¡AAH! VOLVI A MIS ORIGENES EN EL VERACRUZ DE SIEMPRE
¡AAH! VOLVI A MIS ORIGENES EN EL VERACRUZ DE SIEMPRE
El otro día, buscando un aditamento para taladrar un muro, fui a parar a "Tepito", esa zona del mercado de Veracruz, precisamente en el mero corazón de donde se vende todo. De pronto me vi inmerso en un ambiente de total mexicanidad y absoluta veracruzanidad ¡Retorné a la jungla! De pronto me sentí una vez más un niño de 7 u 8 años y que acompañaba a mi tía Chepa o a mi mamá al mercado a comprar toda clase de géneros para la comida del día y una que otra cosa necesaria en la casa. Así también me sentí en vivo y a todo color en una de las pinturas de Diego Rivera u Orozco en donde se ve plasmada la riqueza de nuestra patria en los días de plaza. Incluso, sin hacerle al cuento, evoqué la narrativa de Bernal Díaz del Castillo sobre "el mercado en la Gran Tenochtitlán", pues de pronto me vi inmerso en un gran griterío de gente que anunciaba sus mercancías, estantes rebosando de verduras: tomates, cebollas, cilantro, camotes, nabos, rábanos, remolachas, etc. Grandes racimos de plátanos de todo tipo colgando de gruesos tubos, montones de cilantro, perejil, ramos de epazote y perejil; locales en donde se expende carne de cerdo y res; unas señoras muy bien ataviadas y mucho maquillaje regalando sonrisas a todo aquel que se acercaba a comprarles pollo "entero o picado ¿se lleva el hígado, el corazón y la molleja?". Grandes montículos de costales de naranja; una serie de individuos cargando grandes costales de maíz, frijol, papa, etc. Gente recia cargando láminas, ángulos y soleras hacia el recinto de "Tepito" para hacer de ahí estufas rústicas, puertas y todo tipo de manualidades para el hogar; en algunos puestos de ese sitio se encuentra de todo, desde un tornillo, una estilson, hasta las vetustas bases de máquinas de coser susceptibles de convertirse en estéticas bases de mesas laterales: "¡Baratas marchante, baratas, usted ofrezca!". En fin, volví de momento a mi infancia, a mi elemento, a lo mío, a mi mexicanidad, de pronto la rechinteta globalización desapareció y volví una vez más a estar en mi bello México y querido Veracruz.
EN TANTO EL MERCADO SIGA PLETORICO, MÉXICO SIGUE A SALVO
Le dije a mi secretario: "mira, en tanto siga este tipo de vendimia y estén los mostradores llenos de fruta, verdura y comida, el país sigue adelante, la abundancia no abandona a los mexicanos, todo es cuestión de cuidar todo esto.
Y ¡Hombre!, por qué no hemos incrementado todo este tipo de intercambio comercial en lugar de andarnos "globalizando" con tanto extranjerismo, comprando toda una bola de productos que no sabemos ni qué diantre contienen y de ahí que la gente esté ahora tan obesa (que no gorda ¡Obesa!).
Antes comíamos como pelones de hospicio ¡De todo!, pero todo natural, carente de toda esa gama de preservativos y conservadores que hoy nos llevamos al organismo y luego se torna en la truculenta "llanta" mortal que circunda nuestra cintura. Incluidos los niños, pues, cuando de infante ¡No había niños obesos!, uno que otro gordo, pero sin las tremendas enfermedades que hoy aquejan a la niñez, precisamente por el exceso de ingerir "alimentos sanos del extranjero".
NO DEBEMOS EXAGERAR CON LA CHIVATA CUANTO NEFASTA GLOBALIZACIÓN
Claro, sin hacer a un lado la evolución y el crecimiento, no debemos olvidarnos de nuestros orígenes y debemos ir a apoyar a estas reminiscencias del verdadero mercado mexicano, dar solidez a toda esta gente que día a día lucha por llevar a precios más accesibles productos naturales a toda la comunidad. Logrando además con esta acción que el dinero ruede y quede entre la economía de los verdaderos mexicanos y no de las grandes transnacionales que además de "pelarse" con el capital mexica, va depauperando paulatinamente al otrora floreciente y rico campo mexicano, pues traen arroz, frijol, maíz y demás gramíneas y demás mercadería antes producidas en México, desde sitios remotos en el mundo a donde van a parar parte de las enormes ganancias que obtienen las transnacionales en México, contribuyendo con ello, no sólo a la descapitalización de la nación, sino al empobrecimiento de los productores nacionales y con ello pérdida de empleos para la gente del campo.
DE PERDIS UNA VEZ POR SEMANA COMPREMOS BUENO, SANO Y BARATO
No es por nada, pero, no estaría mal darse cuando menos una vuelta al mes por la plaza de Veracruz y comprar, bueno, barato y absolutamente sano, libre de todo tipo de químicos, productos producidos en México ¡Por mexicanos!, y, aprovechandito, no sólo recordar los buenos tiempos, sino también obtener de nuevo una buena dosis de anticuerpos ¿o no?
http://losbuenosdias.blogspot.com
correo: losbuenosdias@gmail.com
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El otro día, buscando un aditamento para taladrar un muro, fui a parar a "Tepito", esa zona del mercado de Veracruz, precisamente en el mero corazón de donde se vende todo. De pronto me vi inmerso en un ambiente de total mexicanidad y absoluta veracruzanidad ¡Retorné a la jungla! De pronto me sentí una vez más un niño de 7 u 8 años y que acompañaba a mi tía Chepa o a mi mamá al mercado a comprar toda clase de géneros para la comida del día y una que otra cosa necesaria en la casa. Así también me sentí en vivo y a todo color en una de las pinturas de Diego Rivera u Orozco en donde se ve plasmada la riqueza de nuestra patria en los días de plaza. Incluso, sin hacerle al cuento, evoqué la narrativa de Bernal Díaz del Castillo sobre "el mercado en la Gran Tenochtitlán", pues de pronto me vi inmerso en un gran griterío de gente que anunciaba sus mercancías, estantes rebosando de verduras: tomates, cebollas, cilantro, camotes, nabos, rábanos, remolachas, etc. Grandes racimos de plátanos de todo tipo colgando de gruesos tubos, montones de cilantro, perejil, ramos de epazote y perejil; locales en donde se expende carne de cerdo y res; unas señoras muy bien ataviadas y mucho maquillaje regalando sonrisas a todo aquel que se acercaba a comprarles pollo "entero o picado ¿se lleva el hígado, el corazón y la molleja?". Grandes montículos de costales de naranja; una serie de individuos cargando grandes costales de maíz, frijol, papa, etc. Gente recia cargando láminas, ángulos y soleras hacia el recinto de "Tepito" para hacer de ahí estufas rústicas, puertas y todo tipo de manualidades para el hogar; en algunos puestos de ese sitio se encuentra de todo, desde un tornillo, una estilson, hasta las vetustas bases de máquinas de coser susceptibles de convertirse en estéticas bases de mesas laterales: "¡Baratas marchante, baratas, usted ofrezca!". En fin, volví de momento a mi infancia, a mi elemento, a lo mío, a mi mexicanidad, de pronto la rechinteta globalización desapareció y volví una vez más a estar en mi bello México y querido Veracruz.
EN TANTO EL MERCADO SIGA PLETORICO, MÉXICO SIGUE A SALVO
Le dije a mi secretario: "mira, en tanto siga este tipo de vendimia y estén los mostradores llenos de fruta, verdura y comida, el país sigue adelante, la abundancia no abandona a los mexicanos, todo es cuestión de cuidar todo esto.
Y ¡Hombre!, por qué no hemos incrementado todo este tipo de intercambio comercial en lugar de andarnos "globalizando" con tanto extranjerismo, comprando toda una bola de productos que no sabemos ni qué diantre contienen y de ahí que la gente esté ahora tan obesa (que no gorda ¡Obesa!).
Antes comíamos como pelones de hospicio ¡De todo!, pero todo natural, carente de toda esa gama de preservativos y conservadores que hoy nos llevamos al organismo y luego se torna en la truculenta "llanta" mortal que circunda nuestra cintura. Incluidos los niños, pues, cuando de infante ¡No había niños obesos!, uno que otro gordo, pero sin las tremendas enfermedades que hoy aquejan a la niñez, precisamente por el exceso de ingerir "alimentos sanos del extranjero".
NO DEBEMOS EXAGERAR CON LA CHIVATA CUANTO NEFASTA GLOBALIZACIÓN
Claro, sin hacer a un lado la evolución y el crecimiento, no debemos olvidarnos de nuestros orígenes y debemos ir a apoyar a estas reminiscencias del verdadero mercado mexicano, dar solidez a toda esta gente que día a día lucha por llevar a precios más accesibles productos naturales a toda la comunidad. Logrando además con esta acción que el dinero ruede y quede entre la economía de los verdaderos mexicanos y no de las grandes transnacionales que además de "pelarse" con el capital mexica, va depauperando paulatinamente al otrora floreciente y rico campo mexicano, pues traen arroz, frijol, maíz y demás gramíneas y demás mercadería antes producidas en México, desde sitios remotos en el mundo a donde van a parar parte de las enormes ganancias que obtienen las transnacionales en México, contribuyendo con ello, no sólo a la descapitalización de la nación, sino al empobrecimiento de los productores nacionales y con ello pérdida de empleos para la gente del campo.
DE PERDIS UNA VEZ POR SEMANA COMPREMOS BUENO, SANO Y BARATO
No es por nada, pero, no estaría mal darse cuando menos una vuelta al mes por la plaza de Veracruz y comprar, bueno, barato y absolutamente sano, libre de todo tipo de químicos, productos producidos en México ¡Por mexicanos!, y, aprovechandito, no sólo recordar los buenos tiempos, sino también obtener de nuevo una buena dosis de anticuerpos ¿o no?
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