¿Y LOS ECOLOGISTAS DE BANQUETA?
¿Y LOS ECOLOGISTAS DE BANQUETA?
¡Juar, juar, juar! No cabe duda, una cosa es la teoría y otra muy distinta la práctica. Y miren, en cuestión a todo este asunto de lo sucedido con las plataformas de PEMEX y la terrible tragedia que viven ahora los tabasqueños, había yo postergado este asunto de los ecologistas de banqueta, que defienden sin ton ni son cualquier causa que les huela a ecología y desastre, siempre y cuando en ello vaya un tanto la notoriedad y la aparición en medios, pero, en cuanto surge la tragedia en toda su magnitud, al más puro estilo de Arturo, el bohemio puro....callan y se esconden. Pues de eso no saben nada o prefieren no hacer nada en virtud de que en ello lleva un esfuerzo y eso de trabajar en efectivo, están como aquél que el día que escuchó que el trabajo era salud, gritó: "¡Arriba la tuberculosis!". O, como aquel chiste, tal vez ya repetido, pero viene muy bien al caso, de cuando cuentan, la gente en Alvarado estaba ya cansada de la flojera espantosa de un individuo al que debían estar manteniendo todos los pobladores, decidieron por unanimidad enterrarlo vivo. Entonces, todos los alvaradeños se organizaron y disponen los funerales del golfo aquel que no daba golpe para nada. Y, como al fin en Alvarado los sepelios siguen siendo al más puro estilo de provincia a ultranza, tal acto era a pie y llevaban cargando el féretro. Y, así se hizo el de este ultra sedentario y enemigo del trabajo. En eso, al ir rumbo al cementerio, una viejecita que estaba sentada al quicio de su puerta desgranando mazorcas inquirió de quien se trataba el entierro, alguien le explicó toda la historia y la anciana, condoliéndose del que iban a enterrar vivo, dijo no hicieran tan ruin cuanto criminal acto, que ella podía hacer algo para que no se perpetrara tan vil acción. En eso estaba la discusión, que el cortejo fúnebre detuvo la marcha, el inquilino del ataúd se incorporó para ver que sucedía y fue informado de que la anciana proponía no lo sepultaran vivo, que ella podía ayudarlo. El flojonazo, desde el ataúd en hombros de la multitud pregunta si debía dar algo a cambio de la ayuda, la ancianita le dijo que solo la ayudara a desgranar las mazorcas; por toda respuesta el aludido, mirando hacia el frente y en lo que se volvía a acostar en el féretro ordenó enfático: "¡Que siga el entierro!".
NI SIQUIERA SE HAN OFRECIDO A PLANTAR UN SOLO ÁRBOL
Es la hora en que no escucho o leo alguna propuesta de los ecológicos que no logran sacar ni un zapato viejo de un charco de cómo van a ayudar a la recuperación de la avenida Díaz Mirón, como tampoco han dado una explicación a por qué si tanto defienden a los árboles viejos, nada han dicho sobre todos los daños ocasionados por estos ahora que fueron barridos cual fichas de dominó por el nortazo que afectara a Veracruz hace como diez días.
No, si para eso de la criticada y la teoría ¡Miles!, pero, para trabajo efectivo y soluciones viables: "¡Qué el más tonto saque agua!". O: "Mi mamá me acaba de llamar, luego regreso a jugar".
¡PERO QUIEN LOS VE PROTESTANDO! UNOS EXPERTOS
Pues he ahí a los críticos de todo y apoyadores de nada, el silencio en el que se han sumido ante tanto desaguisado ocasionado llega la tragedia, ni quien diga esta boca es mía: "Ojos que te vieron partir jamás te verán volver por el mega norte es elocuente. Como tampoco se les ve dando una manita a las autoridades recogiendo los árboles que aún están botados en las banquetas, que por la gran cantidad que se vinieron al suelo no ha sido posible se de a basto la autoridad en levantarlos.
HE AHÍ EL RESULTADO DE PRESERVAR ÁRBOLES VIEJOS
¡Ah! Pero en cuanto existe la iniciativa de alguna autoridad por retirar los árboles viejos o llevar a cabo alguna remodelación, cambiando árboles que no tienen las características para resistir los fuertes vientos o por causa de la edad deben ser retirados ¡Qué escándalo arman!, pero eso si, como les digo, no hay sugerencias ni alternativas, salvo los estridentes gritos y el desgarramiento de vestiduras.
TODO DEBE SER RENOVADO, PRESERVADO, PERO ACTUALIZADO
Cuan grato y hasta enriquecedor para el acervo cultural sería escuchar la calificada opinión del señor Delegado del INAH, el feroz defensor de la flora del parque Zamora, por cuya culpa se detuvo un importante cuanto decisivo proyecto de construcción para la recuperación del Centro Histórico de Veracruz. Hoy, él también está en calidad del bohemio puro...calló boca, no dijo si se podía o no retirar toda la bola de árboles caídos en Díaz Mirón, si tales ejemplares de la flora veracruzana, derribados por efectos del mismo proceso natural de envejecimiento, debían permanecer o no sobre la vía pública en virtud a ser parte del acervo cultural veracruzano, porque eran hijos de los que Hernán Cortés había traído.
"¡POR JODER!"
Y toda esa monserga de palabrería insulsa de que son capaces los estorbadores oficiales del avance de Veracruz cuando de amolar por amolar se trata: "Y si me muero en Bilbao que me entierren en Santander y si me muero en Santander que me entierren en Bilbao", "Y ¿Por qué tal disposición señor?", pregunta con comedimiento el notario que está escribiendo el testamento del baturro, a lo que éste contesta con brío y un dejo de enfado: "¡Por joder!".
Correo: losbuenosdias@gmail.com
¡Juar, juar, juar! No cabe duda, una cosa es la teoría y otra muy distinta la práctica. Y miren, en cuestión a todo este asunto de lo sucedido con las plataformas de PEMEX y la terrible tragedia que viven ahora los tabasqueños, había yo postergado este asunto de los ecologistas de banqueta, que defienden sin ton ni son cualquier causa que les huela a ecología y desastre, siempre y cuando en ello vaya un tanto la notoriedad y la aparición en medios, pero, en cuanto surge la tragedia en toda su magnitud, al más puro estilo de Arturo, el bohemio puro....callan y se esconden. Pues de eso no saben nada o prefieren no hacer nada en virtud de que en ello lleva un esfuerzo y eso de trabajar en efectivo, están como aquél que el día que escuchó que el trabajo era salud, gritó: "¡Arriba la tuberculosis!". O, como aquel chiste, tal vez ya repetido, pero viene muy bien al caso, de cuando cuentan, la gente en Alvarado estaba ya cansada de la flojera espantosa de un individuo al que debían estar manteniendo todos los pobladores, decidieron por unanimidad enterrarlo vivo. Entonces, todos los alvaradeños se organizaron y disponen los funerales del golfo aquel que no daba golpe para nada. Y, como al fin en Alvarado los sepelios siguen siendo al más puro estilo de provincia a ultranza, tal acto era a pie y llevaban cargando el féretro. Y, así se hizo el de este ultra sedentario y enemigo del trabajo. En eso, al ir rumbo al cementerio, una viejecita que estaba sentada al quicio de su puerta desgranando mazorcas inquirió de quien se trataba el entierro, alguien le explicó toda la historia y la anciana, condoliéndose del que iban a enterrar vivo, dijo no hicieran tan ruin cuanto criminal acto, que ella podía hacer algo para que no se perpetrara tan vil acción. En eso estaba la discusión, que el cortejo fúnebre detuvo la marcha, el inquilino del ataúd se incorporó para ver que sucedía y fue informado de que la anciana proponía no lo sepultaran vivo, que ella podía ayudarlo. El flojonazo, desde el ataúd en hombros de la multitud pregunta si debía dar algo a cambio de la ayuda, la ancianita le dijo que solo la ayudara a desgranar las mazorcas; por toda respuesta el aludido, mirando hacia el frente y en lo que se volvía a acostar en el féretro ordenó enfático: "¡Que siga el entierro!".
NI SIQUIERA SE HAN OFRECIDO A PLANTAR UN SOLO ÁRBOL
Es la hora en que no escucho o leo alguna propuesta de los ecológicos que no logran sacar ni un zapato viejo de un charco de cómo van a ayudar a la recuperación de la avenida Díaz Mirón, como tampoco han dado una explicación a por qué si tanto defienden a los árboles viejos, nada han dicho sobre todos los daños ocasionados por estos ahora que fueron barridos cual fichas de dominó por el nortazo que afectara a Veracruz hace como diez días.
No, si para eso de la criticada y la teoría ¡Miles!, pero, para trabajo efectivo y soluciones viables: "¡Qué el más tonto saque agua!". O: "Mi mamá me acaba de llamar, luego regreso a jugar".
¡PERO QUIEN LOS VE PROTESTANDO! UNOS EXPERTOS
Pues he ahí a los críticos de todo y apoyadores de nada, el silencio en el que se han sumido ante tanto desaguisado ocasionado llega la tragedia, ni quien diga esta boca es mía: "Ojos que te vieron partir jamás te verán volver por el mega norte es elocuente. Como tampoco se les ve dando una manita a las autoridades recogiendo los árboles que aún están botados en las banquetas, que por la gran cantidad que se vinieron al suelo no ha sido posible se de a basto la autoridad en levantarlos.
HE AHÍ EL RESULTADO DE PRESERVAR ÁRBOLES VIEJOS
¡Ah! Pero en cuanto existe la iniciativa de alguna autoridad por retirar los árboles viejos o llevar a cabo alguna remodelación, cambiando árboles que no tienen las características para resistir los fuertes vientos o por causa de la edad deben ser retirados ¡Qué escándalo arman!, pero eso si, como les digo, no hay sugerencias ni alternativas, salvo los estridentes gritos y el desgarramiento de vestiduras.
TODO DEBE SER RENOVADO, PRESERVADO, PERO ACTUALIZADO
Cuan grato y hasta enriquecedor para el acervo cultural sería escuchar la calificada opinión del señor Delegado del INAH, el feroz defensor de la flora del parque Zamora, por cuya culpa se detuvo un importante cuanto decisivo proyecto de construcción para la recuperación del Centro Histórico de Veracruz. Hoy, él también está en calidad del bohemio puro...calló boca, no dijo si se podía o no retirar toda la bola de árboles caídos en Díaz Mirón, si tales ejemplares de la flora veracruzana, derribados por efectos del mismo proceso natural de envejecimiento, debían permanecer o no sobre la vía pública en virtud a ser parte del acervo cultural veracruzano, porque eran hijos de los que Hernán Cortés había traído.
"¡POR JODER!"
Y toda esa monserga de palabrería insulsa de que son capaces los estorbadores oficiales del avance de Veracruz cuando de amolar por amolar se trata: "Y si me muero en Bilbao que me entierren en Santander y si me muero en Santander que me entierren en Bilbao", "Y ¿Por qué tal disposición señor?", pregunta con comedimiento el notario que está escribiendo el testamento del baturro, a lo que éste contesta con brío y un dejo de enfado: "¡Por joder!".
Correo: losbuenosdias@gmail.com
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