¡ERETS ISRAEL!
¡ERETS ISRAEL!
Hace muchos años cuando leí la novela de "Exodo", si mal no recuerdo de León Uris, cuando toda esa cauda de gente desahuciada en su mayoría procedente de los campos de concentración nazis, liberados en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial en Europa, yendo a bordo del barco que se llamó también si mal no recuerdo "Exodo", rumbo a la Palestina, anterior asentamiento de la nación de Israel hasta que fueran desalojados los israelitas por los romanos allá por el año 70 de nuestra era, por el solo hecho de saber que iban rumbo a la Tierra Prometida a todos se les curó todo tipo de enfermedad que llevaban, principalmente las del alma, que como dijera Julio Sesto en ese magnífico poema que le compusiera a Tlacotalpan: "...en donde incluso el alma sana de las enfermedades que son incurables...". Así estos intrépidos marineros, sus padeceres terminaban con la sola idea de ir a lo que ellos sabían y llamaban el territorio de Israel. Y en repetidas ocasiones se lee en dicha obra la expresión: "¡Erets Israel!". E
xclamación que debe venir desde muy lejos recordando la tierra perdida, pero recodándola al grito de ¡Eres Israel!.
¡HOMBRE! ¡QUE LOS DESCENDIENTES DEL MITICO AZTLAN DESPIERTAN!
Bueno, pues valga la comparación (por aquello de que luego algunas personas tienen la piel muy sensible y de todo reclaman), veo y confirmo a los mexicanos nos pasa exactamente lo mismo en cuanto sabemos que vamos rumbo a y con destino a nuestra amada nación: ¡México! Todos, absolutamente todos revivimos, hasta los mismos políticos hipercorruptos que han tenido que salir de México en virtud de no poder explicar los montos fabulosos de las riquezas mal habidas, habiendo sacado incluso el capital del país, dañando con tal acción aún más a la nación, siempre han revivido a su retorno al suelo patrio. Lástima que no han regresado lo que se llevaron, entonces sí, gran ayuda y favor que harían a la nación, pues con sólo el retorno del capital que todos los mexicanos pudientes tienen afuera de nuestras fronteras, lo regresaran, el destino del país sería otro muy distinto al que ahora tenemos.
Pero en fin, prueba adicional de lo que les escribo sobre el fenómeno comparado que les expongo, lo tenemos en el llamado de los genes o de ese profundo pensamiento que yace más allá del subconsciente y felizmente ha pasado de generación en generación. Observable en las protestas que hacen ahora en los EUA aquellos rechazados por el "American way of life", los llamados ilegales en su solicitud por ser reconocidos por un sistema de gobierno que en mucho se beneficia de la mano de obra baratísima que representa tan numeroso número de habitantes del territorio allende la frontera norte del territorio nacional. Siendo lo sorprendente que son los hijos de ellos nacidos en suelo gringo y por tanto ciudadanos americanos, los que enarbolando la bandera tricolor pelean y recuerdan a los "güeros" que el territorio originalmente fue mexica.
HASTA BANDERAS DE LAS BARRAS Y LAS ESTRELLAS REPARTEN GRATUITAMENTE
Tal es la preocupación ya del "stablishment" americano por tal fenómeno, que incluso han comenzado a regalar los mismos integrantes de dicho "stablishment" banderas gringas de las barras y las estrellas a los miles que protestan por las infames leyes antimigratorias que de aprobarse dejarían en estatus de criminales a sus padres que son ilegales, a fin de que se va hondear el lábaro de las barras y las estrellas por las calles de las principales ciudades de los EUA en lugar de la bandera de verde, blanco y colorado.
¡VAMOS A VER QUE PASA! (DIJERA EL INVIDENTE MIRAMONTES)
Interesantísimo fenómeno éste, a través del cual (en el intento por aplicar una ley injusta) los mismos americanos niegan el origen mismo de la nación iniciada con aquellas Trece Colonias, originadas a partir de la inmigración procedente precisamente de gente indeseable en territorio inglés y que paulatinamente se fue consolidando con la llegada de más indeseables procedentes de otras naciones europeas. Cuando que los habitantes originales siguen en reservaciones o en el caso de los mexicanos, que originarios del territorio arrancado a México, fueron y siguen siendo prácticamente parias en su propio terreno.
Hoy, sus descendientes, al más puro estilo de los descendientes de los judíos que por ¡Siglos!, estuvieron fuera de su territorio, que incluso jamás habían conocido, al grito de "Eres Israel", al observar en el horizonte la tierra de promisión, sanaban de toda enfermedad y una enorme energía se apoderada de ellos que poco les importó que los ingleses (entonces custodios de dicho territorio) les impedían la llegada y consecuente desembarco, realizaron hasta lo imposible para llegar a la tierra de la que casi dos mil años después fuesen expulsado sus ancestros ¡Y llegaron! Formando e instituyendo una nación de las más fuertes en todos los sentidos.
Hoy, los descendientes de los mexicanos que, no habiendo sido expulsados por los neoconquistadores, si fueron desdeñados y empujados a las peores condiciones sociales, hoy, a menos de 200 años de llevada aquella ignominiosa acción, de pronto se han unido y causado miedo al gobierno gringo, toda vez que se ven incluso fotos de niños y adolescentes esposados por la policía, por no haber asistido a la escuela para participar en las manifestaciones prohibidas en la tierra de la "libertad y el osado".
Tal y como dicen se expresara el cieguito: "Vamos a ver qué pasa" con los grandes arrestos que han mostrado los descendientes de los segregados y los expulsados de su nación por un sistema político prácticamente patrocinado por Washington.
Hace muchos años cuando leí la novela de "Exodo", si mal no recuerdo de León Uris, cuando toda esa cauda de gente desahuciada en su mayoría procedente de los campos de concentración nazis, liberados en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial en Europa, yendo a bordo del barco que se llamó también si mal no recuerdo "Exodo", rumbo a la Palestina, anterior asentamiento de la nación de Israel hasta que fueran desalojados los israelitas por los romanos allá por el año 70 de nuestra era, por el solo hecho de saber que iban rumbo a la Tierra Prometida a todos se les curó todo tipo de enfermedad que llevaban, principalmente las del alma, que como dijera Julio Sesto en ese magnífico poema que le compusiera a Tlacotalpan: "...en donde incluso el alma sana de las enfermedades que son incurables...". Así estos intrépidos marineros, sus padeceres terminaban con la sola idea de ir a lo que ellos sabían y llamaban el territorio de Israel. Y en repetidas ocasiones se lee en dicha obra la expresión: "¡Erets Israel!". E
xclamación que debe venir desde muy lejos recordando la tierra perdida, pero recodándola al grito de ¡Eres Israel!.
¡HOMBRE! ¡QUE LOS DESCENDIENTES DEL MITICO AZTLAN DESPIERTAN!
Bueno, pues valga la comparación (por aquello de que luego algunas personas tienen la piel muy sensible y de todo reclaman), veo y confirmo a los mexicanos nos pasa exactamente lo mismo en cuanto sabemos que vamos rumbo a y con destino a nuestra amada nación: ¡México! Todos, absolutamente todos revivimos, hasta los mismos políticos hipercorruptos que han tenido que salir de México en virtud de no poder explicar los montos fabulosos de las riquezas mal habidas, habiendo sacado incluso el capital del país, dañando con tal acción aún más a la nación, siempre han revivido a su retorno al suelo patrio. Lástima que no han regresado lo que se llevaron, entonces sí, gran ayuda y favor que harían a la nación, pues con sólo el retorno del capital que todos los mexicanos pudientes tienen afuera de nuestras fronteras, lo regresaran, el destino del país sería otro muy distinto al que ahora tenemos.
Pero en fin, prueba adicional de lo que les escribo sobre el fenómeno comparado que les expongo, lo tenemos en el llamado de los genes o de ese profundo pensamiento que yace más allá del subconsciente y felizmente ha pasado de generación en generación. Observable en las protestas que hacen ahora en los EUA aquellos rechazados por el "American way of life", los llamados ilegales en su solicitud por ser reconocidos por un sistema de gobierno que en mucho se beneficia de la mano de obra baratísima que representa tan numeroso número de habitantes del territorio allende la frontera norte del territorio nacional. Siendo lo sorprendente que son los hijos de ellos nacidos en suelo gringo y por tanto ciudadanos americanos, los que enarbolando la bandera tricolor pelean y recuerdan a los "güeros" que el territorio originalmente fue mexica.
HASTA BANDERAS DE LAS BARRAS Y LAS ESTRELLAS REPARTEN GRATUITAMENTE
Tal es la preocupación ya del "stablishment" americano por tal fenómeno, que incluso han comenzado a regalar los mismos integrantes de dicho "stablishment" banderas gringas de las barras y las estrellas a los miles que protestan por las infames leyes antimigratorias que de aprobarse dejarían en estatus de criminales a sus padres que son ilegales, a fin de que se va hondear el lábaro de las barras y las estrellas por las calles de las principales ciudades de los EUA en lugar de la bandera de verde, blanco y colorado.
¡VAMOS A VER QUE PASA! (DIJERA EL INVIDENTE MIRAMONTES)
Interesantísimo fenómeno éste, a través del cual (en el intento por aplicar una ley injusta) los mismos americanos niegan el origen mismo de la nación iniciada con aquellas Trece Colonias, originadas a partir de la inmigración procedente precisamente de gente indeseable en territorio inglés y que paulatinamente se fue consolidando con la llegada de más indeseables procedentes de otras naciones europeas. Cuando que los habitantes originales siguen en reservaciones o en el caso de los mexicanos, que originarios del territorio arrancado a México, fueron y siguen siendo prácticamente parias en su propio terreno.
Hoy, sus descendientes, al más puro estilo de los descendientes de los judíos que por ¡Siglos!, estuvieron fuera de su territorio, que incluso jamás habían conocido, al grito de "Eres Israel", al observar en el horizonte la tierra de promisión, sanaban de toda enfermedad y una enorme energía se apoderada de ellos que poco les importó que los ingleses (entonces custodios de dicho territorio) les impedían la llegada y consecuente desembarco, realizaron hasta lo imposible para llegar a la tierra de la que casi dos mil años después fuesen expulsado sus ancestros ¡Y llegaron! Formando e instituyendo una nación de las más fuertes en todos los sentidos.
Hoy, los descendientes de los mexicanos que, no habiendo sido expulsados por los neoconquistadores, si fueron desdeñados y empujados a las peores condiciones sociales, hoy, a menos de 200 años de llevada aquella ignominiosa acción, de pronto se han unido y causado miedo al gobierno gringo, toda vez que se ven incluso fotos de niños y adolescentes esposados por la policía, por no haber asistido a la escuela para participar en las manifestaciones prohibidas en la tierra de la "libertad y el osado".
Tal y como dicen se expresara el cieguito: "Vamos a ver qué pasa" con los grandes arrestos que han mostrado los descendientes de los segregados y los expulsados de su nación por un sistema político prácticamente patrocinado por Washington.
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