TALES CAMPAÑAS DIERON MUY BUEN RESULTADO
TALES CAMPAÑAS DIERON MUY BUEN RESULTADO
Les decía ayer sobre las muy bien estructuradas campañas en el D.F. en la década de los sesenta y setenta para lograr, tanto el ahorro del agua como el de evitar la ciudadanía arrojara la basura a la calle (comenzaron por ejemplificar lo de las colillas de cigarrillos).
Bueno, pues en el presente el problema de la basura ya no es privativo del D. F. ¡Es de toda la República Mexicana! Es triste ver cómo en todos lados por donde va uno siempre hay basura tirada. Lo peor y muy bien se podría decir, la debacle, comienza desde la aparición del plástico como elemento de envoltura. Es desde este preciso instante cuando el país y el mundo comienzan el alza hacia la destrucción ecológica en masa.
TODO TIPO DE ENVOLTORIO ERA BIODEGRADABLE
Ustedes recordarán cómo se envolvían antes todos los productos, principalmente los comestibles ¡En puro papel! ¿Se acuerdan del famoso papel de "estraza" -sepa la bola que significaba esto, pero, era un papel de color café y muy resistente-)?, en ese se envolvía casi todo lo que se compraba en la tienda de la esquina, desde el azúcar, la sal, etc. Si se trataba de cuartos o medios kilos, del kilo para arriba ya iba en bolsas también de papel del mismo material. Los blanquillos se envolvían en "cucuruchos" hechos de papel periódico. Lo mismo cuando iba uno a la carnicería, salvo la carne para el perro, los pellejos del gato o los huesos para la sopa que se envolvían en papel periódico, todo lo demás iba en papel de estraza. Incluso, cuando comenzó la moda de los "super" ¿Se acuerdan de aquel "Super Veracruz" que estaba en Gómez Farías y Altamirano?, se despachaba toda la mercancía en grandes bolsas de papel.
TODO SE EMPACABA EN PAPEL, LÁMINA O VIDRIO
En la década de los sesenta era mínimo lo que se envasaba en plástico, todo venía en latas o en recipientes de cristal. Hasta el agua que se vendía en garrafones, éstos eran de cristal, incluso, el tapón era de corcho, no era de plástico. Los popotes si mal no me acuerdo eran de papel encerado y se utilizaban principalmente para hacer los "chícharos" para adornar las casas cuando había boda o incluso los salones o sitios en donde se llevaba la respectiva pachanga de estas celebraciones.
Pues todo lo anterior era biodegradable. Cuando los papeles "volaban" hacia determinados lugares, se degradaban, se destruían y eran asimilados por el mismo medio ambiente. Y éste no resultaba agredido, pues hasta de abono o alimento servía tal desperdicio.
¿SE ACUERDAN CUANDO PASABAN POR LOS DESPERDICIOS?
Se han de acordar también que luego pasaban por algunas casas personas en carretas a recoger los "desperdicios". Tengo un hermano que precisamente cuando llega visita a su casa, grita: "¡Hoy no hay desperdicios!". Obvio, quienes están enterados de tales acciones de antaño, se ríen, quienes no, ni por enterados se dan del insulto de que están siendo objeto.
EN EL PRESENTE, EL PLASTICO TODO LO INVADE Y DEGRADA
Hoy, montañas y montañas de plástico se acumulan en los basureros y la naturaleza tarda cientos y hasta miles de años en lograr la debida degradación de estos elementos. Por ejemplo, algo que ha resultado terrible son los "pañales desechables", su desintegración por parte de la madre naturaleza tarda ¡Siglos!, cuando que antes, los pañales eran de algodón y se debían lavar cada vez que se ensuciaban y el reciclaje era inmediato, cuando estaban agujereados se tiraban, su destrucción por la naturaleza era inmediata.
HASTA EL BASURERO ESTABA DEBIDAMENTE UBICADO
Es más, si mal no me acuerdo el basurero en las décadas mencionadas estaban en lo que hoy es El Coyol, bueno, pues no hay mejor muestra de la pronta degradación de la basura en aquel entonces que no obstante el sitio hoy es un fraccionamiento densamente poblado, no hay un solo síntoma de contaminación por acumulación de desechos. En cambio, el actual basurero, que desde un principio estuvo pésimamente ubicado, es altamente contaminante. Sobre todo porque se encuentra en la zona norte de la ciudad y en los tiempos de los vientos procedentes de dicho punto cardinal, simple, sencilla y hediondamente traen toda la polución hacia la mancha urbana.
LA GENTE SE PREOCUPABA MAS POR LA LIMPIEZA
Antes, además de que la gente tenía más urbanidad, lógico, éramos menos, pero hoy, somos más y la apatía y falta de voluntad por y para vivir en comunidad es el común denominador en la zona conurbada. Y vemos como incluso el enorme problema de las inundaciones de dicho lugar se debe primordialmente a las grandes cantidades de basura que la propia ciudadanía arroja a la vía pública. Que cuando esta es arrastrada por el torrente pluvial a las atarjeas y coladeras del drenaje público, se hacen tales taponamientos en los sistemas públicos de desagüe, que las consecuencias las pagan las mismas personas con la proclividad a arrojar todo lo que se les ocurre a la calle.
HOY, PREVALECE LA PORQUERÍA, LA PROMISCUIDAD Y EL IMPORTAMADRISMO
Ayer precisamente, vi como un joven al ir atravesando Díaz Mirón, por la esquina de Uribe, en una mano llevaba un vaso de plástico con comida, la cual con fruición digería, en lo que en la otra una botella de agua. Se ve se dio el tiempo necesario para coordinar ingesta de alimento y líquido, que ambos recipientes quedaron vacíos simultáneamente y en la misma forma fueron a parar al piso del camellón. El tipejo, simple y llanamente se limpió los belfos con la mano, ésta con el pantalón y siguió su marcha. A escasos tres metros de él había un bote de basura.
Pues como este tipejo, la mayoría de los ciudadanos arrojamos desechos a la vía pública. Y ni qué decir cuando no cuidamos la basura que sacamos para ser recogida por el sistema de limpia pública no está bien amarrada o la protegemos debidamente de no ser destrozada por los perros callejeros. Todo termina diseminado en la calle y de ahí a las alcantarillas.
NO HAY QUE SER, COOPEREMOS POR TENER UNA VIDA MEJOR
Y, si no hay cooperación ciudadana, los mejores sistemas de recolección y disposición de basura fallarán. Por lo tanto, no hay que ser y debemos entrarle a la limpieza de la ciudad, no arrojando la basura a la calle.
Correo: losbuenosdias@gmail.com
Les decía ayer sobre las muy bien estructuradas campañas en el D.F. en la década de los sesenta y setenta para lograr, tanto el ahorro del agua como el de evitar la ciudadanía arrojara la basura a la calle (comenzaron por ejemplificar lo de las colillas de cigarrillos).
Bueno, pues en el presente el problema de la basura ya no es privativo del D. F. ¡Es de toda la República Mexicana! Es triste ver cómo en todos lados por donde va uno siempre hay basura tirada. Lo peor y muy bien se podría decir, la debacle, comienza desde la aparición del plástico como elemento de envoltura. Es desde este preciso instante cuando el país y el mundo comienzan el alza hacia la destrucción ecológica en masa.
TODO TIPO DE ENVOLTORIO ERA BIODEGRADABLE
Ustedes recordarán cómo se envolvían antes todos los productos, principalmente los comestibles ¡En puro papel! ¿Se acuerdan del famoso papel de "estraza" -sepa la bola que significaba esto, pero, era un papel de color café y muy resistente-)?, en ese se envolvía casi todo lo que se compraba en la tienda de la esquina, desde el azúcar, la sal, etc. Si se trataba de cuartos o medios kilos, del kilo para arriba ya iba en bolsas también de papel del mismo material. Los blanquillos se envolvían en "cucuruchos" hechos de papel periódico. Lo mismo cuando iba uno a la carnicería, salvo la carne para el perro, los pellejos del gato o los huesos para la sopa que se envolvían en papel periódico, todo lo demás iba en papel de estraza. Incluso, cuando comenzó la moda de los "super" ¿Se acuerdan de aquel "Super Veracruz" que estaba en Gómez Farías y Altamirano?, se despachaba toda la mercancía en grandes bolsas de papel.
TODO SE EMPACABA EN PAPEL, LÁMINA O VIDRIO
En la década de los sesenta era mínimo lo que se envasaba en plástico, todo venía en latas o en recipientes de cristal. Hasta el agua que se vendía en garrafones, éstos eran de cristal, incluso, el tapón era de corcho, no era de plástico. Los popotes si mal no me acuerdo eran de papel encerado y se utilizaban principalmente para hacer los "chícharos" para adornar las casas cuando había boda o incluso los salones o sitios en donde se llevaba la respectiva pachanga de estas celebraciones.
Pues todo lo anterior era biodegradable. Cuando los papeles "volaban" hacia determinados lugares, se degradaban, se destruían y eran asimilados por el mismo medio ambiente. Y éste no resultaba agredido, pues hasta de abono o alimento servía tal desperdicio.
¿SE ACUERDAN CUANDO PASABAN POR LOS DESPERDICIOS?
Se han de acordar también que luego pasaban por algunas casas personas en carretas a recoger los "desperdicios". Tengo un hermano que precisamente cuando llega visita a su casa, grita: "¡Hoy no hay desperdicios!". Obvio, quienes están enterados de tales acciones de antaño, se ríen, quienes no, ni por enterados se dan del insulto de que están siendo objeto.
EN EL PRESENTE, EL PLASTICO TODO LO INVADE Y DEGRADA
Hoy, montañas y montañas de plástico se acumulan en los basureros y la naturaleza tarda cientos y hasta miles de años en lograr la debida degradación de estos elementos. Por ejemplo, algo que ha resultado terrible son los "pañales desechables", su desintegración por parte de la madre naturaleza tarda ¡Siglos!, cuando que antes, los pañales eran de algodón y se debían lavar cada vez que se ensuciaban y el reciclaje era inmediato, cuando estaban agujereados se tiraban, su destrucción por la naturaleza era inmediata.
HASTA EL BASURERO ESTABA DEBIDAMENTE UBICADO
Es más, si mal no me acuerdo el basurero en las décadas mencionadas estaban en lo que hoy es El Coyol, bueno, pues no hay mejor muestra de la pronta degradación de la basura en aquel entonces que no obstante el sitio hoy es un fraccionamiento densamente poblado, no hay un solo síntoma de contaminación por acumulación de desechos. En cambio, el actual basurero, que desde un principio estuvo pésimamente ubicado, es altamente contaminante. Sobre todo porque se encuentra en la zona norte de la ciudad y en los tiempos de los vientos procedentes de dicho punto cardinal, simple, sencilla y hediondamente traen toda la polución hacia la mancha urbana.
LA GENTE SE PREOCUPABA MAS POR LA LIMPIEZA
Antes, además de que la gente tenía más urbanidad, lógico, éramos menos, pero hoy, somos más y la apatía y falta de voluntad por y para vivir en comunidad es el común denominador en la zona conurbada. Y vemos como incluso el enorme problema de las inundaciones de dicho lugar se debe primordialmente a las grandes cantidades de basura que la propia ciudadanía arroja a la vía pública. Que cuando esta es arrastrada por el torrente pluvial a las atarjeas y coladeras del drenaje público, se hacen tales taponamientos en los sistemas públicos de desagüe, que las consecuencias las pagan las mismas personas con la proclividad a arrojar todo lo que se les ocurre a la calle.
HOY, PREVALECE LA PORQUERÍA, LA PROMISCUIDAD Y EL IMPORTAMADRISMO
Ayer precisamente, vi como un joven al ir atravesando Díaz Mirón, por la esquina de Uribe, en una mano llevaba un vaso de plástico con comida, la cual con fruición digería, en lo que en la otra una botella de agua. Se ve se dio el tiempo necesario para coordinar ingesta de alimento y líquido, que ambos recipientes quedaron vacíos simultáneamente y en la misma forma fueron a parar al piso del camellón. El tipejo, simple y llanamente se limpió los belfos con la mano, ésta con el pantalón y siguió su marcha. A escasos tres metros de él había un bote de basura.
Pues como este tipejo, la mayoría de los ciudadanos arrojamos desechos a la vía pública. Y ni qué decir cuando no cuidamos la basura que sacamos para ser recogida por el sistema de limpia pública no está bien amarrada o la protegemos debidamente de no ser destrozada por los perros callejeros. Todo termina diseminado en la calle y de ahí a las alcantarillas.
NO HAY QUE SER, COOPEREMOS POR TENER UNA VIDA MEJOR
Y, si no hay cooperación ciudadana, los mejores sistemas de recolección y disposición de basura fallarán. Por lo tanto, no hay que ser y debemos entrarle a la limpieza de la ciudad, no arrojando la basura a la calle.
Correo: losbuenosdias@gmail.com
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