NADAMAS PARA NO DEJAR

NADAMAS PARA NO DEJAR
Me doy por recibido de los mensajes enviados respecto a mis comentarios sobre el estacionamiento del parque Zamora, en donde incluso cambian hasta el texto de lo aquí expresado. Por lo tanto, no tiene caso discutir con gente mal intencionada, cuya acción tendiente a decir no a todo, apoyando nada y criticando todo, se refleja en la personalidad misma. Por lo que doy por concluida esta parte del asunto, fallido en contra de los veracruzanos, aún de aquellos que buscan notoriedad diciendo no a todo.
"Por tres cosas tiembla la tierra, y aún por cuatro no puede aguantar: por un criado que reina; por un patán cuando está harto de comida, por una mujer detestable, si se casa, y por una esclava que hereda de su ama" (Proverbios: 30: 21, 22 y 23).
NOS TOCÓ UN "NORTE AL REVÉS"
Ayer lo que nos tocó aquí en Veracruz del huracán Dean, fue nada, no obstante, por los efectos del viento encontrado, algunos árboles que crecieron dando "frente" a los "nortes", no resistieron el viento fuerte desde otro ángulo y se vinieron abajo. En mi vestidor, que tiene una ventana hacia el este, y por estar hasta el fondo del patio, protegida de los vientos del norte por la propia construcción, siempre ha estado con una cortina sobrepuesta y jamás le ha pasado nada a ésta, pero ayer, con motivo de las rachas de vientos "encontrados", la fachosa cortina salió volando por el piso y con ella varias de mis corbatas. Y, cayeron más cocos sobre mi casa, procedentes de las palmeras, que en tiempos de norte. No cabe duda, no obstante el fenómeno (¡Por fortuna!) en presencia fue mínimo en la zona conurbada, nos enfrentó a los jarochos a circunstancias que no habíamos vivido antes. Y eso que cuento con 53 años de edad, la mayoría de los mismos vividos en esta tierra bendita por Dios.
RESPETUOSA OBSERVACIÓN DE UN AMABLE LECTOR
Por cierto, agradecemos al señor Ramón Santos Corneylli, su amable misiva respecto a lo escrito aquí sobre los huracanes, mencionando que ninguno había entrado de frente a la ciudad de Veracruz. Nos hace la observación sobre uno en 1926, que diera por concluida la existencia del balneario Villa del Mar.
TEMA TRATADO POR PEREZ DE LEON HACE 5 DÍAS
Al respecto, nuestro compañero José Pérez de León, escribió el pasado domingo, en su muy gustado "Remate Dominical", en donde incluso muestra una foto de aquellas instalaciones antes de ser derruidas por el meteoro, en donde se ven los pentabolas ya sin las lámparas y según dice Pérez de León, se debía a la falta de mantenimiento y los "nortes" ya habían hecho lo propio.
NADA DE EXCUSAS
Y, sin apelar a aquella cita bíblica del Génesis, en donde Adán, buscando cómo evadir la furia de Dios cuando Este le pregunta si había comido del fruto prohibido, le responde: "La mujer que me diste de compañera me dio de esa fruta y yo la comí"; y luego Eva, al ser cuestionada responde: "La serpiente me engañó; y por eso comí" (Gen. 3: 12 y 13). O sea, como en una ocasión se los dije, todos buscan una excusa. Pero, al escribir al respecto sobre la observación del señor Santos, me refería a huracanes, que no obstante son sinónimo de ciclón, en el presente, con estos de categoría 5 y que se quedan hasta 60 horas en un solo lugar como sucedió con el "Wilma" en Cancún hace dos años; y de acuerdo con los usos y costumbres populares, se está usando el vocablo huracán para éstos últimos y los de ciclón para los de menor fuerza.
LA PREVALECENCIA Y CAMBIOS DE LOS USOS Y COSTUMBRES
Lo aseverado ayer, lo sustenté en datos de la NOAA (National Ocean &  Atmospheric Administration -Administración Nacional Oceánica y Atmosférica-), que tiene datos desde 1931, huracanes que pegaron en el centro-sur o centro-norte del Estado, pero no mencionan siquiera "centro", en donde estaría ubicada la ciudad de Veracruz. Y, como en el caso del de 1926, a los mayores que lo vivieron, siempre les había escuchado hablar de "cola de ciclón", o sea, en aquellos tiempos, con tal expresión se referían los ancestros a "una porción del meteoro", no al todo. Como sucedió con éste, incluso "benigno" Dean, que no obstante traer categoría 5 al entrar a la península de Yucatán y los cancunenses ya lo esperaban en toda su devastadora fuerza, se fue más al sur y ni de chiste dejó la ola de destrucción y muerte que el Wilma o el Katrina.
En otros datos encontrados, al ciclón del 26, se le menciona como tormenta tropical. Por lo que la conclusión fue la expresada. Y ni duda me cabe de que de azotar uno de los actuales huracanes, como les decía ayer, sería espantoso para la zona conurbada, sobre todo por la extensa demografía hoy prevaleciente.
ORÍGENES DE LAS PALABRAS CICLÓN Y HURACAN
Como dato cultural, me permito comentarles que la palabra "ciclón" fue usada por primera vez por Henry Piddigton alrededor del año 1840; el vocablo viene del griego "kyklon", que significa círculo en movimiento.
La palabra "huracán", es de origen taíno, lengua hablada por pueblos de territorios en torno al hoy mar Caribe, entre ellas las Antillas. Y significa "Centro del Viento". De acuerdo con el Popol-Vuh, el libro sagrado de los mayas, "hurakan" significa "corazón del cielo", refiriéndose al "más grande de los  dioses". Indiscutiblemente a la gran tormenta así llamada.

Correo: losbuenosdias@gmail.com

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