¡DIOS MIO, JESUS MIO!
¡DIOS MIO, JESUS MIO!
Estamos ya en ¡julio!, el séptimo mes del año, o sea, el 2007 se perfila vertiginosamente hacia el final, pero, en tan rápido paso del tiempo y sin pretender ser "snob" ¡Hombre!, que mi cuate Pedro Calderón de la Barca bien dijo y dijo bien en el soliloquio de Segismundo en "La vida es un sueño":
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Qué hay quién intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
TODO EN RETROSPECTIVA PASA RÁPIDO ¿VERDAD?
Pues si bien recuerdo, cuando en mi infancia miraba en perspectiva al tiempo, este se me hacía ¡eterno!, pero, recién terminados los estudios universitarios, a partir de allí, cada vez que lo miro en retrospectiva, el tiempo se ha ido ¡Volando! Por cierto y hablando de clásicos, el tiempo y la vida, mi tocayo Shakespeare dijo en relación con la vida: "La vida es una historia contada por un idiota, una historia llena de estruendo y furia, que nada significa".
Pero en fin, en cuanto más se sienten los pasos en la azotea aproximándonos inexorablemente a la llamada "Tercera Edad", como que se van sintiendo ñañaras ¿A poco no? Pero ¡Mantengamos la moral en alto siempre! Total, no hay alternativa y mucho menos viable opción. Pues si de algo debemos estar certeros, es que de esta vida no vamos a salir vivos ¿o no? Y en lo que esto suceda ¡A la pachanga!
¡HOMBRE! ¡LAS MAÑANITAS PARA EL DOCTOR BERISTAIN!
Y, hablando de días, de pachanga, de cuestiones amables y en virtud de que mañana no sale esta "calumnia", desde estos renglones enviamos un saludo muy cordial, acompañados de las "mañanitas" a nuestro gran amigo el Dr. José Luis Beristáin Silva en virtud de que mañana es su "cumplemenos". Por lo pronto y en virtud de que se encontrará de viaje en una convención médica, vamos a esperar el sábado 14 para festejar el muy obligado pachangón que siempre se lleva a cabo con tal motivo en su "jaus". Por lo pronto y calidad de mientras, sujeto a reafirmarlo formal y literalmente el día señalado para la velada, un fuerte abrazo desde aquí.
Pero, retomando el tema del tiempo (que dicho sea de paso, un cumpleaños cae dentro del tema tiempo ¿o no?), lo mejor sería ni pensar en el asunto ¿a poco no? De todas maneras, el dios Cronos, pasa y pasa pronto y con él, queramos o no, vamos dando tumbos.
DEBEMOS APRENDER DE LAS GENERACIONES PASADAS
Por lo pronto, mirada retrospectiva hacia las generaciones pasadas, a los que nunca les preocupó el envejecimiento. Vivían y vivían bien, incluso, yo no recuerdo a ninguno de mis mayores andar en cuestiones de estress o depresiones anímicas, simple, sencilla y llanamente mandaban todo por un correspondiente tubo, se iban a echar unos alipuses y con eso quedaba remediado el asunto. Pero, jamás recuerdo haber sabido que alguna gente mayor andaba en la "depre", la bulimia o la anorexia, para nada. Se comía sabroso, se vivía sabroso y hasta se moría sabroso, porque no obstante los sepelios eran muy, pero muy solemnes y llenos de formulismos. Esto ya era cuestión de los convencioanalismos sociales, pero, en aquellos ayeres de lo que hoy menciono, la gente se moría: "gorda y llena de vida". En cambio, hoy por no estar gordo, termina uno muriéndose en una de esas desdichadas dietas en las que debe uno pesar todo "por cuestiones de las calorías" o de plano de la preocupación y el remordimiento de no poder bajar aunque
no coma uno.
¡QUE ESTO Y QUE EL OTRO! ¡QUE SIGA LA PACHANGA!
En fin, sigamos en este gratísimo y muy bien divertido misterio llamado vida, pero mantengamos en toda la medida de lo posible la calidad de la misma en tanto haya la oportunidad y ¡Qué siga la pachanga!
Estamos ya en ¡julio!, el séptimo mes del año, o sea, el 2007 se perfila vertiginosamente hacia el final, pero, en tan rápido paso del tiempo y sin pretender ser "snob" ¡Hombre!, que mi cuate Pedro Calderón de la Barca bien dijo y dijo bien en el soliloquio de Segismundo en "La vida es un sueño":
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Qué hay quién intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
TODO EN RETROSPECTIVA PASA RÁPIDO ¿VERDAD?
Pues si bien recuerdo, cuando en mi infancia miraba en perspectiva al tiempo, este se me hacía ¡eterno!, pero, recién terminados los estudios universitarios, a partir de allí, cada vez que lo miro en retrospectiva, el tiempo se ha ido ¡Volando! Por cierto y hablando de clásicos, el tiempo y la vida, mi tocayo Shakespeare dijo en relación con la vida: "La vida es una historia contada por un idiota, una historia llena de estruendo y furia, que nada significa".
Pero en fin, en cuanto más se sienten los pasos en la azotea aproximándonos inexorablemente a la llamada "Tercera Edad", como que se van sintiendo ñañaras ¿A poco no? Pero ¡Mantengamos la moral en alto siempre! Total, no hay alternativa y mucho menos viable opción. Pues si de algo debemos estar certeros, es que de esta vida no vamos a salir vivos ¿o no? Y en lo que esto suceda ¡A la pachanga!
¡HOMBRE! ¡LAS MAÑANITAS PARA EL DOCTOR BERISTAIN!
Y, hablando de días, de pachanga, de cuestiones amables y en virtud de que mañana no sale esta "calumnia", desde estos renglones enviamos un saludo muy cordial, acompañados de las "mañanitas" a nuestro gran amigo el Dr. José Luis Beristáin Silva en virtud de que mañana es su "cumplemenos". Por lo pronto y en virtud de que se encontrará de viaje en una convención médica, vamos a esperar el sábado 14 para festejar el muy obligado pachangón que siempre se lleva a cabo con tal motivo en su "jaus". Por lo pronto y calidad de mientras, sujeto a reafirmarlo formal y literalmente el día señalado para la velada, un fuerte abrazo desde aquí.
Pero, retomando el tema del tiempo (que dicho sea de paso, un cumpleaños cae dentro del tema tiempo ¿o no?), lo mejor sería ni pensar en el asunto ¿a poco no? De todas maneras, el dios Cronos, pasa y pasa pronto y con él, queramos o no, vamos dando tumbos.
DEBEMOS APRENDER DE LAS GENERACIONES PASADAS
Por lo pronto, mirada retrospectiva hacia las generaciones pasadas, a los que nunca les preocupó el envejecimiento. Vivían y vivían bien, incluso, yo no recuerdo a ninguno de mis mayores andar en cuestiones de estress o depresiones anímicas, simple, sencilla y llanamente mandaban todo por un correspondiente tubo, se iban a echar unos alipuses y con eso quedaba remediado el asunto. Pero, jamás recuerdo haber sabido que alguna gente mayor andaba en la "depre", la bulimia o la anorexia, para nada. Se comía sabroso, se vivía sabroso y hasta se moría sabroso, porque no obstante los sepelios eran muy, pero muy solemnes y llenos de formulismos. Esto ya era cuestión de los convencioanalismos sociales, pero, en aquellos ayeres de lo que hoy menciono, la gente se moría: "gorda y llena de vida". En cambio, hoy por no estar gordo, termina uno muriéndose en una de esas desdichadas dietas en las que debe uno pesar todo "por cuestiones de las calorías" o de plano de la preocupación y el remordimiento de no poder bajar aunque
no coma uno.
¡QUE ESTO Y QUE EL OTRO! ¡QUE SIGA LA PACHANGA!
En fin, sigamos en este gratísimo y muy bien divertido misterio llamado vida, pero mantengamos en toda la medida de lo posible la calidad de la misma en tanto haya la oportunidad y ¡Qué siga la pachanga!
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