NO DEJA DE SER UNA RENOVACIÓN DE VIDA

NO DEJA DE SER UNA RENOVACIÓN DE VIDA
Me he ido a dar una vuelta por las inmediaciones de Perote y, debo admitir que el ciclón, al igual que los "nortes", son definitivamente una renovación de vida. Claro, a nosotros los seres humanos nos pegan unas "pelas" de aquellas, en virtud de echar abajo mucho de lo que luego se encuentra construido, afectando además de manera muy sensible la producción tan necesaria para que avancemos todos, pero...
Ya se ha hecho costumbre de ir cada día de descanso por estos lugares y, lógico, no deja de ser todo un acontecimiento encontrarse de pronto en el mero tramo de subida, de la costa a la montaña, con temperaturas de 17 grados centígrados, cuando apenas hacía hora y media estaba uno a 35 o casi 40 grados centígrados. Toda una diferencia.
EL BOSQUE Y EL CAMPO REVERDECEN
Pero, a lo que voy, es al renacimiento de la naturaleza con la gran cantidad de agua que trajo el Dean, el campo pareciera revivió. El bosque sobre todo se ve más verde, una cascada cuyo curso se ve siempre seco, está en toda su exuberancia, aventando agua a borbotones, un arroyo que se encuentra seco la mayor parte del tiempo, hoy trae un caudal digno de una pintura de Monet, Van Gog o ya de perdis una fotografía de promoción.
Sobre todo que este huracán, el Dean, no obstante su fuerza, no trajo las devastaciones de los otros.
MARAVILLOSA INTERPRETACIÓN DE UNA OBRA DE BEETHOVEN
Incluso, nada más de ver la forma en cómo ha recuperado vida el bosque y el campo, hasta me acordé de un vídeo en donde se recrea la creatividad de un autor cuyo nombre no recuerdo (imagínense para estarse acordando del nombre del autor de un vídeo, cuando que al final del mismo, como en las películas, la lista de autores y reparto, va a tal velocidad que ni chance da de leer cuando menos los nombres), pero, en caricaturas te hace la narrativa de una sinfonía pastoral de Beethoven (la sexta). Incluye a un gordo sibarita, bebedor de vino, encontrándose en pleno ejercicio de su afición favorita en un campo, en donde hay desde ninfas, ríos, bosque, cuevas, fauna, faunos, etc. De pronto, sobreviene la tormenta y todo el mundo sale hecho a la mocha rumbo a sus refugios; el sol desaparece debajo de negras nubes de tormenta, la lluvia se precipita como si se tratara de un diluvio, el riachuelo se torna un peligroso torrente, rayos inmisericordes se abaten sobre todo el sitio, en lo que se ve a los habitantes de tal lugar cubiertos en sus refugios, temblando de temor.
De pronto, la música se torna suave, la tormenta da paso a la calma, el sol sale, se seca todo y nuevamente el jolgorio, la felicidad y el ambiente "pastoral" tornan a la comarca.
COMO SI SE CUMPLIERA A CABALIDAD LA PROMESA DE DIOS
Incluso, no falta el siempre maravilloso arco iris, presagio de buen tiempo y mejores horizontes climáticos, incuestionablemente símbolo inequívoco de la promesa de Dios a la humanidad, de que con tal, cuanto maravilloso fenómeno, recordaría siempre a la creación que no la volvería a destruir con agua: "Y dijo Dios: "Esta es la señal de la alianza que pacto entre mí y entre vosotros y todo ser viviente que os acompaña, durante todas las generaciones por venir. Haré aparecer mi arco en las nubes, lo cual será la señal del pacto que hago con la tierra. Cuando yo cubra el cielo de nubes aparecerá en ellas mi arco, y me traerá a la memoria mi pacto con vosotros y con toda alma viviente que da vida a la carne, y jamás volverán a caer aguas del diluvio para destruir toda carne. Habrá, pues, un arco en las nubes, yo lo veré y me acordaré del eterno pacto que se ha hecho entre Dios y toda alma viviente, de toda carne que existe sobre la tierra." Dios dijo a Noé: "Esa será la señal del pacto que he hecho con toda carne sobre la tierra." (Génesis 9: 12 a 17).
HASTA EL RIO SEDEÑO SE VE CAUDALOSO Y LIMPIO COMO OTRORA
Y, tal cual sucede en el vídeo del que les hablo. Y, tal es lo sucedido o al menos lo visto por mi en nuestro maravilloso campo veracruzano. El verdor se tornó más intenso, los arroyos volvieron a tener agua, incluso, cuando pasé por el puente sobre el río "Sedeño", entrando a Banderilla, saliendo apenas de Xalapa, el cauce, con un torrente que recordaba a aquel con que siempre se le veía hasta hace apenas 25 años, el agua se miraba hasta limpia.
Estoy consciente de los daños ocasionados por el huracán, pero, no dejo de admirarme ante la respuesta tan benigna de la madre naturaleza, mostrando el rostro renovado y además positivo de lo que aprovechó de tan impetuoso fenómeno. No cabe duda, las viejas máximas, amén de venir siempre cargadas de enorme cantidad de sabiduría, se cumplen con inexorable exactitud, aplicándose incuestionablemente aquí aquello de: "Y después de la tormenta, viene la calma".
LOS ANCESTROS DAN CUENTA DE ESTA INEXORABLE NORMA
Incluso, en el Popol Vuh, el libro del que les hablaba el otro día en relación al origen de la palabra huracán, recuerdo una frase en este documento, que se encuentra hasta grabada en las paredes del museo de antropología e historia en la ciudad de México y que va más o menos así (no tengo a la mano el libro, por ello recurro a mi memoria, que, ya en ocasiones no me resulta de la otrora eficiencia) "Toda sangre, toda agua, toda ira, siempre alcanza su nivel".
Feliz domingo mis queridos y respetados lectores.

Correo: losbuenosdias@gmail.com

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