza". Incluso se comenzó a vivir una auténtica revolución sexual en función a los anticonceptivos y los antibióticos.
NO SOLO LA GENERACIÓN CANSADA, SINO LA ATERRORIZADA
Hoy, además de todo lo que dice la señora del correo enviado por el Dr. Córdova, habría que agregarle el terror bajo el cual también se han desarrollado, no sólo por el terrorismo prevaleciente en el mundo (puesto de moda -para variar- por los EUA en función a sus políticas expansionista e imperialistas-capitalistas, sino por el que causa ahora el SIDA. El cual para los que pasamos sin mayor tacha la década de los ochenta en plena juventud fue algo esplendoroso haber vivido sin esta afectación y preocupación constante al realizar la diversión natural y más recreativa del ser humano en plenitud, pues si algo llegaba a surgir los antibióticos todo lo aniquilaban ¿Hoy?, prácticamente hay que pasar por un esterilizador, antes y después de cada encuentro cercano del tercer tipo.
En fin, que habiendo estado en la notable cuanto excelente presentación del libro de mi amiga Elvirita y casi de manera simultánea haber recibido el correo en cuestión, es algo que mueve a uno a la reflexión respecto hacia qué mundo nos dirigimos, pero, más que nada hacia dónde piensan las actuales generaciones que van.
SE HAN TARDADO EN LLAMARLO JUAN PABLO II, EL MAGNO
De ahí el éxito actual del Prozac, el Tafil y toda esa gama de estupefacientes que cual cielo o infierno se hace omnipresente en la vida de la humanidad del presente, sobre todo y en forma lamentable, entre los más jóvenes, incluidos ya, peor aún, infantes.
No cabe duda, Juan Pablo II fue no sólo un gran hombre y líder en todos los sentidos, sino un humanista visionario al establecer a casi estar por entrar el siglo XXI, que el género humano, para el tercer milenio, o procuraba por la espiritualidad o no sería más.
¿PODREMOS CAMBIAR EL RUMBO Y ENCONTRAR LO QUE BUSCAMOS
En fin, no quiero estar de pesimista ni de agua fiesta, pero, realmente no veo de otra, pues tal y como en una ocasión se los decía, debemos saber entender y digerir, para bien, que hemos salido de nuestra inocencia a la cual no volveremos; todo el tiempo caminaremos hacia la oscuridad, no habrá tierra prometida, sólo la que podamos proveernos ¿O podremos encontrarla?
correo: losbuenosdias@mail.com
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