LA SEDE VACANTE
LA SEDE VACANTE
Muy buena pachanga se ha armado con el asunto este de la silla que se encontrará vacía porque el señor Don Andrés Manuel López Obrador, en su infinita sencillez y misericordia no desea dañar a la democracia y ciudadanía mexicana exhibiéndose en toda su grandilocuente ignorancia. Estoy seguro que ese es el motivo por el cual no se presenta a debatir AMLO, pues sabe que sus contendientes sí saben argumentar, pues a todos ellos se les pueden colgar todos los "milagritos" que se quiera, pero, poseen cultura, conocimiento y saber. Asimilaron los estudios de los colegios a que asistieron y saben llevar tanto una conversación, como un debate.
EL DEBATE ENTRE POSTULANTES, LA MAXIMA PRUEBA
Que incuestionablemente éste debe darse en todo marco político que se diga democrático, pues quien se niegue a debatir, fuera de toda duda está llevando a cabo por este simple hecho un ejercicio impositivo, absolutista y por demás falto de respeto a la ciudadanía. ¿Por qué a la ciudadanía? Bueno, en principio, yo como votante quiero ver la capacidad de debatir y defenderse de cada uno de los candidatos y sobre todo por el que yo voy a votar o pienso votar. Pero, si de pronto alguien dice yo no voy, ¡Josú!, esa persona me está faltando al respeto pues me está dando como a entender que yo soy tonto o se está considerando superior en todo, en virtud de que tal actitud denota, o bien una actitud de mucha superioridad respecto al electorado (lo cual es muy malo) o sencilla y simplemente no sabe argumentar, se siente débil y sabe que hará el ridículo.
¿RECUERDAN EL MIEDO DE ASISTIR AL EXAMEN CUANDO NO HABIAMOS ESTUDIADO?
Me imagino que Andrés Manuel se debe sentir como en aquellos exámenes que en alguna ocasión nos llegaban a efectuar algún maestro de viejo cuño en la universidad. Claro, si había uno estudiado no había problema, pero, tal y como sucedía comúnmente se había ido uno de uva y pachanga haciendo todo menos estudiar, al día siguiente hasta se quería uno cambiar de planeta en función a que no se sabía uno la "o" por lo redondo, y enfrentar al maestro en tales circunstancias equivalía a ir hacer el puro ridículo y que el profesor hasta se riera de uno.
Entonces, de acuerdo con el carácter del educando, entraba uno al salón de clases más desarmado que Adán en el paraíso terrenal, odiando al maestro y a toda su progenie o, simplemente iba uno con temor. Ese temor que produce el saberse ignorante y peor aún por no haber preparado nada en función a la defensa que debía uno de hacer del tema ante el preceptor.
CLARO QUE TAL ES EL SENTIR DE AMLO
Pues me imagino AMLO debe sentirse de esa manera ante ese gran maestro que es el electorado y se encuentra incuestionablemente falto de argumentos para probar sobre la marcha que sí es el bueno para la Presidencial. Sobre todo, si le llegan a preguntar sobre la enorme deuda pública que dejó en el D.F., que claro, no toda es de él, pero, indudablemente él la duplicó.
UNA FALTA DE RESPETO AL ELECTORADO NO ASISTIR AL DEBATE
No obstante lo aguerrido de algunos respecto a "la silla vacía", en que si está bien o mal, si ayuda o perjudica a AMLO, me permito ofrecer mi muy humilde opinión, la silla si debe aparecer vacía, en función a que AMLO forma parte de la contienda por la Presidencia y la ciudadanía como el gran elector que ahora es y debió haber sido siempre, debe tener a la mano todo el muestrario en máxima expresión de los antecedentes de todos los contendientes y debe ver el electorado en amplísimo escrutinio que aquí es a donde entran los debates, la forma en cómo responden los candidatos y se defienden respecto a la manera cómo piensan enfrentar y resolver las grandes problemáticas de la nación que pretenden representar y dirigir. Y esa silla vacía será muestra de la falta de respeto de AMLO por el pueblo, porque él ya se siente Presidente y por lo tanto ya no debe dar explicación alguna a nadie.
"Y SE VAN TODOS AL BOTE POR ESTAR TODOS EN EL COMPLO"
Siendo este raciocinio aún peor y más precupante, pues sin ser nada, salvo un candidato ya está dando muestras de veleidades y falta de respeto a la ciudadanía ¡Ni me quiero imaginar de llegar a ser Presidente! La LX legislatura con la que él trabajaría, tendría una enorme espada de Damocles encima, pues todo aquello que no le aprobaran, sería un "compló", lo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación le rechazara sería complemento del "compló" y entonces, México sería peor que un totalitarismo.
No, no, no, no nos perdamos de vista la esencia de todo debate, es la máxima expresión de un pueblo civilizado y sobre todo democrático. Por lo tanto, negarse a debatir es negar la calidad de gentes y rechazar la acción democrática.
OTRA DEL ANECDOTARIO DE DON ADOLFO RUIZ CORTINES
De alguna manera los desplantes de AMLO me recuerdan una anécdota de Don Adolfo Ruiz Cortines. Según esto, cuando ya se estaba dando el tiempo de la sucesión y el consecuente "destape", un colaborador le preguntó a Don Adolfo cómo veía para ser el "bueno" al entonces ya llamado "Regente de hierro" -por la forma tan drástica, totalitaria y con acciones fuera de la ley como gobernaba al D.F.-, Don Ernesto P. Uruchurtu, dicen el ilustre veracruzano respondió con su acostumbrada serenidad: "Sería muy buen presidente los primeros catorce años"... Ingenioso como siempre este ilustre veracruzano, poseedor de esa fina y exquisita ironía que tanto lo distinguió.
Muy buena pachanga se ha armado con el asunto este de la silla que se encontrará vacía porque el señor Don Andrés Manuel López Obrador, en su infinita sencillez y misericordia no desea dañar a la democracia y ciudadanía mexicana exhibiéndose en toda su grandilocuente ignorancia. Estoy seguro que ese es el motivo por el cual no se presenta a debatir AMLO, pues sabe que sus contendientes sí saben argumentar, pues a todos ellos se les pueden colgar todos los "milagritos" que se quiera, pero, poseen cultura, conocimiento y saber. Asimilaron los estudios de los colegios a que asistieron y saben llevar tanto una conversación, como un debate.
EL DEBATE ENTRE POSTULANTES, LA MAXIMA PRUEBA
Que incuestionablemente éste debe darse en todo marco político que se diga democrático, pues quien se niegue a debatir, fuera de toda duda está llevando a cabo por este simple hecho un ejercicio impositivo, absolutista y por demás falto de respeto a la ciudadanía. ¿Por qué a la ciudadanía? Bueno, en principio, yo como votante quiero ver la capacidad de debatir y defenderse de cada uno de los candidatos y sobre todo por el que yo voy a votar o pienso votar. Pero, si de pronto alguien dice yo no voy, ¡Josú!, esa persona me está faltando al respeto pues me está dando como a entender que yo soy tonto o se está considerando superior en todo, en virtud de que tal actitud denota, o bien una actitud de mucha superioridad respecto al electorado (lo cual es muy malo) o sencilla y simplemente no sabe argumentar, se siente débil y sabe que hará el ridículo.
¿RECUERDAN EL MIEDO DE ASISTIR AL EXAMEN CUANDO NO HABIAMOS ESTUDIADO?
Me imagino que Andrés Manuel se debe sentir como en aquellos exámenes que en alguna ocasión nos llegaban a efectuar algún maestro de viejo cuño en la universidad. Claro, si había uno estudiado no había problema, pero, tal y como sucedía comúnmente se había ido uno de uva y pachanga haciendo todo menos estudiar, al día siguiente hasta se quería uno cambiar de planeta en función a que no se sabía uno la "o" por lo redondo, y enfrentar al maestro en tales circunstancias equivalía a ir hacer el puro ridículo y que el profesor hasta se riera de uno.
Entonces, de acuerdo con el carácter del educando, entraba uno al salón de clases más desarmado que Adán en el paraíso terrenal, odiando al maestro y a toda su progenie o, simplemente iba uno con temor. Ese temor que produce el saberse ignorante y peor aún por no haber preparado nada en función a la defensa que debía uno de hacer del tema ante el preceptor.
CLARO QUE TAL ES EL SENTIR DE AMLO
Pues me imagino AMLO debe sentirse de esa manera ante ese gran maestro que es el electorado y se encuentra incuestionablemente falto de argumentos para probar sobre la marcha que sí es el bueno para la Presidencial. Sobre todo, si le llegan a preguntar sobre la enorme deuda pública que dejó en el D.F., que claro, no toda es de él, pero, indudablemente él la duplicó.
UNA FALTA DE RESPETO AL ELECTORADO NO ASISTIR AL DEBATE
No obstante lo aguerrido de algunos respecto a "la silla vacía", en que si está bien o mal, si ayuda o perjudica a AMLO, me permito ofrecer mi muy humilde opinión, la silla si debe aparecer vacía, en función a que AMLO forma parte de la contienda por la Presidencia y la ciudadanía como el gran elector que ahora es y debió haber sido siempre, debe tener a la mano todo el muestrario en máxima expresión de los antecedentes de todos los contendientes y debe ver el electorado en amplísimo escrutinio que aquí es a donde entran los debates, la forma en cómo responden los candidatos y se defienden respecto a la manera cómo piensan enfrentar y resolver las grandes problemáticas de la nación que pretenden representar y dirigir. Y esa silla vacía será muestra de la falta de respeto de AMLO por el pueblo, porque él ya se siente Presidente y por lo tanto ya no debe dar explicación alguna a nadie.
"Y SE VAN TODOS AL BOTE POR ESTAR TODOS EN EL COMPLO"
Siendo este raciocinio aún peor y más precupante, pues sin ser nada, salvo un candidato ya está dando muestras de veleidades y falta de respeto a la ciudadanía ¡Ni me quiero imaginar de llegar a ser Presidente! La LX legislatura con la que él trabajaría, tendría una enorme espada de Damocles encima, pues todo aquello que no le aprobaran, sería un "compló", lo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación le rechazara sería complemento del "compló" y entonces, México sería peor que un totalitarismo.
No, no, no, no nos perdamos de vista la esencia de todo debate, es la máxima expresión de un pueblo civilizado y sobre todo democrático. Por lo tanto, negarse a debatir es negar la calidad de gentes y rechazar la acción democrática.
OTRA DEL ANECDOTARIO DE DON ADOLFO RUIZ CORTINES
De alguna manera los desplantes de AMLO me recuerdan una anécdota de Don Adolfo Ruiz Cortines. Según esto, cuando ya se estaba dando el tiempo de la sucesión y el consecuente "destape", un colaborador le preguntó a Don Adolfo cómo veía para ser el "bueno" al entonces ya llamado "Regente de hierro" -por la forma tan drástica, totalitaria y con acciones fuera de la ley como gobernaba al D.F.-, Don Ernesto P. Uruchurtu, dicen el ilustre veracruzano respondió con su acostumbrada serenidad: "Sería muy buen presidente los primeros catorce años"... Ingenioso como siempre este ilustre veracruzano, poseedor de esa fina y exquisita ironía que tanto lo distinguió.
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