LA ZONA DE LA CREATIVIDAD

LA ZONA DE LA CREATIVIDAD
Precisamente el otro día que estaba platicando con ustedes de la "fiesta inolvidable" a la que asistí y de los gratos recuerdos que esto me trajo, no se por qué mecánica mental fui a dar a los recuerdos de la escuela primaria y de aquella famosa, cuanto inolvidable "fila de los burros" o de la de la "cocina", que era en otros salones el equivalente a la fila de los burros, siendo nadamenos que la parte posterior del salón. En cualquiera de estas dos zonas se sentaba lo que hoy caigo era nadamenos que la crema y nata de la creatividad, la de aquellos niños cuyo carácter no pudo se domeñado, dominado o alterado por el maestro en turno y, consecuentemente iban a parar a tan ignominiosa zona.
EN LA DESOBEDIENCIA Y DISIDENCIA ESTA LA CREATIVIDAD
Hoy, a la distancia, caigo en la cuenta, tal y como se los cuento, eran ellos, los destinados a estos sitios, los realmente creativos. Incluso, no doy nombres para no quemar a mis contertulios, pero hoy por hoy son varios de ellos a los que veo en puestos destacados o sobresalientes, ya bien del sector privado, como del público ¿Por qué?, porque en ellos había creatividad. Incluso, uno de ellos que lamentablemente ya murió, precisamente porque siempre andaba en búsqueda de emociones fuertes y optaba por el deporte extremo -se fue a esquiar a Colorado y por allá entregó el equipo, se fue a la zona prohibida y...ahí quedó-. Pero, de seguro murió contento, como él quería. Recuerdo cuando estudiante, prácticamente era una nulidad, andaba hasta descalzo y uno de sus afanes era mostrarnos cómo apagaba los cigarrillos con el pie, en virtud a la tremenda callosidad desarrollada por andar siempre con la memela en el suelo.
FUE EL MAS PROSPERO DE LA PALOMILLA
Pues mi amigo tuvo la originalidad de iniciar un negocio propio de sus ideas e inquietudes naturalistas y le fue tan bien que llegó a ser el más próspero de la palomilla, llegando a detentar incluso una muy bien acreditada cadena de tiendas de esta índole.
No estuve con él en la primaria, pero si coincidimos en el bachillerato y los maestros en ocasiones lo pasaban por la simpatía que proyectaba, porque en si los estudios a él le valían gorro.
¡LA ESCUELA ECHO A PERDER MI FORMACION!
De alguna manera esto me trae a aquella frase que ya les he platicado del irónico escritor americano, Mark Twain, quien dijera que su infancia había sido muy feliz y de buenos principios, hasta que fue enviado por la fuerza a la escuela.
Y si, en ocasiones como que la escuela lo dejaba a uno un tanto maltratado. Lógico, mi madre nunca nos dio chance de salir con ninguna nota mala en la escuela, so pena de enfrentar su pedagógica ira, por lo que mejor sacábamos buenas calificaciones; pero, como que en muchas ocasiones daban ganas de estar entre los "burros", pues miren que se armaban buenos desórdenes ahí ¿O no se acuerdan ustedes de tan imaginativa zona del salón?
¡TODO UN PERSONAJE ESTE AMIGO!
En la secundaria, había otro compañero, quien era de la punta de la estampida para abajo, hacía casi confeti una página de su cuaderno, en cuanto el maestro estaba descuidado escribiendo el pizarrón, lanzaba el puño de papel al aire y todos soltábamos la carcajada en cuanto esto sucedía, el maestro volteaba y el único que no reía era precisamente el desordenado autor de tal puntada, siendo por lo regular sacado del salón el que más se reía y no el que la había hecho.
"LAS DOS BANCAS DE ATRAS SE SALEN"
Por cierto ¿Se acuerdan cuando en la prepa decía el maestro con motivo de algún desorden perpetrado en la parte posterior de salón: "Las dos bancas de al final de salen". Y como en aquellos años eran largas bancas con paletas para recargar libros y escribir las usadas en los salones y no los modernos mesabancos, la bola de méndigos chamacos sacaban las 2 bancas y acto seguido ellos reingresaban al salón, provocando con esto la ira del mentor, quien entonces, entre divertido e iracundo mandaba a los chistosos hasta donde el viento daba vuelta o definitivamente a la Dirección.
¡EL DESPEINADO!
Recuerdo en una ocasión (y aún no era temporada de los hippies), uno de estos "creativos" entró al salón todo despeinado (acababa de pasar el carnaval) y cachazudamente se sentó según él a escuchar la clase, el maestro le ordenó que se peinara de inmediato, entonces, el muy mequetrefe (el alumno, no el maestro), sacó un peine de esos enormes que vendían en las festividades carnestolendas, con lo que todo el salón prorrumpió en carcajadas, no así el maestro que lo expulsó por quince días.
PUES HEME AQUÍ COMUNICANDOME CON USTEDES DIARIAMENTE
En fin, no se por qué no se dio el buen cauce a todos estos amigos en el salón de clases, pero, otro gallo hubiese cantado de haber sido así. Incuestionablemente el problema por lo regular no lo es el alumno, sino el mentor, pues, en mi caso, de haberme tocado buenos maestros de matemáticas, mínimo estaría yo en la NASA en estos momentos, pero, en virtud de que siempre me tocaron maestros "balas" en dicha asignatura, no pude ver con buenos ojos los números, no obstante le entendía yo a esa cuestión. En cambio, opté por humanidades, estudié Derecho y aquí estoy capulinamente comunicándome con ustedes vía la palabra escrita, pasándomela además ¡Muy, pero muy bien!
http://losbuenosdias.blogspot.com

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