EL ETERNO PROBLEMA DE CHILANGOLANDIA

EL ETERNO PROBLEMA DE CHILANGOLANDIA
Tal y como se los he platicado constantemente, a mí siempre me gustó la ciudad de México, sobre todo el centro ¡Magnífico!, más que nada porque tuve la suerte de conocerlo en la década de los sesenta, cuando aún no estaba sobrepoblado, el "smog" no era un problema, como tampoco la contaminación. Amén de que yo tenía apenas doce años de edad y con mis primos me la pasé muy bien. Además, tuve la oportunidad de deleitarme con aquella aún histórica nevada del mes de enero de 1967, no recuerdo el día, pero, estaban recién pasadas las fiestas decembrinas. Sabía de las nevadas por los cuentos y narrativas, pero nunca había visto una como esa vez en el D.F.
HABLAR MAL DEL D.F. SERIA INGRATO DE MI PARTE
Además, cuando viví dos años en el D.F., ya en calidad de desarrollo laboral profesional a finales de los setenta, principio de los ochenta ¡La ciudad de México fue hartamente generosa conmigo!, sería ingrato de mi parte quejarme de la gran capital del país. Eso sí, hay de todo en exceso, como debe corresponder a la ciudad más poblada del orbe, pero, o corrí con suerte o Dios me ve con ojos de misericordia, pasé con gran algarabía y festejo mis tres años de residencia en el D.F.
Hoy, lamentablemente la ciudad ha cambiado de manera tremenda, la violencia efectivamente se ha enseñoreado del lugar, amplias zonas de la capital son altamente peligrosas y por quítame estas pajas se lo están pasando a uno a báscula ¡Si bien le va!, pues hasta algún cuchillo le pueden dejar a guardar.
DOS GRANDES "SHOWS" ENTRETIENEN HOY A LOS DEFEÑOS
Bueno, pero hoy desde la barrera veo los toros y contemplo cómo la gente del Distrito Federal se encuentra muy entretenida con el asunto del "chino" y con los cráteres que se les aparecen de vez en vez en determinados puntos de la mancha urbana.
INFINIDAD DE EDIFICIOS SE "HUNDIERON"
Recuerdo cuando fui a la capital Azteca apenas unos días después de aquel terrible terremoto del 85, y pasear por sitios tan conocidos de la colonia Roma, Narvarte, Del Valle y ver como grandes edificaciones que me tocó ver en pie, estaban literal y físicamente sumidas en el suelo. Edificios de condominios de siete u ocho pisos de altura, quedaron de tres, el resto, gracias al gran movimiento telúrico, se habían convertido en "sótano", pues, como si alguien los hubiese sumido con una mano gigantesca, la mitad de la edificación se la había tragado la tierra.
Claro, esto, además del tremendo impacto visual y de la desgracia que significó para los moradores de tal sitio, habla incuestionablemente de lo que está hecho el subsuelo de la ciudad de México en su inmensa mayoría.
SIEMPRE FUE UN INTERESANTE TEMA DE PLATICA
Recuerdo como en la década de los sesenta era casi un tema de mucha emoción y atención hablar del "hundimiento" de la ciudad de México, ver la forma en cómo la catedral metropolitana se iba haciendo de lado. Incluso, en una esquina del Zócalo de la ciudad, hay hasta un señalamiento en mármol en donde se indica el hundimiento de acuerdo a la época.
GRAN PARTE DE LA CIUDAD SE ENCUENTRA SOBRE LODO
Como es del conocimiento general, la capital del país se fundó desplazando en gran parte al lago de Texcoco, hoy por hoy extinguido "for ever", pero, esto no obsta para que en el subsuelo existan los grandes depósitos de agua en función a la filtración de la misma, pero, si a esto le agregamos la cantidad criminal de agua que se debe extraer del subsuelo diariamente para cumplir con las exigencia de los habitantes de la megaciudad, de ahí las enormes cavernas prevalecientes en el subsuelo, que, en cuanto viene un temblor tipo el del 85, indiscutiblemente se colapsan las cimentaciones y en cuestión de minutos parte de la edificación se convierte en sótano.
NO OBSTANTE LOS PROBLEMAS, LA DEMAGOGIA SE IMPONE
Pero, no obstante todo este problema fundamental de la ciudad, así como lo es la hipersobrepoblación que presenta, las autoridades del D.F., están ahora con la "jalada", de construir la "torre más alta de Latinoamérica", que además de verse muy fea en las fotos que de la misma han presentado, el enorme problema que representa la construcción, desde todos los puntos de vista para una urbe que ya de por si está saturada de todo y a punto del colapso, es como pretender hacer un gran hoyo en un barco a punto de zozobrar para "hacer un festejo".
SOLO LOS PAISES POBRES CONSTRUYEN "LO MAS GRANDE"
Tal pareciera los países tercermundistas necesitamos de emblemas espectaculares para sentirnos parte del mundo, pues si observamos, fuera de los Estados Unidos (pero sobre todo en Nueva York), que es la nación reconocida como la más rica del mundo y por tanto se puede y ha dado el lujo de construir megaconstrucciones, en el resto de los países primermundistas no hay esta megalomanía de hacer "cosas grandes", salvo en las naciones pobres.
NO SON OBRAS FARAONICAS LAS QUE NECESITA EL PAIS Y EL D.F.
El Distrito Federal, como incuestionablemente el país, necesita de obras, de eso ni la menor duda nos quepa, pero en lo absoluto de tipo faraónicos, que a la postre terminan inservibles, convertidas en adefesios y cargas tremendas incluso para la población misma.
Ojalá y a los mexicas se nos acabara la megalomanía que puras desdichas ha traído al país (remember la mega biblioteca "José Vasconcelos", que a menos de una año de inaugurada está en ruina y aún nadie responsabiliza a nadie por la danza de los millones en este lugar) y se hicieran toda una serie de obras, aun por parte de la iniciativa privada, para que sirvan realmente al propósito del bien común y no para la espectacularidad mediática que nada nuevo trae y si mucho de malo.

Correo: losbuenosdias@gmail.com

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