EL CALOR
EL CALOR
No recuerdo un solo día de calor en mi infancia, eso sí, los inviernos eran más fríos y los nortes más fuertes. Y el mar nunca se salió y mucho menos había tanto destrozo como hoy sucede con cada "nortecito" y la gente no moría por "golpes de calor". A los niños jamás se nos decía que tuviéramos cuidado o que no corriérramos en las "horas pico" del sol. Andábamos siempre todos sudados, metidos en los baldíos buscando "parque" para las guerras de ligazos. En cuanto teníamos sed nos pegábamos a cualquier llave de cualquier casa y así saciábamos la sed. Y miren que había chiquillos en aquel tiempo y nunca a nadie le pasó nada, nadie se murió por tomar agua "contaminada", nadie se deshidrató y mucho menos supimos nada de andar tomando sueros.
NUNCA SENTI CALOR CUANDO FUI UN INFANTE
Hoy, todo parece ser la presente temporada de calor va a estar un tanto elevada según se pronostica y de hecho ya se han comenzado a sentir los efectos del calor. Pero, lo preocupante es el cuidado que se le debe tener a los niños y a los ancianos para que no vayan a sucumbir a esta ola de altas temperaturas.
¿ERAMOS MARCIANOS?
O lo del calentamiento global ya es un hecho y estamos padeciendo las consecuencias o los niños de aquellos ayeres, junto con los ancianos existentes en esos días éramos marcianos y poco nos hacía el calor. Eso sí, recuerdo las señoras siempre se quejaban del gran calor que había y a cada rato se bañaban y salían talqueadas como si acabaran de bañarse en harina. Obvio, con el clásico olor del talco de aquel entonces. A los infantes casi nos tenían que arrastrar al baño porque simple, sencilla y llanamente no nos gustaba bañarnos. Y como después de tanto correr y sudar no debe haber sido nada elocuente, ni la presencia, ni el olor, había que irse a la regadera antes de irse a la cama.
ERA OTRA LA ARQUITECTURA
Claro, cabe aclarar las casas eran de techos más altos, más ventiladas y había mucho menos gente. Tal vez la enorme cantidad de terrenos baldíos existentes permitía de alguna manera una mejor absorción de los rayos solares, pues ahora con tanto concreto y pavimentación, se deben reflejar más los rayos solares. Había más calles "enchinadas", o sea, cubiertas con las piedras de río que las conocíamos comúnmente como "chinos" (estoy seguro los niños del presente no saben ni de qué se les habla cuando se toca el tema de estas piedras), incluso, con algunos "chinos" sobrantes, luego jugábamos a estrellar una piedra contra otra, a ver quién era el afortunado en quebrar la primera piedra.
HASTA LOS MOSQUITOS NO ERAN LETALES
Lo mismo sucedía con los mosquitos, ninguno causaba dengue y hasta luego nos quedábamos observando cómo los méndigos insectos se iban llenando la "panza" de sangre en cuanto nos estaban picando en algún brazo. Dentro de las actividades infantiles, había la costumbre en la época de los "caballitos" (libélulas), andarlos atrapando para ver cómo mordían o amarrarles un hilo a la cola y traerlos como mascotas en lo que "chupaban faros". Las que no tenían mejor suerte eran las lagartijas, cuya proliferación en los baldíos eran como un regalo de Dios para la chiquillada, que con "charpes", a pedradas o ligazos, se les cazaba. Entrada la noche en los mismos baldíos se podían atrapar a los otrora famosos cocuyos.
FUE LA EPOCA DE LA ABUNDANCIA
Hoy reconozco esto era una tremenda depredación todo esto, pero, lo comento en función a que nada se nos recomendaba a la bola de pingos que pululábamos por todas las manzanas de la ciudad. E insisto, nunca supe de alguno de la palomilla que se hubiese ido al hospital deshidratado o algún viejito haber caído fulminado del "golpe de calor". No, siempre los adultos por las noches sacaban sus sillones a la banqueta y ahí se armaban tremendas juntas plenarias, en donde incluso participábamos los niños intercambiando las actuales experiencias con lo que nos platicaban los adultos y ancianos de lo que ellos hacían en su época de chamacos.
HASTA LA BASURA ERA ECOLOGICA, Y SE PODIA QUEMAR
Hoy, en obvio de contrarrestar la contaminación y no molestar a los vecinos, se tiene prohibido quemar basura en la calle y aun en los cada vez más reducido número de patios. Cuando que de niños era toda una aventura ver como los mayores quemaban la hojarasca en los patios. Recuerdo a mi tía Josefina hacer este menester en el patio en donde hoy está mi casa. Eso sí, no se quemaba plástico en función a que no había proliferado su uso, incluso, salvo por los juguetes, no había nada más de plástico, pues todos los recipientes o envases, eran de vidrio, lata o papel.
HOY TODO HACE DAÑO ¡ARRGGG!
En fin, hoy debemos atenernos a las circunstancias actuales, en donde hasta los insectos, como los mosquitos, han evolucionado en tal forma, que son ocasión de la transmisión de terribles enfermedades y aconsejar a los infantes a no andar jugando en las horas "pico" (ya poco juegan los niños en el exterior -¿será por eso su actual vulnerabilidad?-) y también recomendar a la gente adulta a estarse en la sombra tomando agua cual camellos en función a no ser víctimas del "golpe de calor".
Correo: losbuenosdias@gmail.com
No recuerdo un solo día de calor en mi infancia, eso sí, los inviernos eran más fríos y los nortes más fuertes. Y el mar nunca se salió y mucho menos había tanto destrozo como hoy sucede con cada "nortecito" y la gente no moría por "golpes de calor". A los niños jamás se nos decía que tuviéramos cuidado o que no corriérramos en las "horas pico" del sol. Andábamos siempre todos sudados, metidos en los baldíos buscando "parque" para las guerras de ligazos. En cuanto teníamos sed nos pegábamos a cualquier llave de cualquier casa y así saciábamos la sed. Y miren que había chiquillos en aquel tiempo y nunca a nadie le pasó nada, nadie se murió por tomar agua "contaminada", nadie se deshidrató y mucho menos supimos nada de andar tomando sueros.
NUNCA SENTI CALOR CUANDO FUI UN INFANTE
Hoy, todo parece ser la presente temporada de calor va a estar un tanto elevada según se pronostica y de hecho ya se han comenzado a sentir los efectos del calor. Pero, lo preocupante es el cuidado que se le debe tener a los niños y a los ancianos para que no vayan a sucumbir a esta ola de altas temperaturas.
¿ERAMOS MARCIANOS?
O lo del calentamiento global ya es un hecho y estamos padeciendo las consecuencias o los niños de aquellos ayeres, junto con los ancianos existentes en esos días éramos marcianos y poco nos hacía el calor. Eso sí, recuerdo las señoras siempre se quejaban del gran calor que había y a cada rato se bañaban y salían talqueadas como si acabaran de bañarse en harina. Obvio, con el clásico olor del talco de aquel entonces. A los infantes casi nos tenían que arrastrar al baño porque simple, sencilla y llanamente no nos gustaba bañarnos. Y como después de tanto correr y sudar no debe haber sido nada elocuente, ni la presencia, ni el olor, había que irse a la regadera antes de irse a la cama.
ERA OTRA LA ARQUITECTURA
Claro, cabe aclarar las casas eran de techos más altos, más ventiladas y había mucho menos gente. Tal vez la enorme cantidad de terrenos baldíos existentes permitía de alguna manera una mejor absorción de los rayos solares, pues ahora con tanto concreto y pavimentación, se deben reflejar más los rayos solares. Había más calles "enchinadas", o sea, cubiertas con las piedras de río que las conocíamos comúnmente como "chinos" (estoy seguro los niños del presente no saben ni de qué se les habla cuando se toca el tema de estas piedras), incluso, con algunos "chinos" sobrantes, luego jugábamos a estrellar una piedra contra otra, a ver quién era el afortunado en quebrar la primera piedra.
HASTA LOS MOSQUITOS NO ERAN LETALES
Lo mismo sucedía con los mosquitos, ninguno causaba dengue y hasta luego nos quedábamos observando cómo los méndigos insectos se iban llenando la "panza" de sangre en cuanto nos estaban picando en algún brazo. Dentro de las actividades infantiles, había la costumbre en la época de los "caballitos" (libélulas), andarlos atrapando para ver cómo mordían o amarrarles un hilo a la cola y traerlos como mascotas en lo que "chupaban faros". Las que no tenían mejor suerte eran las lagartijas, cuya proliferación en los baldíos eran como un regalo de Dios para la chiquillada, que con "charpes", a pedradas o ligazos, se les cazaba. Entrada la noche en los mismos baldíos se podían atrapar a los otrora famosos cocuyos.
FUE LA EPOCA DE LA ABUNDANCIA
Hoy reconozco esto era una tremenda depredación todo esto, pero, lo comento en función a que nada se nos recomendaba a la bola de pingos que pululábamos por todas las manzanas de la ciudad. E insisto, nunca supe de alguno de la palomilla que se hubiese ido al hospital deshidratado o algún viejito haber caído fulminado del "golpe de calor". No, siempre los adultos por las noches sacaban sus sillones a la banqueta y ahí se armaban tremendas juntas plenarias, en donde incluso participábamos los niños intercambiando las actuales experiencias con lo que nos platicaban los adultos y ancianos de lo que ellos hacían en su época de chamacos.
HASTA LA BASURA ERA ECOLOGICA, Y SE PODIA QUEMAR
Hoy, en obvio de contrarrestar la contaminación y no molestar a los vecinos, se tiene prohibido quemar basura en la calle y aun en los cada vez más reducido número de patios. Cuando que de niños era toda una aventura ver como los mayores quemaban la hojarasca en los patios. Recuerdo a mi tía Josefina hacer este menester en el patio en donde hoy está mi casa. Eso sí, no se quemaba plástico en función a que no había proliferado su uso, incluso, salvo por los juguetes, no había nada más de plástico, pues todos los recipientes o envases, eran de vidrio, lata o papel.
HOY TODO HACE DAÑO ¡ARRGGG!
En fin, hoy debemos atenernos a las circunstancias actuales, en donde hasta los insectos, como los mosquitos, han evolucionado en tal forma, que son ocasión de la transmisión de terribles enfermedades y aconsejar a los infantes a no andar jugando en las horas "pico" (ya poco juegan los niños en el exterior -¿será por eso su actual vulnerabilidad?-) y también recomendar a la gente adulta a estarse en la sombra tomando agua cual camellos en función a no ser víctimas del "golpe de calor".
Correo: losbuenosdias@gmail.com
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