¡AAAH! AQUELLOS TRABAJOS MANUALES DE FIN DE CURSOS
¡AAAH! AQUELLOS TRABAJOS MANUALES DE FIN DE CURSOS
No se por qué nos cambiaron aquellos ciclos escolares en donde las vacaciones eran en noviembre y diciembre, retornándose a clases el 7 de enero. O sea, nos daban chance a los niños de pasarla muy bien en el Día de Reyes. A mi, en los retornos a clases, me sucedía lo del personaje de "Felipe", el de Mafalda, entraba yo en crisis existenciales, pues francamente no quería regresar a la escuela. Siempre deseaba pasármela jugando, yendo a la casa de mi abuelita Carlota (me la pasaba siempre muy bien ahí), pero, no regresar a la escuela. Ni hablar... había que reincorporarse a los estudios.
LAS VACACIONES ERAN NOVIEMBRE Y DICIEMBRE
La temporada de vacaciones de noviembre y diciembre estaba siempre plagada de todo tipo de aconteceres, desde andarse robando todo lo de las ofrendas en la casa de mi abuelita en los "Días de Muertos", hasta estar preparando todo para las "ramas". Era todo un acontecimiento estar en los preludios de tan importante suceso, así como en asistir a las posadas. Cómo me acuerdo la que siempre organizaban los Páramo ¡Ah!, y ni se diga todo ese trabajo de gran arte que preparaba Don Matías Páramo Díaz en el muy peculiar "nacimiento" que invariablemente ponía año con año sobre la banqueta de su casa, que incluía, desde el gran "trenecito", hasta los edificios a escala de todo el centro de Veracruz. Era un individuo muy industrioso, trabajador y sobre todo creativo y gran artista Don Matías.
UN ACONTECER LA EXPOSICION DE LOS TRABAJOS MANUALES
Y, eso sí, antes de salir de la escuela, se comenzaban a hacer los famosos "trabajos manuales", con los cuales luego cada salón hacía su exposición. Era todo un acontecer ir de salón en salón admirando los trabajos y obras que realizaban los compañeros. Todo un paseo familiar incluso, pues los papás de todos iban invariablemente a contemplar lo realizado.
QUEDABA UNO COMO ROPAVEJERO, PERO ¡QUE RESULTADOS!
¿Se acuerdan ustedes de la "cola"? En lo absoluto se trata de un albur, sino de ese producto que se compraba (ignoro si siga existiendo o si tenga demanda) en las ferreterías, se derretía y con el se armaba un muy exitoso pegamento (que Kola Loca ni que nada, este si era pegamento, además muy barato). A mi no me tocó hacer mayor cosa con la "cola", opté más por la anilina y de esta manera pintaba aserrín (que recogía en el aserradero de Don Matías Páramo) y daba rienda suelta a mi imaginación haciendo toda una gama de paisajes; los cuales complementaba con otros materiales, como arena de la playa o aprovechaba los guijarros u otro tipo de material que luego el mar arroja sobre la playa (mi "cantera" era el Playón de Hornos, en donde ahora se encuentran las instalaciones del Acuario).
TODA UNA OBRA DE ARTE DE MIS HERMANOS
Recuerdo muy bien cómo mis hermanos mayores sí hacían verdaderas obras de arte a partir de una pasta que obtenían de revolver periódico remojado (siempre se trataba de ejemplares de El Dictamen o La Tarde, pues estos han sido los medios impresos que de toda la vida han circulado en Veracruz, sobre todo en aquellos remotos, cuanto añorados años de la infancia). Mis hermanos Gerardo y Pepe, en una ocasión hicieron un gran mapa de México, en donde se podían ver las cadenas montañosas, la sierra Madre Oriental y la Occidental; las bahías, las islas, incluidas las Revillagigedo, muy adentro del Océano Pacífico. No recuerdo que fue de ese mapa, pero, lo tengo muy bien grabado en la mente, pues entre las materias que siempre me han gustado está la geografía y la forma en como estaba presentado el mapa, a mi siempre me ha impresionado. El mapa si mal no me acuerdo fue para el salón de mi hermano Pepe, pues a él todavía le tocó ir a la Benito Juárez, pues mis otros hermanos venían de la Justino Sarmiento y ya estaban en la Prepa.
MI SIEMPRE BIEN Y DIVERTIDAMENTE RECORDADA ESCUELA
Pero, sin entrar en detalles de la historia familiar, me ha removido a la nostalgia, toda vez que con motivo de la remodelación de que está siendo objeto la escuela primaria a donde asistimos, la Benito Juárez, en Uribe, entre Xicoténcatl y 16 de Septiembre, la barda que da a Barragán, como parte de la remodelación, parte de la misma está derruida y cuando voy rumbo a casa logro ver el patio del recreo y no obstante, ante la perspectiva ya como adulto, no lo veo tan grande de cuando jugaba en ese sitio, cómo se despierta grata nostalgia ver aquellos espacios entre los que transcurrió mi muy divertida infancia. Logro ver el pasillo, tanto el de la planta baja como el del primer piso y a mi mente acuden de manera casi atropellada un sin fin de gratísimos recuerdos de una época, que como dice mi cuate Antonio Machado: "Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo camino, caminos sobre la mar". Pero, cuan grato es ver estos espacios.
NOS VAMOS DE ECLÉCTICOS CON MACHADO, VELARDE, NERVO Y HENLEY
Pues, evocando de nuevo a Machado, cuando habla él de su infancia y dice: "Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla y un huerto claro donde madura un limonero; mi juventud, veinte años en tierra de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero".
Bueno, pues de mi infancia son muchos, cuanto grandes y variados los árboles que les podría mencionar, desde los de mango, zapote, naranja, limonero, papaya, plátano y guayaba en el patio de mi abuelita Carlota, hasta la de las casuarinas (ya desaparecidas) de ese patio que hoy, gracias a la remodelación del inmueble de la que fuera mi escuela, me traen, muchos, pero muchos y gratísimos recuerdos, cuando todo era correr, reír y gritar en el recreo y en la vida de la infancia.
¡Qué padre poder recordar esa época tan bonita!, en la que nunca salíamos de viaje para vacacionar, ni había tantos juguetes que comprar, pero ¡Qué padre nos la pasábamos! Y, remontándonos a "Retrato", que es el título del poema de mi cuate Machado. En lo que respecta a mi juventud y en lo que ya voy de salida de la misma, me voy con mis paisanos Velarde y Nervo, finalizando con William Ernest Henley y: yendo a la mitad del foro y en voz en cuello, grito: ¡Qué yo he sido el arquitecto de mi propio destino! Y, aunque he encontrado un poco largas una que otra noche de mis penas, además de tener muy pocas santamente serenas, si he tenido bastantes, muy, pero muy, muy capulinas y más que alegremente divertidas.
¡LOOR A LA VIDA!
Por lo tanto, y para no aburrirlos y entrado en gastos y eclecticismos, solo me resta decirles que, doy gracias a los dioses cualesquiera que sean por mi espíritu indómito, soy capitán triunfante de mi estrella y dueño de mi espíritu, gracias a lo cual, hasta el día de hoy me he podido dar una vida ¡Hartamente capulina! Considerándome además un muy buen discípulo de Epícuro.
Correo: losbuenosdias@gmail.com
No se por qué nos cambiaron aquellos ciclos escolares en donde las vacaciones eran en noviembre y diciembre, retornándose a clases el 7 de enero. O sea, nos daban chance a los niños de pasarla muy bien en el Día de Reyes. A mi, en los retornos a clases, me sucedía lo del personaje de "Felipe", el de Mafalda, entraba yo en crisis existenciales, pues francamente no quería regresar a la escuela. Siempre deseaba pasármela jugando, yendo a la casa de mi abuelita Carlota (me la pasaba siempre muy bien ahí), pero, no regresar a la escuela. Ni hablar... había que reincorporarse a los estudios.
LAS VACACIONES ERAN NOVIEMBRE Y DICIEMBRE
La temporada de vacaciones de noviembre y diciembre estaba siempre plagada de todo tipo de aconteceres, desde andarse robando todo lo de las ofrendas en la casa de mi abuelita en los "Días de Muertos", hasta estar preparando todo para las "ramas". Era todo un acontecimiento estar en los preludios de tan importante suceso, así como en asistir a las posadas. Cómo me acuerdo la que siempre organizaban los Páramo ¡Ah!, y ni se diga todo ese trabajo de gran arte que preparaba Don Matías Páramo Díaz en el muy peculiar "nacimiento" que invariablemente ponía año con año sobre la banqueta de su casa, que incluía, desde el gran "trenecito", hasta los edificios a escala de todo el centro de Veracruz. Era un individuo muy industrioso, trabajador y sobre todo creativo y gran artista Don Matías.
UN ACONTECER LA EXPOSICION DE LOS TRABAJOS MANUALES
Y, eso sí, antes de salir de la escuela, se comenzaban a hacer los famosos "trabajos manuales", con los cuales luego cada salón hacía su exposición. Era todo un acontecer ir de salón en salón admirando los trabajos y obras que realizaban los compañeros. Todo un paseo familiar incluso, pues los papás de todos iban invariablemente a contemplar lo realizado.
QUEDABA UNO COMO ROPAVEJERO, PERO ¡QUE RESULTADOS!
¿Se acuerdan ustedes de la "cola"? En lo absoluto se trata de un albur, sino de ese producto que se compraba (ignoro si siga existiendo o si tenga demanda) en las ferreterías, se derretía y con el se armaba un muy exitoso pegamento (que Kola Loca ni que nada, este si era pegamento, además muy barato). A mi no me tocó hacer mayor cosa con la "cola", opté más por la anilina y de esta manera pintaba aserrín (que recogía en el aserradero de Don Matías Páramo) y daba rienda suelta a mi imaginación haciendo toda una gama de paisajes; los cuales complementaba con otros materiales, como arena de la playa o aprovechaba los guijarros u otro tipo de material que luego el mar arroja sobre la playa (mi "cantera" era el Playón de Hornos, en donde ahora se encuentran las instalaciones del Acuario).
TODA UNA OBRA DE ARTE DE MIS HERMANOS
Recuerdo muy bien cómo mis hermanos mayores sí hacían verdaderas obras de arte a partir de una pasta que obtenían de revolver periódico remojado (siempre se trataba de ejemplares de El Dictamen o La Tarde, pues estos han sido los medios impresos que de toda la vida han circulado en Veracruz, sobre todo en aquellos remotos, cuanto añorados años de la infancia). Mis hermanos Gerardo y Pepe, en una ocasión hicieron un gran mapa de México, en donde se podían ver las cadenas montañosas, la sierra Madre Oriental y la Occidental; las bahías, las islas, incluidas las Revillagigedo, muy adentro del Océano Pacífico. No recuerdo que fue de ese mapa, pero, lo tengo muy bien grabado en la mente, pues entre las materias que siempre me han gustado está la geografía y la forma en como estaba presentado el mapa, a mi siempre me ha impresionado. El mapa si mal no me acuerdo fue para el salón de mi hermano Pepe, pues a él todavía le tocó ir a la Benito Juárez, pues mis otros hermanos venían de la Justino Sarmiento y ya estaban en la Prepa.
MI SIEMPRE BIEN Y DIVERTIDAMENTE RECORDADA ESCUELA
Pero, sin entrar en detalles de la historia familiar, me ha removido a la nostalgia, toda vez que con motivo de la remodelación de que está siendo objeto la escuela primaria a donde asistimos, la Benito Juárez, en Uribe, entre Xicoténcatl y 16 de Septiembre, la barda que da a Barragán, como parte de la remodelación, parte de la misma está derruida y cuando voy rumbo a casa logro ver el patio del recreo y no obstante, ante la perspectiva ya como adulto, no lo veo tan grande de cuando jugaba en ese sitio, cómo se despierta grata nostalgia ver aquellos espacios entre los que transcurrió mi muy divertida infancia. Logro ver el pasillo, tanto el de la planta baja como el del primer piso y a mi mente acuden de manera casi atropellada un sin fin de gratísimos recuerdos de una época, que como dice mi cuate Antonio Machado: "Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo camino, caminos sobre la mar". Pero, cuan grato es ver estos espacios.
NOS VAMOS DE ECLÉCTICOS CON MACHADO, VELARDE, NERVO Y HENLEY
Pues, evocando de nuevo a Machado, cuando habla él de su infancia y dice: "Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla y un huerto claro donde madura un limonero; mi juventud, veinte años en tierra de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero".
Bueno, pues de mi infancia son muchos, cuanto grandes y variados los árboles que les podría mencionar, desde los de mango, zapote, naranja, limonero, papaya, plátano y guayaba en el patio de mi abuelita Carlota, hasta la de las casuarinas (ya desaparecidas) de ese patio que hoy, gracias a la remodelación del inmueble de la que fuera mi escuela, me traen, muchos, pero muchos y gratísimos recuerdos, cuando todo era correr, reír y gritar en el recreo y en la vida de la infancia.
¡Qué padre poder recordar esa época tan bonita!, en la que nunca salíamos de viaje para vacacionar, ni había tantos juguetes que comprar, pero ¡Qué padre nos la pasábamos! Y, remontándonos a "Retrato", que es el título del poema de mi cuate Machado. En lo que respecta a mi juventud y en lo que ya voy de salida de la misma, me voy con mis paisanos Velarde y Nervo, finalizando con William Ernest Henley y: yendo a la mitad del foro y en voz en cuello, grito: ¡Qué yo he sido el arquitecto de mi propio destino! Y, aunque he encontrado un poco largas una que otra noche de mis penas, además de tener muy pocas santamente serenas, si he tenido bastantes, muy, pero muy, muy capulinas y más que alegremente divertidas.
¡LOOR A LA VIDA!
Por lo tanto, y para no aburrirlos y entrado en gastos y eclecticismos, solo me resta decirles que, doy gracias a los dioses cualesquiera que sean por mi espíritu indómito, soy capitán triunfante de mi estrella y dueño de mi espíritu, gracias a lo cual, hasta el día de hoy me he podido dar una vida ¡Hartamente capulina! Considerándome además un muy buen discípulo de Epícuro.
Correo: losbuenosdias@gmail.com
Comentarios