ESTA NOCHE ES NOCHE BUENA Y MAÑANA ES NAVIDAD
ESTA NOCHE ES NOCHE BUENA Y MAÑANA ES NAVIDAD
¿Se acuerdan ustedes de este estribillo de cuando los "chavos" de 52 años del presente éramos niños a principios de los sesenta? ¡Qué padres Navidades nos "chutábamos"! Claro, esto no quiere las actuales celebraciones decembrinas carezcan de encanto para las nuevas ¡Y viejas generaciones!, pero...bueno...como dice el dicho, todo tiempo pasado fue mejor.
NO NOS REGALABAMOS NADA Y ¡QUE BIEN NOS LA PASABAMOS!
El consumismo no existía como marca fundamental de la Navidad, nadie regalaba nada a nadie, salvo los "atracones" que todos nos dábamos en las casas de todos, pues eso sí, gracias a Dios, todos los de la palomilla éramos una bola de clase medieros tendiendo a "baja medieros", pero ¡Había que ver la de comida que había en esas fechas en todas las casas!
¡EN TODAS LAS CASAS HABIA MUCHA COMIDA!
Todas las cuadras eran una inmensa fiesta, en virtud de que esto se conjugaba con la reciente entrega de boletas de la escuela, pues el ciclo escolar terminaba el día último de octubre y comenzaban las clases el 7 de enero. Pero, en la de nosotros todo era especial, en función de que en la casa de los Páramo, Don Matías siempre montaba un "nacimiento" muy bonito y singular. Era un señor con una tremenda inventiva y además recursos, amén de generoso y regalador. En ese "nacimiento" que incluía un tren eléctrico, también llevaba a escala el zócalo y sus edificios circundantes. Independientemente de esto ¡Qué posada organizaba siempre su esposa Doña Esther! ¡Hombre! ¡Esa si era una gran pachanga! Y de remate, en otra casa, la de mis entrañables amigos los Lorenzo, siempre había frutas y exquisiteces de importación que don Enrique llevaba a su muy, pero en serio ¡Muy generosa mesa!, y claro, con gran fruición entraba yo a "asaltar" la cocina de la casa y nadie me decía nada, quedando yo siempre ahíto (o sea, como
perro de rancho, flaco y panzón) ¡Los manjares preparados por Doña Juanis! ¡El mole! No, no, no, lo que les digo es poco si llegara a narrarles todo lo que se hacía y comíamos recorriendo diariamente la barriada en las casas de todos los amigos.
¡MI GENEROSA Y REGALADORA HERMANA MECHE!
Para estas fechas siempre llegaban los familiares que por motivos profesionales se habían ido a vivir a otro lado de la república e incluso a los EUA. Una de estas familias era la mía, mi hermana Meche, que era una versión femenina, esbelta y bellísima de Santa Clos, llegaba cargando siempre regalos para todos; a mí invariablemente me traía carros o grúas marca TONKA; que ahora cuando las veo en Sams o Coscot, cuántos gratos recuerdos me trae. Y estoy por comprarme uno de estos juguetes para ponerlo en mi librero en calidad de grato trofeo de infancia.
MI PADRE Y SU CARGAMENTO DE RICOS GENEROS
Mi papá por lo regular llegaba a mediados de diciembre con su cargamento de dos guajolotes, piernas de cerdo, ate de membrillo, cacao y mil y una golosina que atareado llevaba a casa. Era padrísimo ver a tanta gente tan grata reunida y volver a encontrarse con amigos que sólo llegaban cada año en compañía de sus papás ¡Qué tiempos y qué Navidades! Lo mejor era el escuchar el intercambio de pláticas y anécdotas de todos ellos, así como los jocosos cometarios vertidos en dichas pláticas.
¡ESA SI FUE UNA BLANCA, FELIZ E INOLVIDABLE NAVIDAD!
Por cierto, cabe mencionar que una de las más bellas Navidades de las que tengo memoria fue la experimentada en Lake Taho, en la bellísima California, EUA, conurbada con el estado de Nevada. Ya era yo un adolescente, cuando mi maravillosa, manirrota, desprendida y generosa hermana Meche, junto con su familia me llevó a festejar la tal Navidad, supe entonces de lo que es la ¡Blanca Navidad! Todo, absolutamente todo era blancura y nieve por doquier. Riachuelos y fuentes estaban congelados, los pinos de tarjeta postal, todos escarchados con hielo y nieve. En un sitio boscoso al cual nos llevó mi gran hermana, hasta venados pudimos observar y ¡Qué agasajo haber jugado en las motos de nieve, así como a los duelos con bolas del mismo elemento! ¡Cuán padre fue todo aquello!, que cuando iniciamos el retorno, hasta parecía estaba bajando del cielo.
PARA ESTA HORA DEBO ESTAR EN CANCUN O VOLANDO RUMBO
Pero, hoy me apresto a pasar esta Navidad en Cancún, en unión de mi hermano el menor, Alejandro y nadamenos que con La Última de las Mohicanas (antes Mein Führer), pero, que por un lamentable suceso que a punto estuvo de acabar en tragedia, estuve a punto de suspender el viaje. Pero, a Dios sean dadas las gracias no pasó del susto y de pérdidas materiales. En luego la semana entrante les doy detalles y la excelente organización de los tres niveles de gobierno en nuestro Estado y ciudad, gracias a lo cual me doy, yo y mi familia por afortunados.
BUEN Y ANTICIPADO REGALO NOS HIZO EL NIÑO DIOS
Pero, hoy es Noche Buena y mañana Navidad, e indiscutiblemente en función al desenlace de tan tremenda experiencia, el Niño Dios nos hizo un grato regalo a toda la familia.
Correo: losbuenosdias.@gmail.com
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