¡QUE BUEN CINCUENTENARIO!
¡QUE BUEN CINCUENTENARIO!
En este año se conmemora el L aniversario de un hecho grato, sublime y
por demás trascendental en el desarrollo del país: la impresión y
circulación de los Libros de Texto Gratuito en todo el territorio nacional.
PERTENEZCO A LA PRIMERA GENERACIÓN FAVORECIDA
Si mal no recuerdo, aquí en Veracruz tuvo lugar la repartición de dichos
libros en su modalidad de gratuidad en 1960, pues fue el año que inicié
tal grado de escolaridad. Recuerdo como cada año, en función a que yo
fui uno de los menores (el octavo de 10 hermanos), veía como Mein Führer
pasaba las de Caín comprando los libros; eso sí, los que ya se habían
adquirido tenían que sobrevivir a todos los demás educandos, o sea, ya
para cuando llegaba a la cuarta vuelta, el libro estaba más deshojado
que una flor después de tres días de comprada. Por ahí en mi librero hay
un ejemplar que se salvó de la volatilización y lo tengo en calidad de
artículo de museo.
UNA GRAN FAENA COMPRAR TANTO LIBRO
Pero, la enorme felicidad en 1960 para todas las familias en general,
fue la llegada de los Libros de Texto Gratuitos, fue algo así como un
auténtico regalo para todos (creo principalmente para las amas de casa
que ya no tenían que considerar más en el presupuesto familiar la compra
de los libros).
De ahí, año con año era todo un acontecimiento la entrega de los libros,
pues había que forrarlos, identificarlos, etc., etc. En aquellos ayeres
se nos daba la oportunidad de forrarlos como se nos viniera en gana, o
sea, no había lo que hoy aplican en algunos sitios, en donde se les pide
al alumnado forrarlos de tal o cual color o tal o cual material.
¿SE ACUERDAN DEL "PAPEL MANILA"?
En nuestra generación, según el presupuesto familiar era como se
forraban los libros, el material más socorrido para tal menester era
aquel famoso "papel manila", algo parecido al que se utilizaba para la
envoltura en las tiendas de la esquina de aquel entonces, pero, con
mucha mayor consistencia. Años posteriores hizo su entrada el plástico,
más barato, duradero, pero, desafortunadamente hoy nos damos cuenta
contaminante a extremo. Toda vez que el "papel manila" era una fibra
natural que hoy por hoy sabemos una vez usado, cambiado y tirado a la
basura era totalmente biodegradable, lo que quiere decir que no
contaminaba en la alta medida en que lo hacen los plásticos.
EL SUEÑO DE UN GRAN OAXAQUEÑO
Estoy seguro, esto de los libros de Texto Gratuito, para no verme
recalcitrantemente priista, vamos a decir que fue la consolidación del
sueño de aquel gran oaxaqueño, ejemplar Secretario de Educación Pública
cuando el General Álvaro Obregón, nadamenos que José Vasconcelos, que
una de sus grandes inquietudes fue la de llevar la educación a todo el
pueblo de México de una manera asequible, accesible, expedita y
enteramente gratuita.
AHORA SE DEBE DAR LUGAR A LAS BIBLIOTECAS
Y, así como todo en el tiempo evoluciona, creo a pie juntillas, también
lo debería de hacer este concepto del Libro de Texto Gratuito. Ya no
deberían imprimirse millones y millones de ejemplares todos los años,
sino, se deberían realizar ejemplares calculados para una mayor
durabilidad, en forma tal de que los libros pudieran servir precisamente
para tres o cuatro generaciones. De esta manera no sólo se iba a ahorrar
dinero en virtud de que sería menos la impresión de libros, sino que se
le estaría también enseñando a los educandos a saber cuidar de estos
valiosos elementos del saber, que son los libros, a preservarlos y
devolverlos en las mejores condiciones posibles, lo cual sería un plus
incuestionable para todos. Además, se le daría actividad a un sitio que
ahora se encuentra en calidad de "suspendido" en la mayoría de las
escuelas y me refiero a las bibliotecas, toda vez que a través de éstas
se controlarían los libros, amén de que se podría nutrir de más y
mejores volúmenes a estos sitios, dando lugar a que los estudiantes
tuviesen acceso a verdaderos templos del saber como lo es una biblioteca
escolar o pública, bien organizada, pero sobre todo ¡Nutrida!.
http://losbuenosdias.blogspot.com
correo:losbuenosdias@gmail.com
En este año se conmemora el L aniversario de un hecho grato, sublime y
por demás trascendental en el desarrollo del país: la impresión y
circulación de los Libros de Texto Gratuito en todo el territorio nacional.
PERTENEZCO A LA PRIMERA GENERACIÓN FAVORECIDA
Si mal no recuerdo, aquí en Veracruz tuvo lugar la repartición de dichos
libros en su modalidad de gratuidad en 1960, pues fue el año que inicié
tal grado de escolaridad. Recuerdo como cada año, en función a que yo
fui uno de los menores (el octavo de 10 hermanos), veía como Mein Führer
pasaba las de Caín comprando los libros; eso sí, los que ya se habían
adquirido tenían que sobrevivir a todos los demás educandos, o sea, ya
para cuando llegaba a la cuarta vuelta, el libro estaba más deshojado
que una flor después de tres días de comprada. Por ahí en mi librero hay
un ejemplar que se salvó de la volatilización y lo tengo en calidad de
artículo de museo.
UNA GRAN FAENA COMPRAR TANTO LIBRO
Pero, la enorme felicidad en 1960 para todas las familias en general,
fue la llegada de los Libros de Texto Gratuitos, fue algo así como un
auténtico regalo para todos (creo principalmente para las amas de casa
que ya no tenían que considerar más en el presupuesto familiar la compra
de los libros).
De ahí, año con año era todo un acontecimiento la entrega de los libros,
pues había que forrarlos, identificarlos, etc., etc. En aquellos ayeres
se nos daba la oportunidad de forrarlos como se nos viniera en gana, o
sea, no había lo que hoy aplican en algunos sitios, en donde se les pide
al alumnado forrarlos de tal o cual color o tal o cual material.
¿SE ACUERDAN DEL "PAPEL MANILA"?
En nuestra generación, según el presupuesto familiar era como se
forraban los libros, el material más socorrido para tal menester era
aquel famoso "papel manila", algo parecido al que se utilizaba para la
envoltura en las tiendas de la esquina de aquel entonces, pero, con
mucha mayor consistencia. Años posteriores hizo su entrada el plástico,
más barato, duradero, pero, desafortunadamente hoy nos damos cuenta
contaminante a extremo. Toda vez que el "papel manila" era una fibra
natural que hoy por hoy sabemos una vez usado, cambiado y tirado a la
basura era totalmente biodegradable, lo que quiere decir que no
contaminaba en la alta medida en que lo hacen los plásticos.
EL SUEÑO DE UN GRAN OAXAQUEÑO
Estoy seguro, esto de los libros de Texto Gratuito, para no verme
recalcitrantemente priista, vamos a decir que fue la consolidación del
sueño de aquel gran oaxaqueño, ejemplar Secretario de Educación Pública
cuando el General Álvaro Obregón, nadamenos que José Vasconcelos, que
una de sus grandes inquietudes fue la de llevar la educación a todo el
pueblo de México de una manera asequible, accesible, expedita y
enteramente gratuita.
AHORA SE DEBE DAR LUGAR A LAS BIBLIOTECAS
Y, así como todo en el tiempo evoluciona, creo a pie juntillas, también
lo debería de hacer este concepto del Libro de Texto Gratuito. Ya no
deberían imprimirse millones y millones de ejemplares todos los años,
sino, se deberían realizar ejemplares calculados para una mayor
durabilidad, en forma tal de que los libros pudieran servir precisamente
para tres o cuatro generaciones. De esta manera no sólo se iba a ahorrar
dinero en virtud de que sería menos la impresión de libros, sino que se
le estaría también enseñando a los educandos a saber cuidar de estos
valiosos elementos del saber, que son los libros, a preservarlos y
devolverlos en las mejores condiciones posibles, lo cual sería un plus
incuestionable para todos. Además, se le daría actividad a un sitio que
ahora se encuentra en calidad de "suspendido" en la mayoría de las
escuelas y me refiero a las bibliotecas, toda vez que a través de éstas
se controlarían los libros, amén de que se podría nutrir de más y
mejores volúmenes a estos sitios, dando lugar a que los estudiantes
tuviesen acceso a verdaderos templos del saber como lo es una biblioteca
escolar o pública, bien organizada, pero sobre todo ¡Nutrida!.
http://losbuenosdias.blogspot.com
correo:losbuenosdias@gmail.com
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