EL EXCESO DE VELOCIDAD ¿CUESTION DE CULTURA O GENETICA?

EL EXCESO DE VELOCIDAD ¿CUESTION DE CULTURA O GENETICA?
No me cabe la menor duda de que el accidente que en días pasados sucediera en las Cumbres de Maltrata y dejara sorprendido a todo el mundo, fue por cuestiones de tipo mecánico, en donde coinciden un sin fin de factores a cual más lamentable, pero, la enorme mayoría de ellos sustentados en la irresponsabilidad de quienes deben velar por la seguridad de los pasajeros. Claro, al quedarse sin frenos el autobús debe haber alcanzado vertiginosa velocidad.
Pero, sin afán de disculpar a nadie, el terrible accidente en donde una gran cantidad de gente joven pereciera trajo a mi memoria toda una gama de recuerdos que me obligan a hacerme la pregunta del título: ¿El exceso de velocidad es cuestión de cultura o genética?
EL PROBLEMA NO ES PRIVATIVO DE NUESTRO PAÍS NI ZONA
Por lo regular escuchamos un sin fin de comentarios a cual más crítico y destructivo respecto a la forma en cómo conducimos los mexicanos, pero, no sé si de pura chiripa hayan ustedes visto algún documental que muestra la forma en cómo se conduce en todas las naciones con antecedentes latinos ¡De la trompada! Francia, país considerado del Primer Mundo, sus conductores son de lo peor para abajo. Atravesar (sobre todo en las horas "pico" la parte de la Plaza de la Concordia en donde convergen la avenida Campos Elíseos, hacia el Louvre, es toda una aventura. Los vehículos pasan raudos y veloces, no distinguen sexo, edad, condición social o racial de los transeúntes, pasan echos la mocha que de no tenerse el cuidado suficiente lo mandan a uno mínimo al hospital. Madrid, por las mismas, con el agravante de que aquí los conductores son verbalmente más agresivos y se entiende a la perfección lo que gritan. ¿Roma? ¡Jesús del Huerto! Es todavía un poco "pior" el asunto, aquí también las mentadas de madre fluyen de man
era fluida y casi espontánea entre conductores V.S. transeúntes y viceversa ¡Todo un folclórico mazacote. Imagínense ustedes atravesando la zona de convergencia del Paseo de la Reforma con Juárez, exactamente lo que fuera la glorieta de "El Caballito", hoy reducido todo en concreto y asfalto.
TODO ES TAN ORGANIZADO QUE HASTA ABURRE
En cambio, en los países sajones todo fluye tan ordenado que hasta aburrido pareciera. Berlín por ejemplo, todo es orden, nadie se cruza la calle en donde no debe, los automovilistas no invaden la zona peatonal de la calle y lo que es peor, los semáforos se encuentran funcionando bien y en forma sincronizada.
LOS INTREPIDOS ITALIANOS, IGUAL EN TODO CON LOS MEXICAS
En el viaje a Roma tomé un paseo hacia Nápoles y sitios circunvecinos, llegando hasta Sorrento. El viaje se hizo en un autobús escénico de muy buena calidad. Pero ¡Cómo disfruté la forma tan temeraria como condujo el chofer ¡Qué bárbaro! La carretera escénica que muestra en toda su majestad al mar Tirreno, es tan angosta como las de nuestro país y pasa por zonas densamente pobladas. El cafre que llevaba el camión mínimo de desplazaba entre 80 y 90 kms. por hora dentro de ¡Zona urbana! Y reitero, el camino es angosto. Es más, la calle que atraviesa Cardel es un boulevard comparado con la que les cuento. En agravio de todo esto, todo ese sitio es de puro turismo, pero, esto le "valía" al conductor. Y así como él conducen la enorme mayoría. No sé si en aquel entonces se los conté, pero, así haber sido la forma tan temeraria en materia de velocidad, que al ir yo en los asientos del frente, fui testigo de un milagro, una anciana que era desplazada en silla de ruedas por alguno de sus hijos, de pronto la viejecita
se levantó del asiento y como pudo se puso a salvo en lo que el bólido en que viajábamos pasaba justo por donde habían pasado ella y su auxiliar.
URGE NOS ORGANICEMOS TODOS, NO SOLO CIERTOS SECTORES
Pero, en lo que son peras o manzanas, lo que si es cierto es la urgente necesidad respecto a la concientización de toda la ciudadanía en nuestra ciudad (hoy zona conurbada), de ir tomando todas las providencias del caso a fin de desarrollar una buena cultura vial. Esto va tanto para conductores como para transeúntes. Pues de pronto todos nos sentimos "Juan Camaney" y tanto conductores como peatones hacemos caso omiso de las normas de vialidad, convirtiendo a la ciudad en un caos peor del que se encuentra en las horas "pico".
NO DEBEMOS DE SER IMPORTAMADRISTAS
Debemos estar conscientes todos, pero me refiero a ¡Todos!, para hacer de esta ciudad un sitio más amable, toda vez que la gente se cruza la calle por donde la da la gana, los automovilistas se estacionan en segunda, tercera y cuarta fila si se puede, importándoles muy poco lo que suceda con el tráfico que está deteniendo. Esto también va para los que realizan trabajos en la vía pública, tanto privados como oficiales, deben escoger un determinado horario que no afecte tanto a la circulación o definitivamente organizar todo con vías alternas.
EL PRECIO DEL PROGRESO, NO CABEN YA TANTOS VEHICULOS
Es feo admitirlo, pero, el número de vehículos está resultando en exceso para la ciudad (por no decir ciudades, no sólo del Estado, sino del país y del mundo), estando llegando al extremo de o se circula o se hace sitio para estacionarse.
O CIRCULAMOS O NOS ESTACIONAMOS
Urge tomenos todos conciencia de lo urgente de organizarnos mejor en beneficio de ¡Todos!, evitándose también así los accidentes y además los lamentables decesos. Pues incuestionablemente el exceso de velocidad y el importamadrismo mostrado por todos, en todos los países del mundo es cuestión de cultura, no de genética. O sea, debemos de tener eso que se dice hace falta para bailar la Bamba: Una poca de gracia y otra cosita...

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